EL CARNERO
Del 21 de marzo al 20 de
abril
Elemento: Fuego
Cualidad: Cardinal
Polaridad: Masculina (Yang)
Planeta regente: Marte
Casa: 1
Metal: Hierro, acero
Piedra: Jaspe rojo, diamante
Color: Rojo
Constelación: Aries
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- Me atrevo a decir que no
has tenido mucha práctica -dijo la Reina.
- Vaya, si a veces he creído
hasta seis cosas increíbles antes del desayuno.
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COMO RECONOCER A ARIES
No acostumbran recordar las simples reglas que les han enseñado sus amigos: por ejemplo que un atizador
al rojo quema si no se suelta a
tiempo; o que si uno se hace un corte muy profundo en el dedo con un
cuchillo, por lo general sangra.
¿Se ha encontrado últimamente
el lector con una persona excepcionalmente amistosa, de modales
enérgicos, firme en el apretón de manos y pronta en la sonrisa? Pues
prepárese para una de esas danzas en el corro que le dejan a uno
mareado. Lo más probable es que acabe de ser adoptado por un Aries. Y
muy especialmente si advirtió que le resultaba un poco difícil llevar la
voz cantante en la conversación.
¿Está dedicado a alguna causa
idealista y defiende coléricamente a los débiles? Es característico.
Hombres o mujeres, son personas que lucharán sin vacilación contra lo
que les parece una injusticia, y que no se avergüenzan de expresar sus
opiniones. El Carnero contestará con igual energía a un policía de
tráfico o a un gangster armado, si cualquiera de ellos le molesta. Es
probable que después lo lamente, pero en el ardor del momento no habrá
cautela capaz de detenerlo. La gente de Marte va directamente al grano,
sin vacilaciones.
Aries es el primer signo del
zodíaco. Representa el nacimiento, como Piscis representa la muerte y la
conciencia del alma. El Carnero no es consciente más que de sí mismo.
Es el infante del zodíaco, el bebé recién nacido, totalmente absorbido
por los dedos de sus pies y de sus manos. Sus necesidades son lo
primero. A un bebé no le importa si sus padres o los vecinos duermen o
no. Cuando tiene hambre o está mojado anuncia vociferante su
incomodidad. Quiere que le den el biberón o le cambien los pañales
ahora, y nada de demoras. Si un Aries tiene una idea o algo que quiere
apartar de su mente, no tendrá el menor resquemor en llamarle a uno a
las cuatro de la mañana. ¿Por qué no ha de estar todo el mundo despierto
para escucharle? Si él está despierto, y es eso lo único que cuenta.
Quiere algo, y lo consigue. Como al bebé, a Aries el mundo le preocupa
sólo en la medida en que se relaciona con él. Pero, ¿se puede decir que
un bebé es realmente egoísta? Si siempre está dispuesto a prodigar sus
sonrisas y sus favores a quienes satisfacen sus exigencias. Es difícil
resistirse a un bebé, hasta tal punto es inconsciente de estar causando
el menor inconveniente a nadie. Lo mismo pasa con el Carnero. Su
inocencia le rodea por completo y suaviza su agresividad, de la misma
manera que la inocencia del recién nacido atenúa su egocentrismo.
A esta ingenuidad que desarma
se debe también que los Aries sean tan intrépidos. Hasta que se quema,
el bebé no le tiene miedo a nada, ni a nadie. Y aún entonces, volverá
confiadamente a hacer la prueba, una vez que se haya olvidado de la
herida. No hay el menor rastro de astucia ni de superchería en el
Carnero, que seguirá así durante toda la vida: creyendo siempre de todo
corazón, cayendo siempre para volver a levantarse y hacer un nuevo
intento. Todas las dudas que puedan surgirle por el camino, se disipan
inmediatamente ante la primera persona que vuelve a ser bondadosa con
él, del mismo modo que el bebé se olvida del dolor que le produjo el
imperdible que accidentalmente se le clavó en la pierna, la próxima vez
que le ponen talco.
El Carnero puede fantasear de
aquí a mañana, y tejer los sueños más fabulosos, pero como mentiroso no
vale un rábano. Lo que muestra a quien le mira es lo que es. Nada hay en
él de complicado ni de oculto. Es tan vulnerable como el bebé, e
igualmente desvalido. Cuando gente más fuerte y más madura se le impone o
le saca algo, reacciona de la única manera que sabe: chillando y
organizando un escándalo tal que los demás ceden, nada más que por tener
paz. Aries no necesita de estrategias delicadas. Con la fuerza de sus
pulmones y la determinación que surge de su interior le basta
perfectamente para salirse con la suya. Y tal vez desvalido no sea la
palabra justa.Vulnerable, si... pero desvalido, de ningún modo.
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El aspecto físico del Carnero
es bien fácil de reconocer. Los Aries tienen rasgos decididos,
habitualmente bien delimitados, raras veces blandos o borrosos. Las
cejas, bien marcadas, suelen juntarse con el estrecho puente de la nariz
hasta formar el signo del Carnero ( T ), tal vez para advertir a quien
se le pueda ocurrir la tonta idea de intentar detenerle o someterle, que
esos cuernos simbó1icos van en serio. Es posible encontrarle algún
lunar o cicatriz en la cabeza o en la cara, es posible que el pelo tenga
un tinte rojizo a la luz del sol y que el cutis sea más rubicundo de lo
habitual. También es posible que en su presencia uno perciba chispas
invisibles que se escapan en todas direcciones. Sus movimientos son por
lo común rápidos y fáciles, armonizados con un proceso mental. Tanto los
hombres como las mujeres de este signo tienen normalmente hombros
anchos, y no es extraño que caminen con el cuerpo un poco inclinado
hacia adelante, guiándose con la cabeza, por así decirlo, y casi siempre
con mucha prisa. (Es frecuente que tengan prisa por derribar un
edificio de ladrillos, aunque en la tarea se les estropeen los cuernos.)
No es mucho lo que hay de gracioso en el Carnero, a no ser su tersa
manera de resolver una crisis (que jamás deja de sorprender a la gente
que subestima a las personas Aries). Son de estructura ósea delicada
pero fuerte, y es raro que un Aries resbale y caiga. Su postura refleja
una total confianza en sí mismo y en su yo. Si tropezamos con un Aries
de hombros caídos, será probablemente del tipo ovejuno, que sufrió
graves heridas en su ego durante la infancia. Si las heridas fueron
profundas, le llevará algún tiempo recuperarse, pero algún día se
enderezará, podéis contar con ello. Son gente a la que nada aplasta para
siempre, y el fracaso menos todavía.
La persona regida por Marte le
mirará a uno directamente a los ojos, con desenfadada limpieza y con una
fe bastante conmovedora. ¿Acaso su interlocutor no es su amigo? ¿Acaso
no gusta de él? ¿Cómo, no? Entonces empezarán las lágrimas, pero para
dentro. Un Aries jamás mostrará su decepción en la superficie, si puede
evitarlo. Si alguna vez se le ve llorar sin recato, es seguro que, de
alguna manera, el dolor le ha llegado al alma. Los Aries prefieren caer
muertos antes de mostrar debilidad... y entre ellos hay quienes,
literalmente, corren el riesgo de lo primero por evitar lo segundo.
Es raro que un Carnero lance a
su alrededor miradas nerviosas. Si lo hace, es que ya no le interesa
seguir hablando con vosotros. Alguna otra cosa le ha llamado la atención
y, por el momento, os ha olvidado, así como lo que estabais diciendo.
Pero no hay que ofenderse; basta con recordar al bebé y sus deditos.
Un Aries estará indudablemente
en los primeros lugares de la carrera que ha elegido, o dedicado a un
negocio propio. En caso contrario, se le reconocerá fácilmente por el
descontento que demuestra al verse forzado a someterse a otros. Se puede
esperar de él una actitud liberal, una pródiga generosidad con el
tiempo y con las cosas materiales, y un deseo notable de ser quien abra
todas las marchas... con bombo y platillo. Pero no hay que esperar
sutileza, tacto ni humildad. El Aries medio se hallaba detrás de la
puerta mientras se hacía el reparto de estas cualidades. También anda un
poco escaso de paciencia. En una cafetería será rápido para la crítica,
si el camarero es fresco y el bocadillo no está bueno. Pero también es
probable que, si le han servido bien, deje una propina innecesariamente
elevada.
Aries es muy directo, por
decirlo sin exagerar. A la naturaleza de los regidos por Marte le son
totalmente ajenas la falacia y las desviaciones. Aunque la franqueza y
una alentadora honradez configuran el sello distintivo del signo, no es
buen negocio hacerle un préstamo a un Aries. Hay entre ellos quienes
carecen de estabilidad y exhiben una falta de responsabilidad infantil.
Incluso los que han llegado a madurar pueden olvidarse de las deudas en
la omnipresente excitación del siempre nuevo desafío del momento, que
acaparara totalmente su atención. Claro que terminarán por pagar sus
cuentas alegremente y con la mejor disposición, pero es posible que
cuando los alcance, el acreedor ya se haya quedado sin aliento.
Por más que Aries sea el
incendiario que se abre paso en la vida con atrevimiento, iniciativa y
espíritu de empresa, en su bravura hay un extraño lunar. Sin el menor
rastro de miedo, hará frente al abominable hombre de las nieves o al
monstruo de Frankenstein, pero no puede soportar el dolor físico. Nunca
será un cobarde moral, pero puede portarse como un perfecto marica
cuando algo le duele. Y el dentista no se cuenta entre sus preferidos.
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Todos los Aries, en algún
momento de su vida, mostrarán alguna forma de comportamiento temerario
que les signifique sufrir heridas en la cabeza o en la cara. También son
probables los cortes y quemaduras, y los dolores de cabeza, a veces tan
intensos que pueden llegar a la jaqueca y que es posible se originen en
infecciones renales. Será prudente que el Carnero haga de tripas
corazón y visite regularmente al dentista, que se cuide la vista, vigile
su dieta, se tome en serio los dolores de cabeza y se mantenga alejado
del alcohol (no sólo porque es malo para los riñones, sino porque es muy
combustible cuando se combina con el genio de Marte). Las erupciones
cutáneas, los dolores en las rodillas y las molestias estomacales se
encarnizan también con quienes nacen a fines de marzo y durante abril.
La constitución del Aries es fuerte y recia, si no abusa de ella, como
suele suceder, por no prestarle atenci6n. Cuando lo veáis confinado en
cama, y casi sin habla, podéis estar seguros de que está realmente
enfermo. Aun así, para mantenerle acostado es probable que se necesite
un par de esposas. Es capaz de sobrevivir a fiebres que matarían a
cualquier otro tipo de personas, muchas de las cuales son producidas por
su obstinada tendencia marciana a seguir adelante en circunstancias
adversas, en el momento inadecuado y con la gente inadecuada.
La colérica frustración que
ello invariablemente genera es la verdadera causa de sus problemas de
salud. Lo que enferma al Aries es su reacción ante el retraso, y lo que
le mantendrá alejado del médico es el cultivo consciente de la paciencia
y de la cautelosa deliberación. Por supuesto, él no seguirá el consejo,
pero de todas maneras se las arreglará durante años para mantener lejos
al médico, hasta que se desplome de agotamiento o hasta que llegue a
una edad en que alcance mayor sensatez. No hay gran peligro de que un
Aries se haga drogadicto. Normalmente, no tomará siquiera una píldora
para dormir. Decididamente, prefiere quedarse despierto (por miedo de
llegar a perderse algo).
A causa de su persistente
optimismo, es raro que Aries (lo mismo que Leo y Sagitario, los otros
dos signos de fuego) sea víctima de enfermedades crónicas y duraderas,
que -según ha enseñado siempre la astrología y admite ahora la ciencia
médica- se generan o se intensifican como consecuencia de la melancolía y
del pesimismo. Los signos de fuego son más susceptibles a las fiebres
altas, a las infecciones fulminantes, los ataques, la alta tensión
sanguínea y las enfermedades agudas.
Dígase lo que se diga de su
carácter impulsivo, rara vez se puede acusar de tristeza a los nativos
de este signo. Aunque sean sembradas, las semillas de la depresión
mueren rápidamente en el suelo de Aries. Pero los Aries se aferran a la
preciosa idea de que nadie mas puede hacer nada con la eficiencia de
ellos, y eso puede conducirles a mil desastres. Aries llevará a la
práctica sus planes con arrojo y confianza, y pocas veces se dará cuenta
de que está yendo más allá de sus fuerzas y buscándose una úlcera o un
colapso nervioso. Al Aries nadie puede acusarle jamás de haraganería.
Dada la candidez de su
naturaleza, son personas incapaces de poner en práctica las sutiles
tretas de la estrategia. Cierto Aries a quien conozco bien, con su audaz
y contagioso entusiasmo consiguió un ángel financiero dispuesto a
respaldar una de sus originales ideas. Cuando el trato estaba a punto de
cerrarse, y el Aries próximo a realizar sus sueños más caros, el ángel,
1ógicamente, sugirió que la operación fuera supervisada por un conocido
experto. Nuestro Aries estaba segurísimo de que nadie podía llevarla a
cabo tan bien como él y, temeroso de verse en situación de tener que
aceptar órdenes de alguien, respondió rápidamente con la característica
humildad del signo. Con un gesto de superioridad, agitó su cigarro en el
aire y preguntó lisa y llanamente: “¿De qué manera quiere usted que le
diga que no, deprisa o lentamente?”. Con igual celeridad, el ángel
financiero le retiró su apoyo, y el pobre promotor Aries no tardó en
convertirse en un caso grave de lepra comercial. Durante muchos meses de
frustración, se encontró con que quienes antes le respaldaban sin
reservas habían salido misteriosamente a almorzar o estaban en Europa
cada vez que él los llamaba.
