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LA CABRA
Del 22 de diciembre al 20 de enero
Elemento: Tierra
Cualidad: Cardinal
Polaridad: Femenina (Yin)
Planeta regente: Saturno
Casa: 10
Metal: Plomo
Piedra: Onix, azabache
Color: Negro, verde oscuro, marrón
Constelación: Capricornio
Habla en francés cuando no puedas recordar como se dice en inglés una
cosa...
Camina con las puntas de los pies hacia afuera...
¡y recuerda quien eres!
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COMO RECONOCER A CAPRICORNIO
-Está usted viejo, Padre Guillermo -dijo el muchacho-, y el pelo se
le ha puesto todo blanco;
y sin embargo está siempre cabeza abajo...
...Cree usted que, a su edad, eso está bien?
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Entender el carácter de Capricornio es cualquier cosa, menos fácil.
Aprenderás a reconocer este signo, pero necesitarás antes alguna
práctica. Estudia a esa silenciosa araña que está en el rincón, y que
nada puede contra los insectos que vuelan rápidamente; pero son ellos
los que quedan atrapados en la tela pulcramente tejida... y la araña
gana. Recuerda la morosa tortuga de Esopo, que se arrastraba
caprichosamente en aquella carrera, sin tener la más remota probabilidad
de triunfar sobre la veloz liebre. Pero la liebre veloz se desvía en
todas direcciones, se olvida de la meta... y la tortuga gana. Observa a
la cabra que va escalando la ladera de la montaña. No tiene nada que
hacer ante la estrategia de los humanos, más inteligentes, que la
persiguen. Pero sus perseguidores van quedándose atrás mientras la cabra
porfiada trepa decididamente, de rendija en rendija, con sus pezuñas
especialmente diseñadas... y la cabra gana.
Ahora, estudia a Capricornio. ¿Dónde lo encontrarás? Casi en cualquier
parte donde tenga oportunidad de progreso o de mejora. En cualquier
parte donde pueda avanzar y sacar adelante sus ambiciones secretas.
Prueba en una reunión social. Capricornio no es alegre concurrente a
fiestas, pero la Cabra que estudiamos no es solo trepadora de montañas:
es trepadora social. Elige un grupo mixto, y, preferentemente, uno en el
que el nivel de ingresos sea alto. También puedes ensayar con un grupo
que tiene ingresos de tipo medio, pero cuanto mas desciendas a partir de
eso, tanto menores serán tus probabilidades de encontrar un
Capricornio. Posiblemente no lo encontrarás con la pantalla de la
lámpara puesta a modo de sombrero, ni haciendo una exhibición de
zapateo, ni llamando ninguna manera la atención sobre si; será más bien
el espectador admirado de la última fila. Es posible que ni siquiera
adviertas al principio, mientras él observa, calmo y silencioso a las
personalidades resplandecientes, encantadoras, agresivas y brillantes
que le rodean. Cualquiera del grupo te dará la impresión de estar mejor
equipado que él para la carrera, sea cual fuere la carrera. Muchos de
ellos fanfarronean, otros tienen miedo, pero todos parecen tan
preparados, tan pulidos, que no da la impresión de que Capricornio tenga
nada que hacer frente a ellos. Si, pero les ganará.
Hace un par de años fui a visitar la librería de un astrólogo
neoyorquino. Mientras yo desparramaba generosamente mis perlas de
sabiduría, y le daba consejos -que él no me había pedido- sobre los
libros que debería tener y discutía con él temas astrológicos, me enteré
de que era Capricornio, y él se enteró de que yo era Aries. Muy ufana,
adiviné correctamente su ascendente, hablé y me moví con soltura, en una
palabra, parecía que yo llenaba la escena. Antes de que yo me fuera, él
me dedicó una sonrisa, dulce y encantadora, y -con su fascinante acento
húngaro- me dijo una cosa rara. “La Cabra le ganará al Carnero. Lo dijo
como a la ligera, pero con mucha seriedad. Al salir de la librería, me
reí para mis adentros. “Qué engreído -pensé-. ¿Quién podrá superar a un
doble Aries?” Pero, ¿sabéis? Cuando yo no puedo encontrar algunos libros
que necesito, y que están agotados desde que Noe construyó el arca, ahí
aparece con ellos el Capricornio. Poco a poco, me he visto obligada a
rendir respetuoso homenaje a su superioridad, y aquí me tenéis,
reconociendo a su signo solar cualidades que yo le envidio, pero que no
poseo. Es lo que dije: Capricornio gana.