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Un poco de tacto y de
diplomacia podría haber evitado que su sueño se derrumbara, pero al
Carnero medio le hacen falta muchos años para alcanzar el nivel de
diplomacia de un Aries como Dean Rusk. La gente que ha llegado a la cima
gracias a un esfuerzo duro y paciente ve 1ógicamente con malos ojos la
agresividad de un Aries que piensa que él, con mucha menos experiencia,
sabe mucho más. Sólo después de muchos fracasos desalentadores aprende
el nativo de este signo a ser modesto y humilde. Pero, una vez que lo ha
aprendido, es capaz de hacer que un proyecto rinda como un pozo de
petró1eo, agregándole muchas ideas creativas y haciendo, de manera
instintiva, las mejores jugadas. Sólo llega al liderazgo si empieza por
respetar a quienes por su capacidad están por encima de él; pero el
éxito, cuando llega, suele ser gigantesco e impresionante. Es frecuente
-y resulta extraño- que los nativos de Aries creen mas riqueza para
otros que para sí mismos. Son muchísimos los Aries que pagan alquiler
durante la mayor parte de su vida, y es raro que lleguen a ser
propietarios de su casa. A los de espíritu marciano no parece
preocuparles que el dinero no esté ligado a ellos, quizá porque lo que
ellos buscan no se encuentra necesariamente en el banco.
Por mas que el Aries arremeta
hacia adelante con confianza, tenga poco en cuenta los sentimientos
ajenos, y su actitud -especialmente cuando es joven- sea la de “primero
yo”, también puede ser el mas calido y generoso de todos los signos
solares. No es cruel; simplemente, cree con sinceridad que él puede
hacer cualquier cosa mejor que cualquiera, y es psicológicamente incapaz
de quedarse tranquilo mientras los demás chapucean y fracasan. Si se le
da a elegir entre el dinero y la gloria, elegirá infaliblemente la
gloria. Tiene tanto cariño por el dinero como cualquiera, pero aún
quiere un poco más al elogio y a la fama. El Carnero tiende a tomar
decisiones instantáneas sin autorización de sus superiores. En su
discurso puede ser satírico, y cortante en la invectiva. La có1era de
los Aries se desencadena con la velocidad del sonido, pero por lo
general ha desaparecido antes de que su victima se haya enterado de que
era lo que la provocaba, y la sonrisa infantil y grata no tarda en
reaparecer. Uno no puede menos que acordarse de cierto Carnero
impulsivo, llamado Nikita Kruschev, que en cierta ocasión, movido por
una infantil pataleta, golpeó con un zapato sobre una mesa de las
Naciones Unidas, a vista y paciencia del auditorio televisivo, y que el
diablo se las aguantara. En ese momento no le hacían caso, y ¿que Aries
tiene el mas mínimo tacto cuando no le hacen caso?
Y sin embargo, este mismo Aries
se quedó realmente desconsolado al no poder disfrutar de las mágicas
maravillas de Disneylandia.
A la gente de Marte se la acusa
con frecuencia de tener un carácter terrible... y lo tienen. Pero
también tienen una total incapacidad para mantener su ira durante mucho
rato y, una vez que han pasado, sus agravios quedan por lo general
enterrados y olvidados. A un Aries le duele y le sorprende que alguien
recuerde aún las cosas crueles que él dijo, pero sin intención. Si tiene
oportunidad, Aries le pedirá disculpas a su peor enemigo, no importa
que amenaza directa pudo formular cuando era presa de la có1era. Quiere
que lo acepten, aunque atolondrada y deliberadamente provoque el
rechazo. Es raro que los Aries se enojen con las personas. Aunque tal
vez recibas tú, lector, la lluvia de chispas, el fuego va en realidad
dirigido contra una idea o una situación que le resulta intolerable.
El Carnero es capaz de intentar
decir alguna mentirilla, si con eso puede pasar a primer plano o quedar
a salvo alguno de sus caros ideales, pero la mayor parte de las veces
no se vale de mentiras... por suerte, porque siempre le descubren. Su
candor sin ambages es más rápido, y como lo que mas le interesa es
llegar prontamente al grano, prefiere decir la verdad. No le queda
tiempo para habladurías, ya que eso significa hablar de otros, y Aries
está demasiado interesado en sí mismo para desperdiciar sus energías en
conjeturas sobre los secretos, el comportamiento o los motivos de quien
sea. Además, normalmente para él la gente es blanca o negra; los matices
de gris no le atraen en absoluto. Sería erróneo, sin embargo, pensar
que esto es prejuicio. Si en su carta natal hay fuertes influencias
planetarias, la impulsiva desconsideración del Aries por los hechos
puede asumir la forma de crueldad o de prejuicio, pero esto no se da con
frecuencia. El Carnero típico se sentirá tan cómodo y se mostrará tan
auténticamente afectuoso comiendo con reyes como con mendigos. Si se
gana la reputación de prejuicioso, ello se debe a su tendencia a
distribuir a la gente en dos campos diferentes -el de los amigos y el de
los enemigos- y además, esperará que cualquiera, si es amigo de él, los
clasifique de la misma manera.
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Pese a su chocante
desenvoltura, el Aries puede ser también el compendio de la gracia
social. Es capaz de conversar durante horas, de manera fascinante, sobre
temas de los que no sabe absolutamente nada. Hay mucho pulimento en la
superficie para cubrir ese agresivo impulso marciano. La paciencia para
el detalle no es su punto fuerte; el prefiere dejar a otros los aspectos
secundarios y mezquinos de la estadística, y en eso es bastante
sensato, ya que otros los abordarán con mucha mas eficiencia. A un
nativo de este signo le exaspera restringirse a los hechos, porque las
lecciones de ayer le importan un rábano, y mañana está demasiado lejos
para preocuparse. Su residencia natural es hoy, a esta hora y en este
minuto. El Aries se consume por completo en la acción del presente.
Realista, sin mengua de su
decidido idealismo, no es fácil dar una descripción emocional de Aries.
Nadie más puede exhibir un comportamiento tan recio y enérgico, pero
también son pocos los que son capaces de su sentimentalismo, su ávida
inocencia y fe en los milagros. La gente de Marte es literalmente
incapaz de aceptar la derrota: ni siquiera la reconocen, aunque les esté
mirando a la cara. En cuanto a los resultados finales de cualquier
cosa, ya se trate del amor o de un partido de béisbol, son
incurablemente optimistas. Muy hábiles en el combate cuerpo a cuerpo,
los carneros se defienden mejor con la cabeza, es decir con la mente.
Disfrutan al encontrar oposición porque eso representa un desafío, y son
capaces de apartarse del camino para ir al encuentro de un obstáculo y
superarlo mucho antes de que se les presente... y a menudo, cuando
podrían haberlo enfrentado desde la dirección opuesta. Tampoco se quedan
esperando a que el éxito les llueva; lo persiguen con furiosa
obstinación, y por eso son tan pocos los Aries que se encuentran en las
listas de quienes disfrutan de un gran bienestar.
La mayoría de la gente se agota
con sólo pensar en la energía del Carnero. Pero los Aries también son
capaces de mostrar calma, seriedad y prudencia cuando así lo deciden. Lo
lamentable es que por lo general no lo deciden hasta que ha pasado la
juventud y la madurez suaviza su áspero idealismo y la avidez de su
prisa. No les resulta difícil ganarse la simpatía popular, pese a lo
cual no son necesariamente buenos políticos.
Thomas Jefferson y Eugene
McCarthy se cuentan entre las raras excepciones a la regla. La mayor
parte de los Aries que se han lanzado a la carrera política han tenido
una carrera relativamente breve o azarosa. En Estados Unidos no ha
habido un presidente Aries desde John Tyler, en 1840. Para el Aries
medio, la política resulta una actividad difícil. Por un lado, los Aries
no son los mejores economistas del mundo.
Además, son impulsivos al
hablar y no soportan los rodeos, dos características fatales para un
político. La mayoría de los políticos esperan a ver que es lo que quiere
el pueblo antes de dar a conocer su propia posición. El Aries medio
tiene sus propias ideas de lo que necesita el pueblo, lo que éste
realmente quiere no le interesa, y ya se ocupará él de que lo tengan,
antes de lo que políticamente pudiera ser conveniente. Así y todo, es
tan idealista que cuando se encuentra frente al público, enciende su
imaginación y le hace volver a tener fe en sí mismo. El fresco candor de
Marte puede despejar el humo de las trastiendas políticas como si fuera
una brisa.
Sin embargo, la mayoría de la
gente de Aries tiene más éxito en los negocios o en las artes creativas,
donde ellos son muy necesarios. Otros pueden destacarse en el
desplazamiento de la estrategia. Gente con una mente más serena y
mentalidad más práctica puede ser mejor para lograr una organización
eficiente. Pero sin la acción directa, la energía y la originalidad del
Carnero, el más deseable de los proyectos se vendría abajo o no
conseguiría avanzar mucho.
Es posible encontrar algún
Aries que sea tímido, pero jamás encontraréis uno que no tenga una
posición bien definida. Es difícil expresar la propia individualidad,
cuando uno está cerca de ellos. Aries es mucho más feliz cuando habla de
sí mismo y de sus planes que de cualquier otra cosa o persona
(excepción hecha del ser amado, cuando se encuentra inmerso en un
romance). Una vez que alguien se ha ganado su interés -y tiene mucha
suerte- el Aries le escuchará con atención, especialmente si las ideas
de su interlocutor son interesantes y progresistas. Se sentirá encantado
con el, y pondrá a su disposición tiempo, dinero, simpatía y lealtad.
Si un amigo está en el hospital, es posible que Aries se olvide de
enviarle una tarjeta, pero le buscará el hospital, lo llevará allí en su
propio coche y 1o recomendará a su propio medico (que, naturalmente,
será más eficiente que Pasteur). Cuando se decide a ayudarle a uno en
una situación difícil, Aries no vacilará ante ningún esfuerzo. Pero hay
que demostrarle gratitud, eso si. Se sentirá profundamente herido, si es
que no se enoja sin mas ni mas, al comprobar que no apreciáis sus
agotadores esfuerzos, que van mucho mas allá de lo que requiere el deber
y, probablemente, exceden también en mucho lo que vosotros queríais o
necesitabais. Disfruta haciendo favores, y cuanto mayor es el gesto
caritativo, mejor, pero el Carnero quiere que se le reconozca lo que ha
hecho. Sin embargo, es probable que aunque no se le den las gracias, no
se niegue a volver a ayudar. Su gran fe en sí mismo só1o encuentra
parangón en su ingenua confianza en los demás, y por eso está casi
constantemente desilusionado y quejándose de que alguien le ha
traicionado. Claro que eso no le afecta durante mucho tiempo. Se rehace,
se sacude el polvo, y no tarda en estar otra vez dispuesto para volver a
quemarse, tras una típica orgía de depresión tan breve como violenta.
Aries da tal impresión de
sinceridad que resulta sorprendente la decisión con la que defiende como
si fuera un hecho algo que él sabe -o debería saber- que no es verdad.
Acusadle de falta de honradez y se os quedará mirando atónito, bien
abiertos sus cándidos ojos por el horror de que podáis dudar de él. Es
capaz de vendarse los ojos y ponerse tapones en los oídos para excluir
algo en lo que no quiere creer. Incluso cuando su posición es
completamente insostenible, seguirá valientemente al pie del cañón,
luchando con total convicción por la causa perdida. Pero también, en un
momento de decisión rápida, puede cambiar de idea respecto de alguna
opinión que uno habría considerado innata en él, y cuando esto sucede,
se le hace imposible volver al punto de vista anterior, y hasta
recordarlo siquiera. Su urgencia por arrojar el pasado al cesto de los
papeles y seguir adelante a toda velocidad (una de las principales
razones de su buena adaptación a los lugares y a la gente nuevos) le
lleva a pensar que quienes intentan razonar con el están interfiriendo
en su progreso. Entonces puede darse el caso de que arroje a los cuatro
vientos el escaso tacto que posee. Los ultra conservadores, que pesan
cada palabra y cada decisión, sacan de quicio a las almas de Marte, que
pueden ser inequívocamente claros y significativos para comunicar su
fastidio y su frustración. Así se comprende, pues, porque en ocasiones
se hacen tan acérrimos enemigos de gente mayor y más prudente.
Aries tiene en su naturaleza
una faceta de inocencia y de avidez, y una especie de fe ingenua, eterna
y alegre, mezcladas con el fervor ciego del cruzado nato. Marte es de
cuernos duros como el diamante, y difíciles de romper. Es frecuente que
lo vea todo rojo, pero cuando las chispas desaparecen, se vuelve tan
alegre y amistoso como una margarita. Su metal es el hierro, y su fuerza
indoblegable le da nueve veces mas vidas que a otros para vivir; nueve
veces mas oportunidades de ganar la batalla. El fuego que consume su
espíritu puede ser una antorcha llameante que ilumine el camino del
valor para cualquiera capaz de reconocer su idealismo. Es el que abre
caminos, el que siempre lleva adelante a los otros hacia una meta
imposible. Su fe, bella y férrea, es pura, sin asomo de aleación con la
hipocresía y la codicia. Es raro que amase una fortuna, y si llega a
hacerlo, no tendrá tiempo para detenerse a contarla. Podéis contar con
su dinero, su ropa o su tiempo. Él siempre tiene algo que le sobra, por
mas estrecho o pobre que pueda encontrarse momentáneamente. El Carnero
sabe que el pan que se arroja a las aguas no sólo alimenta su yo y
vuelve en mayor cantidad, sino que hace feliz a la gente, y esa es una
de las cosas que mas le gustan en la vida.