Otra confesión. Como Aries que soy, me enferma aceptar directrices. Ningún escritor Aries aguanta que alguien corrija su trabajo. Últimamente, me hicieron la sugerencia de que una correctora Capricornio revisara algunas cosas que yo había escrito. Me sentí ofendida y, aunque exteriormente me mostré de acuerdo, en mi fuero íntimo decidí que no le permitiría cambiar una sola palabra del fruto de mi genio; me limitaría a fingir que estaba de acuerdo. Ella hizo sus sugerencias de manera tranquila, tímida casi, y bien a pesar mío vi con total claridad que eran inteligentísimas. ¿Cómo no se me había ocurrido a mi misma cortar esa frase y cambiar esa palabra? Después de haber seguido -a regañadientes- sus instrucciones al pie de la letra, la redacción quedó mejorada de manera dolorosamente obvia. Capricornio volvió a ganar.
Como la Cabra se confunde tan discretamente con el grupo, mimetizándose
inconscientemente con el fondo, no siempre es fácil reconocer las
características físicas de este signo solar. Capricornio puede ser
macizo y musculoso, pero también nervioso y delgado o regordete y
blando. Pero sea cual fuere la configuración de su cuerpo, la Cabra dará
la impresión de estar arraigada en su sitio, hasta que se decida a
cambiar de lugar. Generalmente, la gente de Saturno tiene el pelo lacio,
fino y negro, ojos azules, pero estúdialos con atención. Sinceramente,
¿no dan en realidad la impresión de que deberían haber nacido con la
piel, el pelo y los ojos oscuros? Es una afirmación arriesgada, pero
cierta. Toma a Marlene Dietrich, por ejemplo: cutis de porcelana de
Dresde, ojos verdes, pelo rubio como el trigo. Vuelve a mirarla; observa
la tranquila deliberación de sus acciones, escucha su voz gutural y
profunda. Recuerda su legendaria habilidad para los negocios y su
terrenal ambición. ¿No son, todas estas, condiciones más acordes con la
imagen de una mujer morena? Si tienes presente esta sutileza, jamás te
dejarás engañar por la apariencia de un Capricornio.
La personalidad saturnina está siempre rodeada por una tenue irradiación
de gravedad y melancolía. Ninguno de estos nativos escapa por completo a
la influencia saturnina y a su impronta de disciplina severa y
abnegación. Suelen ser de pies fuertes, y les gustan los zapatos
prácticos. Tienen gran habilidad manual, su voz es suave y sedante, y
probablemente encontrarás en ellos una gentileza halagadora y
persuasiva. Capricornio puede parecer tan inofensivo como una almohada
de plumas, pero es resistente como una armadura. Trabaja
persistentemente, sin pausa, y se las arreglan para digerir insultos,
presiones, decepciones y obligaciones con tanta calma como la cabra
digiere latas oxidadas, vidrios rotos y cartones. Como ella, tiene el
estómago de hierro, y sus cuernos son peligrosos. Mientras los
extravertidos alegres y sonrientes dilapidan sus energías en todas
direcciones, Capricornio jamás se desvía un centímetro a derecha ni a
izquierda. Sigue tercamente su senda hacia arriba, con una fe innata en
la seguridad de los caminos bien trillados, y desdeñando los seductores
atajos que -la Cabra bien lo sabe- están llenos de peligros.
Sienten una gran admiración por quienes han subido antes que ellos a la
cima de la montaña y han establecido las normas del viaje. Son los
cortejantes del éxito; respetan la autoridad y honran la tradición. Hay
muchas personas enérgicas e impulsivas que les tachan de esnobs y de
engreídos. A su vez, la Cabra puede considerar temerarios y tontos a sus
críticos, pero por lo general es demasiado prudente para hacerse
enemigos innecesariamente. Los saturninos se someten, asienten, se
adaptan. ¿O simplemente dan la impresión de hacerlo? Capricornio deja
que los demás se le adelanten, pero suele ser él quien llega primero,
contra toda lógica. Trata de evitar los obstáculos, las rocas cortantes.
No puede resultar asombroso que rara vez tropiece, puesto que no lleva
los ojos clavados en las estrellas. Su mirada se dirige hacia delante y
afirma firmemente los pies en el suelo. Celos, pasiones, impulsos,
enojos, frivolidades, despilfarro, haraganería y descuido son
obstáculos; que sean otros quienes tropiecen con ellos y se caigan.
Capricornio no. Él puede echar un rápido vistazo hacia atrás,
compadeciéndose de los caídos, o agradeciéndoles el consejo y la ayuda
que antes le prestaron, pero no tardará en seguir subiendo sin prisa y
sin pausa hasta llegar a la meta.
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Entre ellos hay algunos que son deliciosamente románticos, que entienden
la extraña luz de la Luna y los colores gloriosos de las alas de una
mariposa; pero no dejarán que sus emociones les impidan ver los hechos,
si son saturninos típicos. Si Capricornio escribe un hermoso poema,
lleno de imaginación y de ilusiones, el tema será concreto y la
puntuación impecable. Irá derecho al grano, sin que jamás su sentimiento
se derrame por los bordes. Si quieres ganarte el respeto de la Cabra,
no desafíes las convenciones. Hasta los más osados de este signo, que
constituyen la excepción, observarán por lo menos las exigencias
externas que impone la convivencia social. Las escenas en público y los
incontrolados estallidos pasionales les hacen sentir incómodos.
Ocasionalmente, algún Capricornio olvidará ocultar su ambición y se
negará a trabajar si no es en un puesto clave. Se convierte entonces en
una Cabra obstinada que insiste en empezar desde el último peldaño de
arriba, el lugar que en su sentir le pertenece. Como es natural, una
actitud así tiene como resultado una persona sombría, pesimista, egoísta
y fría, imposible de satisfacer. Pero un buen par de golpes suelen ser
suficientes para que se encamine por la buena senda.
Es típico que, de jóvenes, los nativos de Capricornio se muestren más
satisfechos que cuando envejecen, para lo cual hay una buena razón. De
una forma que hace pensar en los chinos, los jóvenes regidos por Saturno
hacen ídolos de los antepasados y los mayores; el respeto por la
sabiduría de la edad y de la experiencia es innato en la naturaleza
saturnina. Pero cuando maduran, y cuando los “honorables antepasados” y
los ancianos han desaparecido, las locuras de las generaciones actuales
pueden ser causa de miedo y perplejidad para la Cabra, con su carácter
conservador. Andan por ahí chasqueando la lengua, sacudiendo la cabeza y
evocando en voz baja los buenos tiempos de antaño. Por suerte, sin
embargo, hay una buena cantidad de ellos que saben adaptarse al cambio.
Es encantador ver a un Capricornio de cabellos grises alternando
alegremente con los jóvenes, aprendiendo por primera vez las alegrías
que se le pasaron por alto en la seriedad de su infancia. En la madurez,
Capricornio se comporta como un variante frustrado, o acepta
alegremente todas las diversiones y bailes de última moda. Algunos, los
que se quedan a mitad de camino, sonríen con reprimida emoción mientras
miran desde fuera, marcando con los pies el ritmo de la música, pero sin
llegar nunca a reunir el valor necesario para participar en la danza.