Para Aries, los milagros son a
dos centavos la docena, y si se os acaban, el os hará unos cuantos mas,
envueltos en hermosos sueños de color escarlata.
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PERSONALIDADES FAMOSAS BAJO
EL SIGNO DE ARIES
Eugene McCarthy, Andrew Mellon, J. P. Morgan, Wayne Newton, Lily Pons, Joseph Pulitzer, Simone Signoret, Harold Stassen, Thomas Dewey, Bernard Gimbel, Harry Houdini, Henry James, Thomas Jefferson, George Jessel, Nikita Kruschev, Clare Boothe Luce, Leopold Stokowski, Gloria Swanson Lowell Thomas, Arturo Toscanini, Peter Ustinov, Vicent van Gogh, Wernher von Braun, Tennessee Wiliams.
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Eugene McCarthy, Andrew Mellon, J. P. Morgan, Wayne Newton, Lily Pons, Joseph Pulitzer, Simone Signoret, Harold Stassen, Thomas Dewey, Bernard Gimbel, Harry Houdini, Henry James, Thomas Jefferson, George Jessel, Nikita Kruschev, Clare Boothe Luce, Leopold Stokowski, Gloria Swanson Lowell Thomas, Arturo Toscanini, Peter Ustinov, Vicent van Gogh, Wernher von Braun, Tennessee Wiliams.
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Vicent van Gogh
EL HOMBRE ARIES
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Yo voy por mi camino, dijo, y
cuando encuentro un riachuelo en la montaña le prendo fuego...
Así que de cualquier manera entraré en el jardín, y no me importa lo que suceda.
Ese ser que está allí haciendo
una llamada telefónica, ¿es una dínamo cargada eléctricamente? ¿Es una
antorcha flameante?
¿Es una explosión, un pájaro...
o es Superman? Vaya, prácticamente si. Es un varón Aries, lo cual se le
aproxima bastante.
Esperemos, lectora, que sepas
lo que pretendes. Si es emoción, el hombre Aries te la ofrecerá a
raudales, y rara vez un instante de aburrimiento atenuará el
chisporroteo. Pero si lo que buscas es la seguridad y la satisfacción de
un amor tranquilo, entonces te has equivocado de cabina telefónica.
Aries puede abrumarte en un
minuto con su ardor apasionado, y al minuto siguiente mostrarse tan frío
como un oso polar. Si le ofendes o pierdes su interés -o ambas cosas-
esa naturaleza marciana, cálida e impulsiva, se helará al instante, y
volver a encenderla puede significar tener que empezar todo desde el
principio, desde el Acto I, Escena I.
Los hombres Aries rebosan ideas
y energía creativa. Mantenerse a su altura puede ser agotador, pero
vale más que lo hagas, mentalmente por lo menos. Es típico de Aries
dejar atrás a las tortugas, sin volver la vista. Probablemente su
aspecto y su manera de actuar sean mas juveniles que la primavera, lo
cual puede ser encantador; pero es posible que esa aura de juventud
persista en sus actitudes mentales y emocionales hasta que madure, cosa
que no le sucede muy pronto en la vida. Aries es impaciente con los
apocados, es audaz y confiado, va siempre por delante de los demás, y
más de una vez por delante de sí mismo. Puede ser el espíritu de la
generosidad y prodigar alegremente a los extraños su tiempo, su dinero,
su simpatía y sus posesiones. Pero también puede ser, cuando la
satisfacción de sus deseos se retrasa o cuando se ve obligado a
frecuentar gente que no le responde, exasperantemente intolerante,
desconsiderado, egoísta y exigente.
Cuando se trata de amor, su
actitud desaprensiva es absolutamente pasmosa. Se zambullirá en una
aventura, con la total seguridad de que es el único amor verdadero desde
que el mundo es mundo, tal vez con la excepción de Romeo y Julieta. Si
la relación se rompe, el juntará los pedazos y recurrirá a cualquier
procedimiento para salvar el difunto romance. Si es irreparable,
empezará todo de nuevo, con una nueva Julieta, lo mismo que la
primerísima vez. Por mas errores sentimentales que haya cometido, el
Carnero está seguro de que su verdadero amor, su alma gemela, está
esperándole en el próximo sueno. Y a menos que tú seas una mujer de
Escorpio, el Aries es tan apasionado como pudiera soñarlo cualquier
mujer. No es mucho lo que deja por desear. Es tan idealista y
susceptible al sentimiento que sabrá sacar el jugo a todos los
cosquilleos, suspiros, éxtasis y poesía que sea posible exprimir de una
relación.
Aries es incapaz de quedarse a
mitad de camino. Se entrega todo entero al interés ardiente del momento.
Es posible que tengas que
vértelas con uno de los más tranquilos y te parezca una oveja. Pero no
te dejes engañar. De todas maneras, el que lo rige es Marte. ¿No habla
demasiado? ¿No es manifiestamente exuberante e impulsivo? Bueno, yo
también conozco uno de esos. Pero te doy mi palabra de que, si pudieras
ver por dentro esa cabeza dura, descubrirías que los sesos le giran
aproximadamente a doscientas revoluciones por segundo. Siempre que te
encuentres con uno de esta clase, que a primera vista no parezca tener
el típico impulso marciano, examina los archivos del negocio en que se
ocupa, y no tardarás en convencerte de que se trata de Aries. Después,
pregúntales a las chicas que han salido con el. Probablemente te
responderán con una risita. “¿Él? ¿Falto de genio? ¿Tímido? Tú debes
estar hablando de algún otro”. Después de un tiempo empezarás a ver
clara la imagen. Ese aspecto sereno es la máscara de un corazón ardiente
y de una inflexible capacidad comercial. Naturalmente, es más fácil
enamorarse de uno de los Aries simples y directos, que no se privan de
demostrar el entusiasmo que les despierta todo, desde las patatas fritas
al automovilismo, sin olvidar los paseos a la luz de la luna.
No hay otro signo solar capaz
de ser tan escrupulosamente fiel como Aries cuando está de veras
enamorado. Por lo común, su honradez le impide cualquier engaño, y su
idealismo le mantiene a salvo del deseo de engañar. No importa lo que
digan los libros, la promiscuidad no es un hábito de Aries, ni siquiera
los flirteos a la ligera, cuando se ha enamorado profundamente y de
corazón. Lo que él busca es un romance de novela, y los romances de
novela no admiten una actitud frívola respecto al amor y al sexo. Las
otras chicas fueron antes que tú aparecieras. Conozco un Aries que con
frecuencia inicia los comentarios referentes a su pasado, dirigidos a su
amor actual, diciendo: “Eso fue antes de nosotros”.
Claro que hay que estar alerta
por lo que pueda suceder porque, a pesar de su sinceridad en su actual
devoción y en sus promesas de total lealtad (que, a no dudarlo, son
absolutamente veraces), su necesidad de romance es tan intensa que es
capaz de irse a buscar en otra parte si su pareja no mantiene
constantemente vivas sus ilusiones. En el minuto en que permitas,
lectora, que vuestro amor pierda el tinte novelesco, es posible que él
se salga del camino recto. Y para que lo sepas sin lugar a duda, para él
un amor novelesco excluye irse a acostar por la noche con una mujer que
se ha untado el pecho con ungüento para la tos. También excluye ser
testigo de detalles de tu intimidad personal, tales como pintarte las
unas, cepillarte los dientes, teñirte el pelo para quedar mas rubia,
arrancarte la piel quemada por el sol, recortarte la cutícula o discutir
durante horas por teléfono con tu madre. Para su mentalidad, esa no es
la forma en que se conducen las princesas en las novelas. Y Dios sabe
que Julieta jamás se habría sentado con los pies sobre una mesita, a
mascar chicle y ver la televisión. Perfúmate cuando él esté en casa, y
charla con tus amigas cuando no esté. Se le hace difícil pensar que es
el Príncipe Encantador si cuando te besa para despertarte tu le
respondes con un ronquido o le dices: “Haz el favor de dejarme dormir,
¿quieres?”.
Y realmente, dime si es así
como debió reaccionar la Bella Durmiente al despertar. De manera que
cuídate de saludarle todas las mañanas sin aliento y con los ojos
húmedos, recién salida de tus sueños, maravillada de encontrar su
hermoso rostro. Y no dejes de hacérselo saber.
Cuando su pareja descuida los
aspectos románticos, el varón Aries se queda en principio con el corazón
destrozado. Después se enoja y va en busca de una princesa que no
ronque ni haga ese tipo de cosas. Por lo que a él se refiere, no es
ninguna falta de honradez. El no rompió ninguna promesa; la rompiste tú.
Tú, que le hiciste pensar que eras un delicioso ruiseñor que canta a la
luz de la luna, como dice su canción favorita. Y ahora ha descubierto
que en realidad eres una ardilla parlanchina o un pajarraco fastidioso, y
el impacto te arranca de su mundo celestial de coros angélicos y
campanas que repican cada vez que él te toca la mano. ¿Cómo pueden
repicar las campanas si tú tienes siempre las manos llenas de ceniceros
para lavar, y cómo puede él oír los coros si tú le reprochas que dos
noches seguidas ha llegado a casa después de medianoche? (Lo cual es
cierto, claro, pero ¿quién eres tú para creer que puedes vigilar sus
movimientos? El matrimonio no es una prisión, ni tú eres su guardiana:
esa es la actitud de Aries.)
Si aprendes a abrir los ojos y a
mirarle a través de una bruma, y todas esas cosas, se quedará muy feliz
contigo, y por ti ignorará a todas las mujeres del mundo. Es muy
improbable que el Carnero se complique físicamente con más de una mujer a
la vez (a menos que en su carta natal tenga como ascendente Géminis, o
alguna influencia de Venus). Sencillamente, eso no concuerda con su
imagen de un amor verdadero y perdurable. La decisión de romper con el
antiguo vínculo la tomará siempre antes de que el nuevo se haya tornado
muy profundo. Y no te faltarán advertencias: es muy raro que un Aries
pueda fingir una pasión que no siente. Con eso sólo, ya no es posible
que el calibre del engaño sea muy grande. Además, ahora tú ya sabes que
hacer para mantenerle dentro de las paginas de la novela.
Para retenerle, hay que ser una
combinación de Grace Kelly, Ursula Andress, Marie Dressler, Madame
Curie y la Reina Victoria, con un poquito de Clare Boothe Luce para
matizar. No hay princesa que, por sí sola, pueda satisfacer su imagen
ideal. Es toda una hazaña convencerle de que una es superior a todas las
demás mujeres, pero quien lo logre hará de él un hombre impecablemente
fiel. Y vale la pena intentarlo, porque así como Aries se zambulle de
cabeza en un romance, también huye de él con la misma decisión. Es tan
idealista como egoísta, lo que quiere decir que no soporta admitir que
se ha equivocado, o que el amor que el eligió pueda morir. Así y todo,
no hay que olvidar que para él pueden ser insoportables situaciones que
otros considerarían normales. Después de una separación, si lo
encuentras en un estado de ánimo adecuado, es posible reavivar el fuego
del romance, pero para eso hay que actuar como si jamás hubiera existido
intimidad alguna. Para ganarle habrá que jugar fuerte, porque le
entusiasman los desafíos. Y si alguna vez surgen problemas, será mas
fácil perdonarle un extravío si recuerdas que fue causado por un impulso
repentino, después que su ruiseñor dejó de cantar a la luz de la luna, y
no fruto de la búsqueda deliberada de una frívola aventura. En
realidad, el adulterio resulta desagradable a la honradez de su
naturaleza. No pongas en peligro el futuro. Ya que tienes la llave
mágica de su corazón, úsala.
Y si se te ocurre la idea de
jugar con él el juego del flirteo... descártala. Con Aries,
probablemente tu primera indiscreción será la última. Un susurro o una
mirada insinuante a otro hombre puede bastar para que le pierdas, y no
hablemos de una infidelidad real. Él insiste en ser el primero en todo, y
puedes apostar tu recuerdo mas querido a que eso incluye ser el primero
en tu corazón. Aries es posesivo y extremadamente celoso. Solamente el
varón de Leo es capaz de enfurecerse más que él ante la sola idea de una
traición de su amada. Y lo que empeora las cosas, es que el Carnero
jamás te concederá la fe ciega que espera de ti en asuntos de amor.
Simplemente, tienes que entender que sus animadas conversaciones con
otras mujeres son inocentes, porque él exige para el contacto social
toda la libertad que le niega a su pareja, y mas aún. Tu amante marciano
te colocará en un pedestal y esperará que permanezcas allí. No muevas
ni un dedo, ni siquiera des la impresión de que tienes ganas de moverlo.
El hombre Aries es rebelde por
naturaleza. Le encanta desafiar a la autoridad, y piensa que el nació
mas vivo que todos los demás. Es posible que eso sea así, pero a la
mayoría de la gente no le gusta que se lo digan. A consecuencia de su
forma temeraria de imponer su superioridad, es posible que más de una
vez se pele la frente. Como él necesita conducir y se niega a ir detrás,
los que tienen mas poder que él le darán mas de una vez una lección de
humildad. En esas ocasiones, tú sales ganando, porque a ti recurrirá en
busca de consuelo y seguridad para su yo magullado. Entonces te darás
cuenta de que su fachada confiada y agresiva oculta un complejo de
inferioridad, pero el preferirá morir antes que admitirlo. La mujer que
trate con suave y absoluta devoción su pulverizada confianza es la que
cuenta con más posibilidades de conservar su afecto. Jamás cometas el
error de estar de acuerdo con su momentáneo enemigo, ni de intentar ser
justa y ver la otra cara de la situación conflictiva. Tú debes amar lo
que él ama y odiar lo que él odia. En el amor y en la amistad, Aries
exige la misma lealtad orgullosa e incondicional que él brinda. Es su
código, y si no puedes ajustarte a él, búscate otro hombre.
En la naturaleza de Aries no
hay lugar para tretas sutiles. No es nada difícil reconocer cuando, para
un hombre de este signo, una relación se ha terminado. La frialdad y el
aburrimiento en su voz y en sus modales serán inconfundibles, y
generalmente irán acompañados de una sincera declaración que exprese las
cosas con cristalina claridad. Por otra parte, una fogosa explosión de
có1era es menos grave, y significa que su disgusto no es, probablemente,
mas que un estado de animo pasajero y que el romance puede salvarse.
Con los Aries, el hielo es más temible que el fuego.
A los hombres de Aries no les
gustan los juegos. Aries enfoca las cosas de forma directa, tanto en el
romance como en los negocios. Una vez que el amor ha sido reconocido,
Aries no perderá un segundo, pero cuidado: deja que quien lo reconozca
sea él. No le persigas, no le llames frecuentemente por teléfono, no le
mires embelesada ni le declares tus sentimientos hasta estar del todo
segura de que la pasión es recíproca. La manera más rápida de perderlo
es tomar la iniciativa. En eso, como en todo, el líder tiene que ser él,
y si no se lo permites, puede desinteresarse con una rapidez tal que te
dejará tan atónita como aplastada. Sin embargo, cuando ya estéis
comprometidos en firme, no te muestres demasiado indiferente, porque
buscará en otra parte quien le preste atención. Con un Aries, el amor es
como caminar por la cuerda floja entre un cálido interés y un desapego
distraído. Tendrás que ser prácticamente una artista del trapecio. No
corras tras el, pero tampoco le huyas. Cuélgate una mascota al cuello,
búscate un trébol de cuatro hojas y pídele un deseo a la primera
estrella. Con eso conseguirás tanto como con una estrategia metódica y
formal, y probablemente mas. Incluso después que seas suya, tienes que
mantenerle en suspenso. Al mismo tiempo, Aries necesita la seguridad de
que tu amor sigue presente. Aprende a vivir así... o aprende a vivir sin
Aries.
En cuanto a lo positivo, aunque
tu amante Aries insista en ser el primero en la relación, será también
el primero en decir que lo lamenta cuando hayáis reñido, y el primero en
estar a tu lado cuando le necesites. Cuando estés enferma o triste, no
se separará de ti. Para complacerte gastará el dinero con prodigalidad y
buena disposición (si es un típico hijo de Marte). Te hará un cumplido
por tu aspecto externo, apreciará tus capacidades y será un compañero
mentalmente estimulante. Por más que pueda ser mandón y perder los
estribos por una bagatela, rara vez dejará que el Sol se ponga sobre su
ira, sin hacer las paces. Tú serás lo más importante de su vida, pero él
espera que tú lo sepas, y espera recibir afecto y atención cuando está
excitado por alguna idea nueva que se apoderó de su interés. Quiere ser
él todo tu mundo, pero a diferencia de otros hombres, si tú eres su
igual te dejará que compartas el suyo.
El varón Aries espera que la
dama de sus sueños sea al mismo tiempo ultra femenina y desenvuelta. La
quiere completamente independiente, pero dispuesta a marchar unos pasos
detrás de él. Espera que le elogien y le demuestren devoción, pero sin
entrar jamás en el papel de humilde esclava. ¿Todavía estás conmigo?
Bueno, que muchacha tan valiente. Pero hay más. Aries es capaz de decir
cosas amargamente crueles y sarcásticas cuando su yo está herido, cosas
que él dice sin la menor intención, pero que a ti pueden destrozarte el
corazón si no lo entiendes. Y después esperará que le perdones y que te
olvides con la misma facilidad que él. Tendrán que gustarte todos sus
amigos, aunque él se reserve el derecho de aburrirse con los tuyos, pero
lo que querías era un hombre, ¿no? Y en tu compañero Aries sin duda lo
has encontrado. Si eres una mujer de verdad, vuestro amor puede ser la
envidia de todo el pueblo, como el de Romeo y Julieta (sin la tragedia,
claro).
Una vez que te hayas casado con
él, Aries será el dueño de la casa o se ira de ella. No aguanta que le
molesten en público ni en privado, y mucho menos por la forma en que
gasta su dinero. ¿Acaso no se lo gana él? ¿No es su dinero? (A veces,
ese pronombre posesivo puede ampliarse hasta abarcar también el dinero
que ganas tú.) Es posible que no sea capaz de equilibrar del todo el
presupuesto -y es por pura bondad que lo digo con tanta delicadeza-,
pero no intentes encargarte tú de ello, aunque toda la vida hayas sido
un genio en matemáticas. Jamás quieras interferir en sus asuntos
financieros. Es esencial que sea siempre él quien ajuste los cordones de
la bolsa. Si es un Aries típico, será generoso con el dinero, y te dará
todo lo que necesites. Podrás tener tu bolso de piel de víbora cuando
él se haya comprado la cartera de cocodrilo.
Puede ser un poquito egoísta,
pero jamás tacaño.
Aunque pueda cambiar
frecuentemente de trabajo hasta que llegue a ser su propio patrón, un
Aries no te dejará morir de hambre. Encontrará manera de conseguir que
el dinero siga llegando, por más que se vuelva a marchar con la misma
rapidez. Será mejor que ahorres algunas monedas de las grandes en el
cerdito de porcelana y le des la sorpresa cuando mas las necesite,
porque no es probable que él ahorre mucho (a no ser que tenga algún
elemento positivo, como la Luna en Capricornio o en Cáncer, o un
ascendente que le predisponga a hacer economías).
Con cada bebé que tengáis, él
se conducirá como el delicado y orgulloso papá de tus sueños. Es posible
que mas adelante sea un poco mandón con los niños y trate de imponerles
sus carreras. Será un padre tierno y maravillosamente divertido, pero
es posible que haya que recordarle que los chicos necesitan de la
independencia tanto como él. El de padre es, decididamente, un papel que
a él le gusta. El béisbol, las charlas sobre aves y abejas, el fútbol,
salir a cenar con su mujer, la serie completa. Pero no le des la
impresión de que alguno de los pequeños es más importante que él para
ti, porque entonces la cosa dejará de gustarle.
Una vez casados, la mujer de
Aries puede seguir adelante con su carrera, si así lo desea. Lo más
probable es que él no se ofenda, siempre y cuando su cónyuge no brille
más que él. Es importante que recuerdes que le resulta más fácil
perdonar las sopas de lata o las comidas congeladas que la falta de fe
en sus ideas.
Estimula su independencia, pero
procura doblegar -con tacto- su carácter impulsivo. El conductor debe
ser él, porque si no, la vida no vale la pena. Su gran entusiasmo
burbujeante puede morir una triste muerte si le echas un cubo de agua
fría o, con una negativa, provocas un cortocircuito en su energía
positiva. En el momento en que pierda su autoridad, en el trabajo o en
casa, su estimulante optimismo se convertirá en sombrío descontento para
acabar finalmente en un decidido desinterés. No está en su naturaleza
someterse. Aries es hombre entre hombres, y su mujer jamás debe destruir
su masculinidad, sin que ella pierda su individualidad tampoco. No
intentes manejarlo, ni dejes que él te maneje. Un marido de signo Aries
no aguantará que su mujer tenga todas las noches reuniones en el club,
pero no tolerará tampoco una esposa que se pase todo el día en casa
tejiendo manteles y cubrecamas. Se trata de alcanzar un término medio. Y
si aciertas, piensa que algún día serás la única Julieta de pelo blanco
en tu círculo, con un marido que seguirá poniéndose romántico cuando se
hayan cumplido vuestras bodas de oro. Es todo un desafío, si eres
romántica... y claro que lo eres, porque si no, para empezar, no te
habrías metido con un Aries.
.
LA MUJER ARIES
-¿Pero es que no vas
corriendo a ayudarla? -preguntó Alicia.
-¡Es inútil, es inútil!
-dijo el Rey-.
-Corre con tan tremenda
rapidez que sería como intentar dar caza a un Bandersnatch.
¿Conque estás enamorado de una
muchacha Aries? Pues no sé si felicitarte o compadecerte.
Cuando Byron escribió que “el
amor del hombre es cosa aparte de la vida del hombre; para la mujer es
toda su existencia”, se olvidó de que había mujeres Aries. Una mujer
Aries puede pensar que el amor es toda su existencia, pero está
demasiado absorta en el mundo que la rodea, por no hablar de lo
vitalmente absorta que está en sí misma, para que el amor sea realmente
el comienzo y el final de su vida. Aries puede pasarse sin un hombre más
fácilmente que cualquier otra mujer.
Claro que pasarse sin un hombre no significa pasarse sin romance. La mujer Aries necesitará siempre de ese héroe de sus sueños por quien suspira en su corazón. Es posible que esté muy lejos en el tiempo y en el espacio -o simplemente invisible e inaccesible, oculto en las nieblas del mañana-, pero en una lluviosa tarde de abril, nuestra amiga estará pensando en él.
Rondará sus pensamientos cuando
caiga la primera nevada, cuando ella escuche cierta canción o vea
destellar un relámpago. Sin embargo, por más que suspire por él, si no
se da en forma inmediata la presencia física de un varón, la mujer Aries
no le echará terriblemente de menos. Cualquier cosa que él pudiera
hacer, yo puedo hacerla mejor: eso es lo que ella piensa.
La muchacha Aries se abre sola
las puertas. También se pone sola el abrigo, libra sus propias batallas,
se aparta ella sola la silla, llama el taxi y se enciende el cigarrillo
sin necesidad de ayuda masculina. Para ella, hacerlo sola es la manera
mas rápida de hacer algo. Naturalmente, no es una actitud que guste
demasiado al vulnerable ego masculino. La joven marciana está decidida a
tomar la delantera, a ser la primera en emprender la acción, y en ello
incluye tomar la iniciativa para empezar un romance. Entre todos los
signos solares, son las mujeres Aries las que más probabilidades tienen
de declararse, especialmente si el hombre no se decide a hacerlo. Y,
amigo mío, ese es el único momento en que puedes demostrarle sin peligro
tus sentimientos: cuando ella se te declare. Si lo haces antes, estás
corriendo un albur. Ten mucho cuidado con tus iniciativas cuando la
chica es Aries, porque a ellas les gusta dirigir la relación amorosa.
Mas vale que te asegures bien de haberte metido su corazón en el
bolsillo antes de intentar rodearle la cintura con un brazo y darle un
beso de despedida, porque si no, es posible que te lance un gancho de
derecha en la mandíbula y huya como una cervatilla asustada.
Pero no te confundas. La razón
de su huida no es su modestia virginal, ni el miedo a tus apasionadas
intenciones. Con eso puede arreglárselas muy bien. Si escapa es por el
temor de verse complicada con un esclavo reverente o con un cachorrito
enamorado, porque cualquiera de esas cosas le arrancaría lágrimas de
aburrimiento. Muéstrate indiferente, mantenla en la incertidumbre, y lo
más probable es que sea ella quien te arrincone. Un hombre que se
resiste a su influencia es siempre seductor para una Aries, que no puede
entender que él no está fascinado por sus indudables encantos.
Entonces, su naturaleza marciana no dejará piedra sin mover para
demostrar que ella es deseable, aunque él no le despierte ningún interés
duradero.
El arquetipo de la mujer de
este signo es Scarlett O'Hara. Como ella, la joven Aries conseguirá
tener a sus pies a todos los varones existentes en ciento cincuenta
kilómetros a la redonda, mientras su terco corazón se derrite por el
único hombre que, por la razón que fuere, le resulta inaccesible. Como
Scarlett, la mujer regida por Marte es capaz de adaptarse rápidamente
para sobrevivir, para hacer frente a un ejército que avanza y para, con
helada tranquilidad, atravesar de un balazo la cabeza de quien
signifique una amenaza para sus seres queridos.
El momento en que Scarlett muestra mejor las características del signo es cuando hambrienta, sola y sin amigos, sin aguantar a que un hombre corra en su auxilio, levanta los puños al cielo para gritar: “Sobreviviré, y jamás volveré a tener hambre... ¡Pongo a Dios como testigo de que aunque tenga que mentir, estafar, robar o matar, jamás volveré a tener hambre!”. Y mucho después, con el corazón destrozado, muerta la hija que amaba y cuando el único hombre que ha amado en su vida está a punto de abandonarla, esta mujer típica de Aries todavía es capaz de decir: “Ya se me ocurrirá la manera de hacerle volver. Jamás ha habido hombre a quien no pudiera conseguir, si he puesto en él mi mirada... Después de todo, mañana será otro día”.
Si, Scarlett O'Hara nos da una
nítida imagen del primer signo solar del zodiaco, con toda la fuerza de
Marte y con su capacidad para rehacerse de la tragedia; apta para
desempeñar hasta sus últimas consecuencias el papel femenino, con sus
caídas de ojos y una oportuna lagrimita, pero igualmente capaz de hacer
un trabajo de hombre cuando no hay hombre a mano. Un cuidadoso estudio
del personaje Scarlett permitirá al lector tener una clarísima imagen de
lo que le espera con una Aries... y, naturalmente, también de las
recompensas que puede esperar después de haber tenido la valentía de
cortejarla. Es posible que su impulso agresivo sea difícil de soportar,
pero su radiante optimismo y su fe en el mañana pueden resultar muy
estimulantes.