Será raro encontrar las narices rectas y bien dibujadas de Capricornio
metidas en lo que no le importa, ni la lengua saturnina entregada al
chismorreo. Si el signo solar se combina con influencias desfavorables
de Géminis o Piscis, pueden ser un poco charlatanes, pero normalmente
las Cabras tienen bastante con ocuparse de sus propios asuntos. No es
frecuente que den consejos que nadie les pide, pero si deliberadamente
recurres a su sabiduría práctica, sin titubear te aconsejarán con toda
seriedad. Además, esperarán que aceptes su consejo; si no eres capaz de
seguir su ejemplo, Capricornio no perderá mucho tiempo tratando de
enseñarte y no se sentirá inclinado a compadecerse de ti.
Tal vez te digan que la gente de este signo se casa por dinero o por la
posición social. Es una exageración, aunque, sin duda, fue un
Capricornio el que dijo: “Es tan fácil enamorarse del director de
orquesta como echarse una cana al aire con el segundo violín”. Con su
espíritu práctico, es raro que la Cabra se precipite en los negocios o
en el matrimonio si no está bien preparada, financieramente en el primer
caso, emocionalmente en el segundo. Son gente capaz de hacer cosas
extrañas por alcanzar seguridad. La idea de la vejez es una constante en
la mente saturnina. Hasta los Capricornios más jóvenes se complacerán
instintivamente en visitar al tío Eulogio o a la tía Minerva. Después de
todo, es posible que los parientes chochos tengan algunas acciones o
sabe Dios que bienes, aparte de ser afectuosos y calidos. Y realmente
seria una pena que legaran su fortuna al canario. Tal vez te parezca que
una actitud así es fría y calculadora, pero para Capricornio es
sensata. La oportunidad no necesita llamar dos veces a la puerta de la
Cabra, porque al primer golpe ya le abre. Mejor dicho, Capricornio
estaba detrás de la puerta, escuchando, en espera de que llamara.
De pequeños, los niños de este signo tienden a ser más débiles y
enfermizos que otros chicos, pero tanto las fuerzas como la resistencia a
la enfermedad se incrementan con la edad. La naturaleza sobria y
moderada del nativo típico le da una enorme resistencia, y un potencial
de supervivencia tal que no es excepcional encontrar algunos que han
doblado el codo del siglo. La gente de Saturno podría muy bien evitar
contacto con médicos y hospitales; si no lo hacen, es porque el miedo,
la incertidumbre, las preocupaciones y la melancolía son mas dañinos que
los propios microbios. No hay dieta, regularidad en los hábitos ni
resistencia a las enfermedades que puedan triunfar de los riesgos del
pesimismo. Los Capricornio que deseen evitar la enfermedad tendrán que
hacer mucho ejercicio al aire libre y cultivar una actitud más positiva y
extrovertida. El aire fresco del campo y las frescas brisas de la
tolerancia pueden hacer milagros con la salud saturnina. Casi todas las
Cabras, cualquiera que sea su sexo, son de piel delicada y es posible
que padezcan erupciones nerviosas, alergias, asperezas y grietas,
algunas anomalías con la transpiración, poros dilatados o acne. También
son comunes los trastornos gástricos debidos a comidas incompatibles y
tensiones mentales. Pueden sufrir fracturas en piernas y brazos. Las
rotulas, articulaciones y huesos son áreas vulnerables; otros frutos de
la melancolía saturnina son las parálisis psicosomáticas, intensos
dolores de cabeza e infecciones renales.
Es posible que tengan dientes blanquísimos, hermosos y fuertes, o bien que la dentadura les cause continuos problemas y les imponga continuas visitas al dentista. En términos generales, si consigue evitar las largas enfermedades que tienen su origen en sus prolongadas depresiones, la tenacidad vital de Capricornio es notable. Pero, ¿qué gracia tiene ser la última hoja del árbol, si uno sufre de artritis y de reumatismo? Para mantenerse sana, la Cabra debe buscar el sol y reírse de la lluvia.