A las muchachas Aries les
encanta que las halaguen, pero con sinceridad. Hazle saber a tu chica
que la admiras, pero sin ser demasiado florido ni meloso. La lealtad de
las Aries en amor es total, siempre que su galán sepa mantener vivo el
sentimiento, porque son muy sentimentales. En ellas se da la
contradicción típica del signo: no quieren que las persigan, pero
pierden rápidamente el interés por quien se muestra demasiado
indiferente. Una Aries no quiere un varón completamente dominante, pero
tampoco se entusiasmará por un hombre que se eche a sus pies para
adorarla. Antes de que el amor pueda aportarle la felicidad, la mujer
Aries debe responder al eterno desafío de Marte: el intenso deseo de
controlar al amante, en conflicto con el secreto anhelo de ser
controlada por él. Increíblemente idealistas, son mujeres que a veces
buscan en vano el valiente caballero de armadura resplandeciente que las
embargue de emoción y conquiste el mundo para ofrecérselo en bandeja,
sin que eso les haga sacrificar su virilidad. Como tal personaje no
existe más que en los cuentos de hadas y en las leyendas de la corte del
Rey Arturo, es frecuente que la mujer Aries ande sola, sin estrella que
la guíe. Sus días son luminosos y llenos de emoción, como oscuras y
llenas de nostalgia suelen ser sus noches. Sin embargo, cuando sus
sueños derrotados se convierten en ardientes cenizas, cuando ya uno
piensa que la llama se extingue, Aries se levanta de un salto para
encender otro fuego.
Para amarte, la mujer Aries
debe estar orgullosa de ti, pero no exageres tu importancia hasta el
punto de dejar de prestar atención a los talentos y las capacidades de
ella. Aunque te exija mucho, te lo devolverá con creces. La joven Aries
puede ser generosa en exceso con su tiempo y su compasión, compartir
alegremente posesiones y dinero, pero cuando se trata del amor es lista y
llanamente avara. En cuanto a las relaciones amorosas, su lema es “lo
que es mío, es mío”, y no hace falta mucho para provocar una explosión
de celos. No se te ocurra admirar en presencia de ella a tu actriz
favorita, ni tener demasiadas atenciones con sus amigas. El hombre
casado con una mujer Aries hará bien en buscar un secretario varón. Si
no siente que es la primera para ti, en todos los sentidos, no tardarás
en preguntarte por que han desaparecido tan rápidamente la intensidad de
la pasión y la emoción subyugante. Cuando la mujer Aries se siente
realmente herida, su fuego se convierte en hielo. Su fuego arde
intensamente y se extingue con rapidez; su hielo puede ser eterno. No lo
olvides, si es que ella te interesa en serio... y es poco probable que
ella quiera interesarte de ninguna otra manera. Aries juega a todo o
nada.
Son mujeres que ponen a su
amado en un pedestal y esperan que viva de acuerdo con una imagen de
imposible perfección, negándose tercamente a advertir que tiene los pies
de arcilla, hasta que se le aflojan de tal modo que incluso ella tiene
que notarlo. Jamás critiques al amante, al marido o a los hijos de una
mujer Aries, a menos que te hayas puesto un traje de amianto. Son
mujeres capaces de ser exigentes, egoístas, y de hacer observaciones
hirientes si alguien arroja un cubo de agua fría sobre lo que es suyo.
Pero también pueden ser gentiles y delicadas cuando se las sabe tratar.
Como las Aries prefieren la
compañía masculina a la femenina, y solicitan la admiración de todos los
hombres que las rodean, entre los nueve y los noventa años, con una de
ellas te sobrarán las oportunidades de sentir los aguijonazos del
pequeño monstruo verde de los celos. Olvídate de ellos. Si ella se
mostrara contigo orgullosamente posesiva, ni por un momento aguantará
que tú seas posesivo con ella. Una mujer de este signo insiste en tener
completa libertad, tanto antes como después de casarse. Vaya donde vaya y
haga lo que haga, tendrás que confiar en ella, por más que ella no
tenga en ti una fe semejante (a menos que haya aprendido por las malas a
controlar sus emociones). De todos modos, la cosa no es tan dura como
parece, porque una vez que Aries se entrega de verdad, es fiel. Es raro
que la joven Aries pueda amar a dos hombres al mismo tiempo;
simplemente, su honradez no le permite el engaño. Si no median
circunstancias excepcionales, te hará saber con toda claridad que su
amor ha muerto antes de entablar una relación seria con otra persona.
Es una mujer capaz de pasión
profunda y de místico idealismo, entretejidos de las maneras mas
extrañas. En una relación que ella sienta como auténtica y perdurable,
no habrá lugar para reticencias, astucias femeninas, maniobras de
coquetería o juegos tontos. Su amor es directo, como su forma de hablar y
de actuar. Hay algo limpio y fresco en la sencillez de sus emociones
que, así y todo, la llevan a veces a aguas demasiado profundas para
ella. Es posible que tengas que domesticarla un poquito, pero si te ama
de verdad, lo aceptará con una docilidad sorprendente.
Las mujeres de Marte suelen ser
mujeres de carrera, capaces de desenvolverse bien en la misma profesión
que un hombre, desde corredor de Bolsa a agente inmobiliario. También
pueden lucir un lindo perfil o una pierna bien torneada en ocupaciones
estrictamente femeninas, como la de actriz o la de modelo. A veces
resulta difícil conseguir que una muchacha así deje su trabajo por un
hombre, si es una carrera o una profesión autentica. Tal vez durante un
tiempo lo abandone todo, mientras se sienta inundada por el resplandor
del romance y se imagine una casita de novela para los dos solos, junto
al mar (ya que es típico de la imaginación Aries ir directamente a las
partes gratas e ignorar las aburridas). Pero cuando haya que darle una
mano de pintura a la casita, cuando en el techo aparezcan goteras y el
resplandor inicial comience a oscurecerse, es posible que Aries se ponga
ansiosa por sacar de nuevo a relucir su carta de trabajo. No hay que
impedírselo. Será mucho más feliz y se sentirá más enamorada -y hasta
más dulce- si se le permite llenar sus ratos de ocio con algo que le
interese. Las emociones insatisfechas pueden llevar al marciano a
convertir un grano de frustración en una montaña de problemas.
Prácticamente, no hay nada a lo
que una mujer de ese signo sea incapaz de hacer frente. Ya se trate de
una cosa importante o simplemente de algo que se le ocurra para alegrar
su vida, algún intento hará por conseguirlo, sin importarle si es
práctico o no. Conozco una mujer Aries que, por razones financieras, se
vio obligada a vivir durante varios años en dos habitaciones, con el
marido, cinco hijos bien inquietos y un perro. Es una situación bastante
sofocante y cuya sola perspectiva puede despertar algunas dudas en una
mujer con sentido común. En una marciana, no. Esta se las arregló para
enfrentarla, aunque quizás alguna vez sufriera momentos de malhumor.
Cuando estaba en esa situación, un astrólogo le leyó su carta natal y le
señaló que sus aspectos planetarios mostraban un largo periodo de gran
estrechez en su vida. Ella se quedó muy intrigada. “¿Y cuando parece que
pueda ser eso?”, quiso saber.
La misma impulsiva Aries un día
sintió repentinamente la urgencia de agregar un perro más al grupo que
acampaba en sus dos habitaciones. Tenía la sensación de que el mimado de
la familia necesitaba compañía femenina; se le veía muy solo. Además, a
los niños les pareció una idea realmente sensacional.
El descubrimiento de que el
segundo perro no sabía comportarse en una casa la arredró só1o
temporalmente. Decidida como un sargento instructor, asignó turnos para
que todos los miembros de la familia fregaran sucesivamente la alfombra.
Cuando comprobó que de todas maneras jamás volvería a quedar como
antes, analizó la situación para tomar una decisión. ¿Deshacerse del
segundo perro? No faltaba más. Nuestra amiga abrigaba la secreta
esperanza de que pronto habría cachorros. De alguna parte tendría que
salir el dinero para comprar una alfombra nueva. Y lo raro fue que
apareció. En cuanto a los cachorros, ella estaba segura de que se
produciría algún milagro y de que todo el batallón podría ir a vivir a
un apartamento nuevo antes del feliz acontecimiento. Y lo raro es que
eso ocurrió. Los milagros tienden a sucederle a la gente que cree en
ellos, y vaya si las mujeres Aries creen. A veces, hasta el límite de la
bobería. Su precipitación puede llevarlas a meterse en líos muy
complicados, y es posible que ya tengan algunas canas antes de aprender a
no pasar por segunda vez por la misma complicación. Aries no suele
aprender de la experiencia. Ganas no le faltan, pero su disposición no
le deja. De nada sirve alertar a una mujer típica de Aries con la
bíblica advertencia de que “el orgullo va antes de la caída”, frase que
ella interpreta desde que se la enseñaron por primera vez, en el sentido
de que “cuando pierdas el orgullo, caerás”.
Nunca te inquietes por la
posibilidad de que tu amada Aries sucumba a los encantos de un lobo. Es
tan inmune a los lobos como a los playboys, y corre mucho mas peligro de
verse seducida por algún idealista que defienda una causa, sobre todo
si es una causa perdida. Pero ni siquiera con él se privará de hacer
valer con frecuencia su individualidad, rasgo éste que jamás quedará
completamente conquistado en la mujer de Marte, por más que el hombre
adecuado pueda suavizarlo. Una muchacha Aries te hará regalos, te
prestará dinero, te cuidará cuando estés enfermo y te ayudará a
conseguir trabajo. Y esperará lo mismo de ti.
Aunque ella lo niegue con
vehemencia (con la misma vehemencia que pone en casi todo), cuando se
siente triste, tú también tendrás que estarlo. Cuando esté feliz,
tendrás que estar feliz. Para Aries, amar es compartir en la igualdad.
Tu Aries espera compartir tus hojitas de afeitar, tu cuenta bancaria,
tus amigos y tus sueños. A cambio, tú puedes compartir los de ella.
Claro que es posible que su hojita de afeitar esté rota, su cuenta
bancaria casi en cero, sus amigos un poco dispersos, y que sus sueños
sean demasiado fantásticos para que tú te los tragues, pero ella no se
mostrará egoísta con sus posesiones. Que no le cuentes un secreto puede
hacerla enfurecer, y no es buena idea hacer enfurecer a Aries. Jamás
hagas que se avergüence de tu lenguaje, de tu ropa o de tu conducta en
un lugar público. Ella jamás te hará sentir incómodo, por lo menos en
esos aspectos.
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Herir su orgullo o poner freno a
su entusiasmo son cosas que pueden poco menos que destrozarle el
corazón. Es, ni más ni menos, lo que continuamente le hacen otros. El
mundo no perdona a una mujer que no se calla y que se considera mas
despierta que nadie. Cuando descubra que, después de todo, la que rige
el Universo no es ella, correrá a tus brazos con lágrimas en los ojos,
huyendo de su mundo oscuro y desalentador.
Entonces tendrás oportunidad de
verla tal como es realmente, indefensa y vulnerable en extremo, pese a
toda su confianza exterior. En realidad, no es la mujer invencible, por
más que le gustaría serlo. Admira la fuerza y procura imitarla. Es
frecuente que la realidad haga pedazos el idealismo de Aries y su fe
optimista en la naturaleza humana. Si en esos momentos la consuelas con
ternura, es probable que jamás llegues a perderla.
Defiéndela siempre contra sus
enemigos, porque no te perdonará que no luches en favor de ella o no te
pongas de su lado. (Pero prepárate para hacer las paces con ellos cuando
Aries las haga, cosa que puede suceder en cualquier momento.) Por lo
menos, en eso juega limpio: ella también te defenderá. Una mujer Aries
se jugará, desafiante, fama o fortuna frente a cualquiera que lastime a
un amigo de ella. Si te ama, su indignación no tendrá límites. Son
mujeres de lealtad absoluta.
Como esposa, puede ser todo un
desafío. Es probable que tenga sus intereses fuera de casa, porque rara
vez un hogar será suficiente para sus energías creativas. No esperes que
sea un grillito feliz y que se quede cantando alegremente junto al
fuego. Como cocinera será bastante competente y mantendrá la casa
brillante de limpieza... la parte que se ve, por lo menos.
También te coserá los botones y
te planchará las camisas, pero a disgusto. Así y todo, si es necesario
lo hará. (Una mujer Aries es capaz de hacer casi cualquier cosa cuando
es necesario.) Su fuego se parece mas a los destellos de un diamante que
al resplandor acogedor y cálido del hogar encendido. En su naturaleza
hay innegablemente cierta fragilidad, y serán mas las veces que te agite
que aquellas que te tranquilice. Pero te aportará emoción y sin duda no
te aburrirá nunca. Tiene también sus momentos de dulzura que desmienten
su impulsividad... para el hombre que tenga la paciencia de sacarlos a
la superficie. Las marcianas poseen mayor ternura interior de lo que
puede imaginarse quien jamás ha estado en verdad próximo a ellas. Su
conversación es muy inteligente y muy frecuente. No te ocultes tras el
periódico durante el desayuno. Ella espera encontrar en ti a un
compañero; de lo contrario, ya puedes empezar a hacer tú los huevos
fritos.
Es raro que se queje de que
está enferma o cansada, pero cuando algo le duela esperara compasión por
toneladas. Aunque tal vez tengas que sentarte encima de ella para que
se quede en cama cuando le consuma la fiebre, prepárate para atenderla
como a una inválida si tiene un dolor de muelas.
Aries no es mujer a la que se
pueda llamar por teléfono para decirle que te quedarás trabajando hasta
tarde en el despacho, salvo que te divierta provocar un estallido de
fuegos artificiales en pleno invierno. No es que tenga inconveniente en
mantener la salsa al calor; lo que en realidad le disgustará es no saber
que estás haciendo, y es muy posible que vuelva a llamar para
verificarlo. Una esposa Aries le causará probablemente una gran
impresión a tu jefe... si puedes convencerla de que no le diga cómo debe
administrar el negocio. Si por un tiempo tú estás sin trabajo, no
tendrá inconveniente en ser ella quien traiga el pan a casa, pero jamás
podrá respetar a un hombre que gane menos dinero que ella (aunque jamás
dejaría a un hombre por esa razón; mas bien se inclinaría a justificarlo
con excusas). Si excepcionalmente le da por abandonarse, la primera
palabra de desaprobación de su pareja la enviará presurosa frente al
espejo y a la botellita de perfume. (En este aspecto, es tan femenina
como la propia Eva.) Lo mismo conseguirás si haces un comentario
halagador sobre el nuevo peinado de tu secretaria, pero es más
peligroso. Además, ya te advertí que es mejor que optes por un
secretario. En la mujer marciana hay una vena de vanidad que la hace
sensible a todo -desde su edad a la más inocente observación sobre lo
cansada que se la ve- lo que ella puede interpretar como que tú piensas
que parece una vieja ajada.
Si no mantienes viva la pasión y
el romance en tu matrimonio, la harás amargamente desdichada, y como
Aries está dispuesta sin demora a cambiar una situación que provoca
desdicha, es fácil que se llegue a una separación apresurada o a un
divorcio impulsivo. En la mayoría de los casos es una imprudencia
permitir que Aries administre los fondos de la familia, pero si eres de
los que te tomas las cuestiones económicas con espíritu deportivo,
puedes intentarlo.
Como madre, Aries tendrá buen
cuidado de que el bebé esté limpio, feliz, sano y amado. No es fácil que
lo tome en brazos cada vez que llore, que esté pendiente de él ni lo
sobreproteja, pero sus hijos recibirán una lluvia de besos cálidos e
impulsivos y de estrechos abrazos. Una madre nacida en abril enseñará a
sus hijos a creer en duendes. Los llevará a pasear por el parque y les
enseñará los collares rutilantes que se olvidaron sobre el césped las
hadas que vinieron a danzar a la luz de la luna, y que para otra gente
son simples gotas de rocío sobre la hierba. La madre Aries crea para sus
hijos un mundo mágico de fantasía: es el mundo en que ella misma vive.
No será tolerante en exceso, insistirá en una disciplina estricta y
probablemente tenga la suerte de ver a sus hijos convertidos en adultos
independientes. En psicología infantil, sus armas favoritas son un remo
de madera, cuentos a la hora de acostarse y el beso de buenas noches.
Es mujer que puede ser
temperamental hasta lo irrazonable, y capaz de provocar algunas escenas
violentas. Pero con la misma rapidez con que se enciende, su có1era se
disipa como una tormenta de verano: Aries es incapaz de guardar rencor,
buscar venganza o complacerse en la autocompasión o en la amargura.
Después de una tormenta, su optimista naturaleza de abril reaparecerá
como el arco iris que surge súbitamente, pasado el chaparrón. Muchísimas
personas afirmarán que la mujer Aries es totalmente masculina, pero no
hay que creerles.
Por debajo de su cáscara
relampagueante y enérgica, es pura femineidad; tal vez demasiado mujer
para el hombre medio. Pero no hay duda de que un caballero de reluciente
armadura no es un hombre medio. Si hay por ahí algún valiente caballero
solitario que me escuche, esta es el hada de sus sueños, digna de todos
los dragones que tendrá que vencer para conquistarla.
No hay que olvidar que es
sensible, a pesar de su radiante sonrisa de bravura (que no es más que
su escudo contra el dolor). Quien pueda transformar al Carnero en
cordero, tendrá una mujer honrada y apasionada, leal y fascinante, bien
que pueda ser un poco impulsiva, autoritaria e independiente. Bueno,
pero es que no se puede tener todo, ¿no? La joven Aries te ayudará,
lector, a encontrar tus ilusiones perdidas, y tendrá una fe ciega en
todos tus sueños. Y si dices que no tienes ninguno, pídele alguno
prestado; ella tiene muchísimos. Si crees en ella la mitad de lo que
ella cree en ti, juntos podréis hacer algunos milagros.
Lo único que sé es que algo se
me abalanza como un muñeco que saliera de una caja y yo asciendo
como un cohete hasta el cielo.
Mientras papá ofrece los
cigarrillos, el rubicundo bebé Aries vocifera desde su cuna para que le
presten atención. Pero, ¿cómo se atreven a ignorarle para charlar con la
enfermera? ¿Quién es el que manda aquí, vamos a ver?
Será suficiente con subirle en
el taxi al volver del hospital para tener inequívocamente resuelta la
cuestión: el que manda es el bebé Aries. ¿Es que te quedaba alguna duda?
Pues ya se disiparán cuando tenga edad suficiente para sentarse en la
sillita alta y empezar a golpear la cuchara contra la bandeja si le
dejan demasiado tiempo solo. Jamás te fastidiará ni se pondrá pesado con
su alimento preferido. En todo su cuerpecito fuerte, activo, cuadrado
de hombros, no hay un solo hueso delicado. El chiquillo Aries escupirá
las verduras con la fuerza de un cañonazo, y se frotará el plato de
papilla por la minúscula cabecita rapada para dejar bien en claro que
decididamente, esas no son comidas que le gusten al bebé. Y en su
acción, las niñas serán tan directas como los varones. Tal vez más
incluso, porque uno quizá no esperaría tan orgullosa determinación en
esa tierna personita. ¿Tierna, he dicho? El metal de abril es el hierro,
y su piedra el diamante, la sustancia mas dura que se conoce.
Es probable que Aries camine
antes que otros niños, y sin duda alguna hablará antes. No será fácil de
controlar. Si se nos ocurre decir que no a un pequeño Aries, nos
responderá agitando un dedito regordete y desafiante. Hay que empezar a
disciplinarlos cuando son muy pequeños. Mucho cuidado con las caídas y
las heridas en la cabeza y en la cara. Los niños Aries tienen propensión
a los accidentes, por decirlo sin exagerar. No dejes a su alcance
cuchillos afilados, y cuidado con todo lo que pueda quemarlo. Si en las
inmediaciones hay algo caliente o prohibido, puedes apostar a que allí
meterá impulsivamente su dedito curioso. Y si piensas que con eso
aprenderá la lección, te equivocas. Son niños que intentan superar sus
propias marcas. La dentición puede ser una época de fiebres y molestias,
una ordalía de la que el bebé saldrá sin dificultades, pero ¿y la
madre?
Cuando sea un poquito mayor, es
posible que te deje sin aliento con sus afectuosos abrazos de oso.
Generalmente, los niños de Aries son cariñosos y demostrativos, excepto
aquellos cuyas primeras experiencias emocionales enfrían un corazón
normalmente cálido. Son las ovejitas, tristes y calladas. Pero sus
cuernos son igualmente peligrosos.
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Vale mas no pedir a los parientes que se ocupen del bebé sin ponerles en antecedentes. Si la pobre tía Magdalena se ofrece valientemente a cuidar de él mientras sus padres se toman unos días de vacaciones, la situación puede llegar a ser un poco tensa.
Sin duda, encontrará al nene
con el dedo en el azucarero y es posible que cometa el error de golpear
el suelo con el pie, disgustada. Su actitud sorprenderá y ofenderá por
igual al Carnerito, que a su vez dará con el piececito contra el suelo y
conseguirá decir su primera oración completa: “Tía "Mada", no me digas
nada”. Exquisito. Y claro que en mucho tiempo ella no le dirá nada.
(También es posible que vosotros tengáis que regresar a casa antes de lo
previsto, porque al golpear con el pie, el pequeño se fracturó el dedo
gordo.)
A medida que crezca y se haga
mas fuerte, tras haber luchado contra el sarampión, las paperas, la
varicela y la escarlatina, venciendo a todas sin dificultades (ya que la
lucha contra los gérmenes no es una autentica lucha para la capacidad
de recuperación de la naturaleza marciana), el niño Aries empezará a
mostrar su pauta temperamental. Sus padres advertirán que puede
comportarse como una criatura totalmente irrazonable si se le lleva la
contraria, pero su enojo no es duradero. Tras una explosión periódica,
el pequeño o la niñita Aries os brindarán una amplia y radiante sonrisa
de triunfo.
Aries comparte con asombrosa
generosidad sus juguetes con sus padres, sus compañeros de juego, el
cartero, el bulldog del vecino y el gato de la calle. Sin embargo, su
generosidad se acabará si alguno de ellos hiere sus sentimientos o se
interpone en el camino de algo que él quiere hacer o del lugar donde
quiere llegar. Entonces, cuidado con los estallidos.
Tanto los varones como las
niñas Aries pueden caer precozmente en el hábito de descuidar sus
deberes escolares, y poco les impresionará que su madre le ponga como
ejemplo a un hermanito más obediente -Capricornio, Cáncer, Virgo o
Piscis-. (Doy por supuesto, lectores, que no tenéis más que un hijo
Aries. No es muy frecuente que los planetas hagan esas cosas a los
padres.) En vez de avergonzar al joven marciano para que estudie, hay
que desafiarlo. Se relamerá con un desafío de la misma manera que su
gato favorito se relame con la nata.
Basta con decirle que
probablemente él (o ella) sea un poco lento, no tan inteligente como los
demás chicos, un poco inferior, vamos, pero que a sus padres no les
importa. Igualmente le amáis. Y veréis cómo vuela el polvo de esos
libros de texto, cuando el Carnerito se dispone a demostrar la ridiculez
de esa teoría. ¿Que alguien pueda estar por encima de él? Eso está por
ver.
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Y una vez comprobado el mágico funcionamiento de esta estrategia en casa, hay que advertírselo a la maestra. Se pondrá de rodillas para agradecértelo, mamá. Y si tiene más de un alumno Aries en su clase, es posible que te envíe una caja de bombones. En realidad, los chicos Aries pueden aprender cualquier cosa en nada de tiempo, no olvidarlo jamás y pasar por la escuela con la rapidez del viento, si se aplican. Pero no todos los padres saben cómo lograrlo. Es posible que se pasen años preguntándose por qué Miguelito y Margarita sacan un cociente intelectual tan alto en los tests, y sin embargo ya hace cuatro años que están en tercer grado. Tampoco hace falta que se preocupen demasiado, sin embargo, porque Miguelito y Margarita recuperarán el tiempo perdido con la velocidad de una bala, tan pronto como salgan al mundo y se den cuenta de que la gente es mas viva que ellos. Un par de humillaciones, y el ego de un marciano les llevará a esforzarse de tal modo que subirán de un salto varios peldaños.
Tu retoño de abril tendrá
imaginación vivaz; será soñador y sentimental como un libro de cuentos,
pero al mismo tiempo, no tendrá inconveniente en tostarse el pan. Si
existe una cosa tan contradictoria como un soñador idealista, duro y
práctico, ese es tu hijo Aries, tan ingenuo como tenaz, tan suave como
persistente. Todos esos rasgos conflictivos están entretejidos en su
naturaleza orgullosa, que te asombrará y te dejará intrigado. Lo mismo
les pasará mas adelante a sus amigos, y no hablemos de su jefe, sus
futuros enemigos y el alma desprevenida con la que se case.
Los niños Aries serán los
líderes entre sus compañeros de juego. Ellos inventarán juegos nuevos y
tendrán nuevas ideas para la pandilla. Insistirán en salirse con la suya
o se darán de cabeza contra la autoridad, de manera que será mejor que
los padres establezcan algunas reglas inalterables desde el principio.
Un pequeño Aries a quien no se le enseña a obedecer cuando es pequeño
tendrá que aprender algunas terribles lecciones en la madurez. No
olvidéis que su corazón es blando como la mantequilla, y que en él se
ocultan hondamente arraigados temores de que él no le gusta a nadie y
nadie le quiere, a pesar de su aparente valentía. Si ve que se rechazan
sus sueños o se enfría su entusiasmo puede volver corriendo a esconder
entre tus brazos las lágrimas de su tragedia. Cuando esto suceda,
abrázalo muy fuerte, porque su corazón estará destrozado. Con sus
modales ásperos y dominantes, el idealismo de Aries es sensible, y el
menor golpe lo magulla. Y bastantes golpes recibirá en la vida su
ingenuo optimismo lleno de esperanza, de modo que tu pequeño Aries
necesita más protección de la que pueda parecerte.
Es de los que creen en hadas
madrinas armadas de una varita mágica, y en gigantes que pueden arrasar
ciudades enteras con un solo gesto de su poderosa mano. Lo lamentable es
que los niños Aries se identifican ingenuamente con esos dos tipos
omnipotentes. Cuando descubren que en el brutal mundo exterior hay
asesinos gigantescos, y realistas carentes de sutileza, que pueden
reducir a una patética impotencia cualquier varita mágica, se dan unos
buenos porrazos. Pero vuelven a levantarse, se sacuden el polvo y siguen
adelante, indefinidamente. ¡Ya le enseñaran ellos unas cuantas cosas a
ese mundo viejo, aburrido y sin imaginación! Es posible que le queden
algunas cicatrices, pero nunca pienses que tu hijo Aries está fuera de
combate por más veces que lo veas caer. Espera a que él te pida auxilio,
que es posible que tengas que esperar bastante.