Es un ser tan tímido y dulce, un poco testarudo tal vez, pero de manera
tan comedida que parece inofensivo. Una persona tan segura, en quien se
puede confiar, y que le halaga agradablemente a uno. ¿Quién seria capaz
de herirle o de considerarle ambicioso? Entretanto, Capricornio se vale
de tus propias debilidades, ínfulas y celos para hacerse fuerte. Es tan
útil, y acaba siendo tan indispensable, que eres tú quien finalmente le
pide que tome las riendas. En lo sucesivo, él gobernará sin dejarse ver,
desde el rincón, moviendo con toda modestia los hilos de la autoridad.
La Cabra somete su afán de sobresalir para conseguir lo que su afán de
sobresalir realmente desea: la posición del auténtico líder. Con
cautelosa prudencia, bondadosa pero tenaz, resguarda el pasado del
descuido y protege de la confusión el presente, para que tú puedas
construir sin riesgos el mañana.
No necesita ir al frente del desfile, con bombos y platillos; es el
quien, entre bambalinas, autoriza el desfile y determina su recorrido.
Todos los temerarios que se pasean por la cuerda floja necesitan de la
red firme y segura de Capricornio cuando un error de cálculo les
precipita al vacío. La disciplina y formalidad del negro azabache y el
azul marino, la práctica solidez del marrón, los sueños -honestos y
profundos- del verde oscuro: he aquí los serenos colores de su
perdurable arco iris. Camina lentamente a través de su selva silenciosa,
alfombrada de suave musgo y decorada de hiedras, y busca los ocho
tesoros escondidos de Saturno. Bajo el sauce llorón de Capricornio hay
enterrados rojos y suntuosos rubíes. Quédate... para conocer la eterna
belleza del ónice, pura y tersa. El plomo de Capricornio es sólido, y
con su carbón se encienden fuegos perdurables.
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. PERSONALIDADES CAPRICORNIO FAMOSAS
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Steve Allen, Humphrey Bogart, Pablo Casals, Nat King Cole, Marlene
Dietrich, Benjamin Franklin, Ava Gardner, Barry Goldwater, Cary Grant,
Alexander Hamilton, J. Edgar Hoover, Howard Hughes, Juana de Arco,
Johannes Kepler, Martin Luther King, Rudyard Kipling, Mao Tse-tung,
Henry Miller, Isaac Newton, Richard Nixon, Louis Pasteur, Edgar Allan
Poe, Helena Rubinstein, Carl Sandburg, Albert Schweitzer, Daniel
Webster, Woodrow Wilson, Loretta Young.
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.EL HOMBRE CAPRICORNIO
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¡No le tengas esperando, criatura! Vaya ¡si su tiempo vale mil libras
por minuto!
Y no juegues así, todo el tiempo con los dedos...Mejor que no digas
nada.
¡El lenguaje vale mil libras por palabra!
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Está rodeado por una pared de ladrillos que él mismo se construyó. Es
tímido, pero fuerte y recio; agradable, pero orgullosamente ambicioso.
Como los legendarios y silenciosos vaqueros del Oeste, parecería que al
hombre Capricornio le gustara estar solo, pero no es así en realidad.
Secretamente, Capricornio se desvive por la adulación. Le encantaría
sobrecoger multitudes desde un trapecio volante. En sus sueños mas
íntimos, la Cabra es una romántica incurable, pero su naturaleza está
encadenada por Saturno. El severo planeta de la disciplina le exige un
comportamiento tranquilo, acciones prácticas y seriedad de intención.
Tal es su cruz, a veces bien pesada de sobrellevar. Habrá ocasiones en
que Capricornio ocultará su frustración bajo actitudes bruscas, y otras
en que te sorprenda con un humor inesperado e incongruente, siempre de
tipo irónico y descreído. Las gentes de Capricornio pueden ser
aburridísimas cuando se ponen en trance de hacer bromas secas y
retorcidas.