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Los regalos de cumpleaños, escóndelos en un lugar seguro, porque Aries es impaciente y no está dispuesto a esperar a que le descubran las sorpresas. No destruyas demasiado pronto su fe en Papa Noel y en los Reyes Magos. Creer primero ciegamente, y después aprender a no creer, fortificará sus emociones, será una lección necesaria. El dinero que se le de para sus gastos le hará agujeros en los bolsillos, pero alegremente te dará sus últimas monedas para que puedas pagar al lechero. Tu hija Aries será capaz de pagar a los malos del barrio para que no sigan pisoteando hormigas. Si se le maltrata durante estos años impresionables, un niño Aries puede mostrar una cruel vena defensiva, pero guiado con prudencia y con suavidad, insistirá con menos fuerza en sus derechos y mostrará una gran generosidad y compasión hacia sus semejantes. No hay que darle órdenes, sino pedirle siempre con una sonrisa que haga las cosas, y se esforzará por complacer a sus padres. Jamás destruyas su confianza, que es tan importante para él como el aire que respira. Es posible que se escape de casa; la independencia de Marte se muestra desde muy pronto, pero cuando vuelva habrá aprendido mucho. Enséñale que no está bien dominar a los que son más jóvenes y más dóciles. En realidad, él no pretende herir a nadie.
Frecuentar a gente fría y
rechazante puede herirlo profundamente, pero nada conseguirá doblegar su
espíritu. (Acuérdate del diamante.) Probablemente enloquezca por los
libros y sea un lector insaciable, pero no te extrañe que no esté muy
dispuesto a aceptar años de disciplina universitaria. A Aries le
interesa demasiado entrar en acción, cortando todas las plantas de habas
que le desafían. Pero no dejes demasiado pronto de insistirle. Para él
será positiva la disciplina adicional de una educación superior, que
ayudará a su mente a seguir el ritmo de sus ardientes emociones y de sus
súbitos y enigmáticos chispazos de penetrante intuición. Cuanto mas se
resista a la idea de un rígido programa académico, cuanto mas inclinado
se sienta hacia la libertad de probar algún trabajo, más seguro puedes
estar de que necesita un horario y un programa.
Tendrá que aprender lo que es
responsabilidad, pero eso -y otras cosas- se le enseñarán mas
rápidamente acudiendo a una 1ógica directa y a un sincero afecto. Son
dos cosas que le llegan. Padres y maestros deberían recordar siempre que
los niños de Aries florecen gracias al elogio, que les lleva a
proseguir obstinadamente con su esfuerzo, pero estallan como un cohete
cuando se les ataca, y pierden entonces todo interés por superarse. Dile
que es lo que te gusta en él, y así nunca hará lo que no te gusta. El
joven Aries rinde exactamente lo que se espera de él, incluso aquel que
oculta el ardor de sus impulsos bajo una personalidad serena. Es un niño
a quien hay que mantener siempre ocupado para no tener complicaciones.
La ociosidad atrae al peligro. Necesita, además, gran numero de horas de
sueño para recuperar toda la energía que dispersa y dilapida.
Le encantará que le cuenten
cuentos sobre héroes valientes que conquistan mundos nuevos. Pero
también cree en los duendes y en el pozo de los deseos, y seguirá
creyendo en ellos mucho después de que ya le estén pequeños los
zapatitos con los que aprendió a caminar, y de que os haya dado el
primer nieto.
Si sus padres le conducen con
suavidad y amor constante, el niño de Marte crecerá con el maravilloso
poder de soñar sueños imposibles... y hacer que se conviertan en
realidad.
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EL JEFE ARIES
-Pues ahor que ya nos hemos
vist -dijo el Unicornio-, si tú crees en mí, yo creeré en ti.
¿Te conviene el trato?.
El jefe Aries no será popular
entre los empleados holgazanes.
Si lo que quieres es un lugar
cómodo para pasar el tiempo mientras encuentras una profesión
definitiva, o un sitio donde ganar un poco de dinero para gastarlo
durante las vacaciones, lo más prudente será que no trabajes para Aries.
Es un hombre que no puede tolerar el trabajo hecho de mala gana o la
falta de entusiasmo en quienes le rodean. Esperará de ti la misma
dedicación a la empresa que él tiene, e igual preocupación por su
futuro. Es probable que sea rápido en contratarte, rápido en
ascenderte... e igualmente rápido en señalarte tus errores.
Si sospecha que estás
aprovechándote, lo mas probable es que recibas una reprimenda áspera y
directa, y bien sentida, pero tendrás también una segunda oportunidad -e
incluso una tercera y una cuarta- si reconoces tu error y prometes
enmendar tu comportamiento. También te convendría estar preparado para
trabajar horas extras, con un jefe Aries; es lo que él espera. Pero, por
otra parte, si es un Aries típico, tampoco fruncirá el ceño mirando el
reloj ni echará miradas significativas a su reloj de pulsera cuando
llegues tarde por la mañana o te tomes una media hora o una hora de más
para el almuerzo.
Tampoco él vive pendiente del
reloj. Con su personalidad tan individual, tu jefe Aries comprenderá que
nadie puede ponerse creativo apretando un botón a las nueve de la
mañana y desconectar de nuevo a las cinco de la tarde. Es un jefe que
más de una vez te pedirá que te quedes a trabajar en sábado, pero que
aceptará también la excusa del funeral de tu abuela cuando se te ocurra
ir a un partido de fútbol, por más que te daría igualmente el permiso si
le dijeras la verdad. El comprende que súbitamente, en un día de
primavera, tengas ganas de gritar animando a tu equipo.
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Aunque por lo general será generoso con vacaciones, salarios, ascensos y cosas semejantes, tu jefe esperará que lo dejes todo -planes personales, vínculos emocionales, compromisos de viaje o de cualquier índole- si en la oficina sucede algo de mucha importancia. Lamento decirlo, pero yo conozco a un jefe Aries que en un momento crítico requirió que una empleada de su confianza trabajara veinticuatro horas seguidas. El hecho de que la emergencia se produjera el mismo día que su empleada tenía que estrenar el vestido de novia no le preocupó demasiado. ¿Y si ella tenía planeada una boda con seis acompañantes, pajes, músicos y una recepción para trescientos invitados?
Aunque por lo general será generoso con vacaciones, salarios, ascensos y cosas semejantes, tu jefe esperará que lo dejes todo -planes personales, vínculos emocionales, compromisos de viaje o de cualquier índole- si en la oficina sucede algo de mucha importancia. Lamento decirlo, pero yo conozco a un jefe Aries que en un momento crítico requirió que una empleada de su confianza trabajara veinticuatro horas seguidas. El hecho de que la emergencia se produjera el mismo día que su empleada tenía que estrenar el vestido de novia no le preocupó demasiado. ¿Y si ella tenía planeada una boda con seis acompañantes, pajes, músicos y una recepción para trescientos invitados?
El jefe Aries estaba convencido
de que todo eso se podía postergar, incluso la luna de miel, por una
reunión urgente en la que estaba en juego un negocio por un millón de
dó1ares que podía suponer para la empresa el trampolín hacia los lugares
más altos. Si en una tal circunstancia él estaría dispuesto a posponer
su matrimonio, ¿por qué ella no? (Que es lo que pasa, ¿no sabes lo que
es la lealtad? Admito que es un caso extremo, pero que te sirva de
advertencia.
Es raro el jefe Aries que hacia
la Navidad no se muestre más pródigo que el patrono estándar. Según la
fuerza que tenga en él la influencia de Aries, puedes contar con una
bonificación mayor que la que obtendrán tus amigos en otras oficinas, e
incluso con un presente caro y elegido personalmente, que podría ser
algo que deseas desde hace muchísimo tiempo. Un jefe marciano rara vez
será mezquino (a no ser que tenga un signo lunar o un ascendente que lo
determinen).
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No es tan susceptible a la
adulación como otros signos astrológicos, pero no se sentirá ofendido si
de vez en cuando le haces un cumplido sincero. Si de manera directa le
expresas que te gusta él como patrono, que admiras su eficiencia y lo
consideras más o menos el jefe más inteligente que has tenido, tienes
asegurada la permanencia en el trabajo. Pero dilo únicamente si lo crees
de verdad y con convicción, porque él desdeña a los empleados que lo
elogian únicamente para ganar puntos, mientras que secretamente dudan de
la capacidad del Carnero para dirigir con éxito la empresa. Por lo
común, Aries no es buen juez del carácter, pero es tan sensible a las
opiniones que otros tienen sobre él que puede muy bien decir si los que
le rodean día tras día están a gusto con él. Gustar a la gente es su
necesidad secreta. Es posible que no lo adivinéis nunca, si os dejáis
deslumbrar por su aire de seguridad en sí mismo y su fachada de
valentía, pero mas allá de todo eso, lo cierto es que Aries necesita
desesperadamente de la aprobación de su prójimo. Eso te incluye a ti, su
empleado, a su mujer y a su perro, e incluso al extraño con quien se
encuentra en el ascensor. Pese a su independencia superficial, nada le
hace tan feliz como que se reconozca en él a la persona superior que él
sabe que es. Por otra parte, nada puede deprimirle tanto y llevarle a un
grado tal de inseguridad y hasta de mezquindad como la sospecha de que
quienes trabajan para él no aprueban sus métodos o no se dan cuenta de
su valor y de su potencial.
Si oyes el rumor de que la
empresa está a punto de declararse en quiebra, no te apresures demasiado
a buscar otro trabajo. Es posible que, en definitiva, no lo necesites.
Si alguien puede solucionar los problemas de la empresa, salvarla en el
último momento del desastre financiero en las mas deplorables
circunstancias y hacer que toda la operación recuerde a Moisés pasando
entre las aguas del Mar Rojo, ese es tu jefe Aries, independiente, osado
y emprendedor. Su impulso, a diferencia del de Escorpio, que es más
emocional, es vital, proveniente del espíritu y casi siempre idealista.
(Sin embargo, es posible que pierda ante el impulso igualmente decidido
de un Escorpio que se le oponga, y que sea incapaz de ponerse a la
altura de la implacable falta de piedad de Plutón, aunque se recuperará
de la pérdida y ya sabrá ganar en otra parte.)
Aries tiene sentido de la
iniciativa. Si en la oficina hay un buzón de sugerencias y un empleado
deposita en él las suficientes ideas creativas y practicables, es casi
seguro que con un Aries ascenderá rápidamente. Los Aries aprecian a los
empleados que se interesan por la empresa y hacen sugerencias y piensan
con originalidad... por lo menos, mientras esté bien claro que no tienen
la intención de brillar mas que ellos.
La fuerza de voluntad es uno de
los rasgos característicos de los hombres Aries. El Carnero lucha
contra todas las dolencias menores, y tampoco cede fácilmente ante las
enfermedades graves. A veces, puede retrasar o evitar completamente una
enfermedad con el simple poder de su voluntad. Si tiene un resfriado o
una infección vírica (acompañada probablemente de fiebre alta), se
levantará para acudir a su despacho por un asunto urgente, y es posible
que para cuando llegue la fiebre se le haya ido, dejando atónito a su
médico y a sus empleados con la sospecha de que había permanecido en
casa para haraganear.
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No habrá en él nada de
letárgico, y será mejor que no lo haya en sus empleados tampoco.
Probablemente, un empleador Aries prestara muy poca atenci6n a la mala
hoja de servicios anterior de un empleado o a las razones por las cuales
hayan podido echarlo. En estas circunstancias, no hay mejor techo donde
ir a cobijarse. Dada su convicción de que hará del futuro lo que él
quiere que sea, es raro que a Aries le preocupe o le moleste el pasado,
ya sea el suyo propio o el de su empleado.
El ejecutivo marciano es
demasiado orgulloso para dejar que los demás adviertan que le han
herido. A pesar de sus rápidos estallidos de mal genio (que no serán muy
perdurables ni muy vengativos, y quedarán olvidados tan pronto como se
hayan extinguido), ocultará muy bien todo lo que le afecte
profundamente. Un Carnero no admitirá su dependencia de nadie más que de
sí mismo. Él necesita de otros, y mucho más de lo que es capaz de
admitir, pero su fuerza procede del interior y siempre puede encontrar
la forma de seguir solo cuando sea necesario.
Si eres capaz de admirar su
energía y su valor, aunque se te haga imposible imitarlos, si puedes
compensar su carácter impulsivo y apresurado cuidando de los detalles
que el omitió en su prisa (y haciéndolo sin que se note), es posible que
te pague mas de lo que te pagarían en cualquier otra parte, y que
trabajes con él toda la vida. Pon mucho tacto cuando trates de evitar
que haga o diga cosas precipitadas que lamentará mas tarde.
Recuérdale suavemente que
aquellos contra quienes dirige momentáneamente su justa có1era pueden
ser personas muy importantes que, si pierde su favor, podrían perjudicar
sus intereses.