Si das vuelta como un calcetín a un estable y confiable varón
Capricornio, te encontrarás con un alegre soñador que anhela sentir cómo
el viento le desordena el pelo y se embriaga con la dulce fragancia de
los halagos, ávido de emociones y sediento de aventuras. Solo unos pocos
elegidos son capaces de liberar a esta alma solitaria de su prisión
secreta.
Saber algo de los signos solares puede ser utilísimo para quienes se
inclinan a juzgar los libros por las solapas. Ahí estabas tú, pensando
que Capricornio sería un maestro excelente, pero como enamorado,
lamentable. Casi habías decidido dejar que se dedicara a la política, en
vez de conquistarlo; te daba la impresión de un hombre que preferiría
ver su nombre en el Quien es quién, mejor que en tu diario íntimo. Y
ahora descubres que tiene un corazón tan cálido y cordial como un grato
fuego de leña en una noche de invierno. Ya se que es para alegrarse,
pero espera un momento antes de correr a estrujarle entre tus brazos,
esperanzada en que él te hará llegar hasta la Luna. Sorpresas como la
que acabo de describirte forman parte de su naturaleza íntima. Se
quedará impresionado y fascinado sí, lo adivinaste, pero naturaleza
íntima quiere decir eso, precisamente: naturaleza íntima. Lo más
probable es que jamás deje en libertad de realizarse a todos esos sueños
etéreos de apasionados transportes. De todas maneras, tú ya sabes que
los tiene, y es bastante. No sigas esperando que tu Capricornio se lance
a pasear con los pies desnudos entre las amapolas; no podrás cambiar su
básica personalidad saturnina.
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Lo que puedes hacer, en cambio, es reírte de sus historias de perro
apaleado hasta que cobre el valor suficiente para contarte cuentos menos
deprimentes. Puedes insinuar que te parece que bajo su fachada
conservadora arden fuegos ocultos, e insistir hasta que se arrime a
dejar asomar un par de llamas. Puedes decirle que sueños como los que él
sueña te parecen los mas coloridos, ya que ningún sueño es tan
abigarrado como el que realmente sucede, y tal vez se atreva a soñar
unos cuantos mas. Algún día llegará a la cima de la montaña que se ha
puesto como meta, y tú estarás junto a él, orgullosa de la determinación
de tu Cabra, y muy contenta de haber creído en la posibilidad de
realización de sus sueños.
Capricornio hace como si pudiera vivir sin halagos, y la forma en que
reacciona cuando se le dice algo grato es una prueba bastante
convincente. ¿Alguna vez le dijiste algo agradable a tu galán
Capricornio, y te decepcionaste al ver su cara inexpresiva? No te
apresures. El hecho de que la especialidad de la Cabra sea el autoengaño
no significa que tú también tengas que dejarte engañar. En realidad,
necesita desesperadamente que le digan que es bueno, inteligente, buen
mozo, deseable e interesante, pero como no suele dejar ver su necesidad,
no son muchas las orquídeas que recibe. Por eso es posible que sea un
poquito torpe y no sepa que hacer cuando alguien le expresa abiertamente
que le admira, de modo que disimula su incomodidad haciendo algún
chiste retorcido o ignorando el cumplido: una reacción que puede hacer
que los demás decidan que jamás volverán a correr el riesgo de decir una
gentileza a ese cara hipócrita. Como da la impresión de que no le gusta
que le halaguen, le halagan cada vez menos. Es un círculo vicioso, pero
la culpa puede ser tuya, más que de él. La próxima vez que le ofrezcas
un ramillete verbal a tu Capricornio, mírale las orejas. ¿Ves como se le
ponen rosadas? ¿Ves como apenas le centellean los ojos, y ese
temblorcito imperceptible en la nariz? Esta tan animado como un ponche.
El hecho de que no se ponga a zapatear ni a revolcarse en el césped como
Leo, no significa que no este contentísimo, y con la sensación de haber
crecido tres metros. Capricornio necesita que le vean como el tipo
sensacional que es, pero su naturaleza y los astros le vedan la
publicidad. Tú tendrás que ser su agente de prensa.
Es, como dirían los horticultores, de florecimiento tardío. En su
juventud serio como un búho, al madurar va relajándose gradualmente y,
si es un auténtico Capricornio, puede terminar siendo el hombre de
aspecto y comportamiento más juveniles del grupo. Ahora bien, este es un
aspecto que conviene tener en cuenta: con otros hombres tendrás que
tolerar años de tonterías para después adaptarte a una vejez rígida y
melindrosa; con Capricornio, es posible que al principio tus entusiasmos
se encuentren un poco restringidos, pero ¡piensa en lo que puedes
esperar para mas adelante! En la primavera de vuestro idilio, tu
enamorado Capricornio no te propondrá una escapada a Paris, pero es
posible que cuarenta o cincuenta años mas tarde, cuando otros hombres se
quejan de que les duelen las articulaciones, él te lleve a ver el Taj
Mahal a la luz de la Luna. No está tan mal. Si tú eres de las que les
gusta atiborrarse con entremeses y después comen de mala gana la comida,
Capricornio no es para ti. Una relación amorosa con un hombre de este
signo, siempre que termine en el matrimonio, es como comer el postre al
final, como corresponde.
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Naturalmente, la inversión del proceso de envejecimiento en Capricornio puede hacerte pensar que en el rubro fidelidad puede haber gato encerrado. Lo hay. Es verdad que no tendrás que preocuparte mucho por los desvíos de la Cabra cuando el romance es fresco y está húmedo de rocío, y también es verdad que puede soltarse un poco a medida que tiene más edad. Pero así y todo, su fidelidad es mas segura que la de la mayoría de los otros signos solares, porque Capricornio prácticamente quema incienso en el altar de la familia. Aun si comete algunos pecadillos menores en la época de su tardío florecimiento, nunca los pondrá por delante del fuego del hogar, de los hijos y de ti. Los lazos familiares le inspiran un sentimiento muy próximo a la reverencia, y esto es válido para la familia que ha creado contigo y para su familia de nacimiento, que desde la infancia ha sido para el objeto de devoción.
Naturalmente, la inversión del proceso de envejecimiento en Capricornio puede hacerte pensar que en el rubro fidelidad puede haber gato encerrado. Lo hay. Es verdad que no tendrás que preocuparte mucho por los desvíos de la Cabra cuando el romance es fresco y está húmedo de rocío, y también es verdad que puede soltarse un poco a medida que tiene más edad. Pero así y todo, su fidelidad es mas segura que la de la mayoría de los otros signos solares, porque Capricornio prácticamente quema incienso en el altar de la familia. Aun si comete algunos pecadillos menores en la época de su tardío florecimiento, nunca los pondrá por delante del fuego del hogar, de los hijos y de ti. Los lazos familiares le inspiran un sentimiento muy próximo a la reverencia, y esto es válido para la familia que ha creado contigo y para su familia de nacimiento, que desde la infancia ha sido para el objeto de devoción.
De nada te serviría ofender a su madre o mostrarte fría con su hermano;
prepárate a amar a tu familia política, aunque sean tan dignos de amor
como un cactus. No solamente él los defenderá, sino que, si extremas las
discusiones, la tensión impuesta por la lealtad a las dos familias
puede ser causa de que se ponga taciturno y sombrío... y nada hay menos
deseable en este mundo que un Capricornio taciturno y sombrío.