Eso es lo importante que tienes
que recordar con tu jefe Aries. A pesar de su gran independencia de
espíritu, cuando el optimismo de su entusiasmo idealista le eleva por
encima de sí mismo, necesita realmente de tu ayuda, de tu fe y de tu
lealtad. Dáselas con prodigalidad y nunca te encontrarás con una
sorpresa desagradable el día de pago. No tendrás que preocuparte si no
consigues taxi en un día de lluvia y llegas tarde, ni si necesitas una
semana de licencia para una operación... ni por verte reemplazado por
alguien mas joven y mas eficiente. Mas que ningún otro jefe, Aries
pagará la lealtad con lealtad. Ten una buena provisión de aspirinas,
para emergencias, en el cajón del escritorio, pule tu sonrisa, no te
tomes en serio sus accesos de ira, y ya puedes arrojar al cesto de los
papeles los anuncios clasificados. Preferirás quedarte allí, donde se
desarrolla la acción.
EL EMPLEADO ARIES
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Se lo dije en voz alta y
clara y fui y se lo grité en el oído y cuando me encontré con la puerta
cerrada
Tire y empujé y sacudí y
protesté...
Pero de nada sirve que
volvamos a aye porque entonces yo era una persona diferente.
Una entrevista de trabajo con
un posible empleado Aries, cuando se trata de un Carnero típico, puede
desarrollarse más o menos así:
Entrevistador: Por sus
antecedentes y sus referencias veo que en los dos últimos años ha
trabajado en seis empresas diferentes, señor Bootsikaris.
Aries: Mi nombre es Charlie,
señor Flaxman. Si, yo soy un convencido de que tengo que progresar.
Cuando un trabajo a uno le queda pequeño, ¿de qué sirve quedarse en un
puesto donde ya no se puede aprender nada ni se puede aportar nada más a
la empresa?
Entrevistador: Es exactamente
lo que me preocupa, Char... eh, señor Bootsikaris. Temo que dentro de
poco tiempo, después que hayamos gastado dinero en prepararlo, usted
pueda encontrar que nuestra empresa también le queda pequeña.
Aries: Ya había pensado que eso
podía preocuparle, pero no tema. Ya me he informado sobre su empresa, y
estoy seguro de que en ella no me sentiré inquieto, porque he podido
comprobar que con ustedes hay muchísimas oportunidades para quien quiera
verdaderamente progresar. Yo siempre he deseado trabajar en una empresa
grande, realmente creativa y progresista, y son tan raras que prefiero
esperar hasta que ustedes tengan una oportunidad antes que irme a
ninguna otra parte.
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No hace falta decir que si el jefe supera su desconcierto inicial ante una entrevista tan fuera de lo común, lo más probable es que contrate inmediatamente a Aries. Ese tipo de entusiasmo sincero por la empresa es difícil de encontrar en estos días en que los empleados piensan en la seguridad y tienen conciencia sindical... y hace que se perdone la brusquedad y el superego.
No hace falta decir que si el jefe supera su desconcierto inicial ante una entrevista tan fuera de lo común, lo más probable es que contrate inmediatamente a Aries. Ese tipo de entusiasmo sincero por la empresa es difícil de encontrar en estos días en que los empleados piensan en la seguridad y tienen conciencia sindical... y hace que se perdone la brusquedad y el superego.
Tomar un empleado Aries puede
ser la mejor jugada que haya hecho usted en su vida o el dolor de cabeza
mas grande que se haya buscado, según que meta le ponga a este misil
despistado. Confiarle una tarea rutinaria de nueve a cinco es errar el
blanco. En el primer momento es posible que brille como plata recién
lustrada para impresionarle, pero no tardará mucho en aparecer inquieto y
disconforme. Y se lo hará saber por procedimientos tan inequívocos como
llegar cada día un poco más tarde, tomarse más tiempo del asignado para
el almuerzo o escribir cartas personales en su escritorio. Son todas
señales de peligro, anunciadoras de que su empleado Aries no está
satisfecho. Sigue siendo de enorme valor para la empresa, pero está
aburrido, y el aburrimiento hace que desaparezcan bajo sus efectos las
virtudes del Carnero.
Ponga a su Aries en un puesto
donde tenga completa libertad para tomar decisiones, de las cuales, si
es posible, sólo sea responsable ante usted. Si puede hacerlo sin
relajar la disciplina, déjele también que entre a trabajar a la hora que
quiera. Después de un breve periodo se dará cuenta de que por mas que
pueda aparecer a las diez o a las once de la mañana, o tomarse dos horas
para almorzar, Aries será también el último en marcharse por la noche,
sobre todo si hay que hacer algún trabajo extra. Entre sus empleados, es
el que más probabilidades tiene de aceptar sin quejarse, como un
desafío, algunas tareas adicionales.
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Son muchos los Aries capaces de
trabajar hasta altas horas de la noche si es necesario o si lo que
están haciendo les interesa, y probablemente serán más conocidos de la
mujer que viene por las noches a hacer la limpieza que de la
recepcionista del turno de mañana. Si no le va a encontrar guardando sus
cosas ni mirando el reloj alrededor de las cinco de la tarde, ¿por qué
armarle un lío si llega a las diez y veinte de la mañana? Es el
razonamiento que él se hace, y no deja de tener lógica.
Los Aries son intrínsecamente
incapaces de adaptarse a un horario rígido y uniforme, sean cuales
fueren los procedimientos habituales de una oficina. Su gran energía
creativa fluye a todas horas, y no es posible ajustarla a la idea que
algún otro tenga de lo que debe ser una jornada de trabajo. Alguna vez,
por imperiosas razones personales, Aries pedirá permiso para retirarse
temprano por la tarde, pero esa misma noche volverá para acabar de
quemar el combustible de su lámpara, o a la mañana siguiente se dejará
caer antes de que canten los pájaros para compensar el trabajo que dejó
sin hacer. Si hay algo que le molesta es entregar un trabajo menos
perfecto de lo que el sabe que es capaz de hacerlo. Así, aunque descuide
los detalles y desdeñe la rutina normal de la oficina, esa cualidad es
demasiado positiva como para desperdiciarla. Vale la pena pasar por alto
la independencia de Marte para sacar provecho de su maravillosa
decisión de triunfar, que evidentemente ira en beneficio de su empresa,
si tiene usted la astucia y la paciencia necesarias para utilizarla
bien.
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El dinero nunca es la principal
razón que tiene para trabajar. Insistirá en que le paguen lo que vale
(lo que él cree que vale) en homenaje al ego y al status, pero desde
luego el dinero no es su principal objetivo. Lo que lo motiva es el
ansia de éxito, y el efectivo es siempre secundario. Es posible que
muchas veces tenga que pedir dinero prestado, porque el Carnero, por lo
general, gasta para vivir más de lo que gana. Así y todo, con una
palmadita mas en el hombro se conseguirá mas de él que con una cantidad
extra en su paga semanal. Claro que tendrá usted que combatir su deseo
de hacerse cargo de las tareas de todos los demás, ya que Aries rebosa
de ideas sobre la forma en que todo el mundo en la empresa -usted
incluido- puede alcanzar mas rápidamente su meta. Pero, si puede
aprender a no molestarse por sus sugerencias continuas e impertinentes,
encontrará en él un manantial de ideas originales y aprovechables.
Sitúe siempre a un Aries en un
lugar de acción, en un puesto que le permita salir a promover la firma y
mezclarse con la gente. Jamás le deje detrás de un escritorio donde
tenga que hacer día tras día el mismo trabajo bajo la vigilancia de otro
empleado. Son muy pocas las personas de quienes Aries se avendrá a
recibir órdenes, ya que cree que hay muy pocas superiores a él.
Indudablemente, piensa que usted es una de ellas, pues de lo contrario
jamás habría tenido nada que ver con usted. Si tiene la convicción de
que usted le entiende y aprecia sus esfuerzos, será probablemente el
empleado más leal, trabajador y competente de su empresa. Pero póngalo
en un puesto inferior, y a duras penas si hará el más rutinario de los
esfuerzos.
Como es natural, Aries no
siempre puede empezar desde arriba, aunque eso es lo que le gustaría. Si
debe comenzar desde abajo para aprender una actividad nueva, trate de
agregar a sus obligaciones cotidianas alguna responsabilidad que parezca
importante, para que por lo menos pueda pensar que está arriba. Eso
evitará que se avergüence ante sí mismo. Para dar lo mejor de si, Aries
necesita tener la sensación de que sin él las cosas no marcharían bien.
Son promotores por naturaleza. Aries se convertirá en el promotor de su
empresa con su mujer y sus hijos, los taxistas, los camareros y
cualquiera que le preste oídos, ya sea en el cine o en la piscina; no se
limitará a las horas en que se le paga para hacer la promoción.
Convertirá a todo el mundo, desde su dentista hasta su agente de
seguros, en entusiastas de su empresa. Pocas personas (salvo los nativos
de Leo) pueden igualar a Aries en su capacidad para conseguir cuentas
nuevas, salvar clientes que usted consideraba irremediablemente perdidos
y llevar a la práctica los proyectos mas ambiciosos que a usted puedan
ocurrírsele, especialmente si piensa que usted depende de él para poder
llevarlos a cabo.
Si se produce alguna vez una
emergencia financiera, su empleado Aries no es de los que abandonan el
barco que se hunde. Le acompañará a usted durante la crisis, y es
probable que aporte algunas ideas propias sobre la forma de resolverla.
Aries no puede sencillamente aceptar que nada ni nadie en quien él crea,
él mismo incluido, pueda fracasar. Es obvio que hay momentos oscuros en
los que este rasgo de su personalidad puede ser muy estimulante.
Si pide a un empleado Aries que
trabaje los fines de semana o durante las vacaciones, que acepte
temporalmente una reducción de su salario durante una emergencia o que,
por enfermedad o vacaciones, haga algún otro trabajo además del suyo,
será raro que se queje. Pero no se olvide de agradecérselo cálidamente y
de hacerle saber con cuanta sinceridad lo aprecia.
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Son pocas las cosas que no
llegará a hacer para obtener su aprobación. Jamás atribuya a otro el
mérito del trabajo que él ha hecho, ni le haga sentir culpable por
llegar tarde; no exagere los elogios a los otros cuando él está
presente, no insista en señalarle sus errores -especialmente en
presencia de otras personas- y jamás le de la impresión de que desea que
se quede en su lugar. Si no cuida estos detalles, Aries se mostrará
irritable, frustrado y perezoso. Jamás se verá en el caso de tener que
despedirle; lo más probable será que él se le adelante y se vaya. De
todas maneras, generalmente no es necesario reñir a un Aries, que suele
ser el primero en disculparse por los errores cometidos a causa de su
prisa y su impulsividad naturales, si se muestra uno tolerante con él, y
que intentará sinceramente no repetirlos. Aunque no siempre logre éxito
en su intento, sus intenciones son admirables. Es posible que tenga
usted que advertirle en privado y con mucho tacto que no sea tan
precipitado y exagerado en su confianza, pero nunca le desanime. Si lo
intenta, no lo conseguirá, pero perderá en cambio todo su valioso y
estimulante optimismo.
Cuando se reconocen sus
talentos, Aries literalmente se agota para conseguir superarse. En su
caso, la crítica jamás alcanzará la meta a que va dirigida. Además, lo
más probable es que acierte con sus corazonadas, por más que algunos de
los expertos que están en eso desde hace años digan lo contrario.
Aries tiene una escalofriante
capacidad para entender el hoy con una claridad que no poseen ni los que
se aferran al ayer ni los que ponen todas sus esperanzas en el mañana.
Por ello es provechoso escucharle, aunque su ansiedad y la seguridad de
no equivocarse pueden hacer que de vez en cuando se le caigan
estrepitosamente al suelo los modales.
Tan pronto como pueda,
asciéndale o confiérale un título que le haga saber que está cumpliendo
bien y que usted está satisfecho; y por lo que mas quiera, tan pronto
como sea posible déjele trabajar solo o ponga a alguien bajo sus
órdenes. Déle la sensación de una vinculación personal. Es importante
que quienes tienen trato con Aries en cualquier dimensión laboral o
profesional se den cuenta de que pueden realizar muchas aportaciones
valiosas a la actividad que desempeñan, pero únicamente si sienten que
de alguna manera son importantes.
Cuando su entusiasmo y su
idealismo se amortiguan, el Carnero pierde rápidamente el interés, se
descorazona y –sombrío y desanimado- se hace a un lado, dejando que se
ocupen los demás. Ello constituye un desperdicio innecesario de su
auténtico talento. A menos que le permitan promover, crear y ser
original, Aries es tan inútil para si mismo como para los demás. Por la
1ógica y la bondad, será accesible en cualquier momento.
Como es conductor e innovador
por naturaleza, Aries se encuentra a gusto prácticamente en cualquier
carrera o profesión. No hay un lugar especial que sea el mejor para él.
Eso si, sea un invernadero o un cuartel de policía, tenga que usar casco
de bombero o máscara de cirujano, Aries debe tener el mando. La
publicidad y las relaciones públicas le atraen, porque son campos que le
ofrecen la posibilidad de promover, y a él le gusta vender cosas del
mismo modo que a un pato le gusta el agua.
Pero se le puede poner en
cualquier trabajo, desde maestro a camionero, desde locutor a albañil, y
él entrará perfectamente en la ranura con tal de que esta tenga la
amplitud suficiente para acoger su exceso de energías y de ego.
Es posible encontrarse con
algún Carnero que oculte su inquietud bajo una apariencia mas tranquila y
controlada, pero no se engañe nadie pensando que se dejará arrinconar.
Otros tal vez, pero él no. Su lugar está en el frente, en la vanguardia.
Si canaliza usted correctamente
sus capacidades, Aries le hará ganar un montón de dinero, y contará
usted con su lealtad inflexible e inconmovible, especialmente cuando la
situación llega a ser difícil. Si se pone a mirar un poco a su
alrededor, vera que esas virtudes valen mucho mas.