Tal vez des con alguno que exprese abiertamente su desdén por sus
parientes o que haya cortado con amargura los vínculos familiares, sin
haber vuelto nunca a mirar hacia atrás, pero si rascas la superficie de
tal independencia, encontraras en su pasado alguna profunda herida
emocional, causa originaria de un comportamiento tan atípico. Muchos
hombres de este signo siguen viviendo con su familia mucho después que
sus amigos de la misma edad se han ido a disfrutar de las delicias de la
vida de solteros. Por lo general, se enamoran mas tarde que la mayoría,
y también es raro que se casen antes de tener bien encaminada una
carrera.
Con la mira puesta en el linaje y la perfección, observarán con mucho
cuidado lo que se les presente. La Cabra elegirá una muchacha capaz de
ser buena madre. Además, tendrá que ser buena cocinera y ama de casa.
También deberá vestirse bien para impresionar a sus relaciones
comerciales y a sus amigos, y si esta un peldaño por encima de ellos en
posición social, modales, educación e inteligencia, será preferible.
Finalmente, Capricornio hará un rápido estudio para asegurarse de que
sea bella o de que resulte físicamente atractiva. Ya ves que las cosas
no podrán ir muy bien si llevas el pelo descuidado, si se te acabó el
perfume o si no tienes unas piernas como para hacerte odiar por Miss
Universo. Busca en el baúl esos papeles donde consta que tu familia
desciende de los que hicieron la
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Revolución norteamericana y enséñale los muebles coloniales del comedor.
Una vez por semana invita a almorzar a su madre, y haz que él se fije
en lo bien que administras tu presupuesto. La próxima vez que salgáis
juntos, lleva a tu hermanita de cuatro años (si eres hija única, pídele a
la vecina que te preste su bebé). Frecuentemente, límpiale con suavidad
la naricita con un impecable pañuelo de hilo, comenta que te gustaría
estar en la comisión de fomento urbano del ayuntamiento, camina con
calma, déjate caer con alguna frase en francés y derrítete cuando veas
un bebé en un cochecito. No te olvides de comentar que el padre de tu
Cabra es el caballero mas encantador que hayas conocido, o menciona como
quien no quiere la cosa a ese tío abuelo que fue de los primeros
colaboradores de Ford o a tu otro antepasado, el que peleó junto a
George Washington (cualquiera de los dos puede valer). Si eres bonita,
tanto mejor. Pero no habrá encanto que de mejores frutos que el
cubrecama que hiciste para tu prima Bessie. Casi puedo asegurarte que si
no pasas el examen de su familia, Capricornio no se casará contigo. Hay
excepciones, claro, pero son tan escasas que es simplemente temerario
apostar a que tu enamorado Capricornio pueda ser una de ellas.
Después que la familia te haya propuesto matrimonio -quiero decir,
después que te lo haya propuesto él-, empieza a poner los puntos sobre
las ies. Con firmeza. Hazle saber que su gente te encanta, pero que es
con él con quien quieres compartir mesa y lecho. De otra manera, te
pasarás más de un sábado por la noche cocinándole la cena a su tío
Charlie o ayudando a su hermanita menor a superar los dolorosos trances
de la adolescencia.
Como Capricornio casi siempre se pone un poco nervioso en presencia del
sexo opuesto, por ahí habrá alguno que insinúe torpemente situaciones
equivocas, intente alguna indirecta o se muestre áspero, recio e
insensible. No es más que su manera de demostrar seguridad, un método
típico de disimular su timidez y curiosidad ante las pasiones al rojo de
gente más agresiva. No dejes que eso te lleve a pensar que quiere que
juguéis a Bonny y Clyde. Tú no eres Mae West ni Texas Guinan: eres una
dama, y no lo olvides jamás. Es posible que él dedique algunas miradas
furtivas a las damas de la noche, pero no será con ninguna de ellas con
quien se case. Tal vez todo esto te haga pensar en los consejos de tu
tía abuela, pero si te parece anticuado, ponte un bikini mínimo,
maquíllate los ojos de verde, báñate en perfume y bésale en publico. Es
posible que algún día recorras el pasillo vestida de gasa blanca, pero
no será al encuentro de ningún saturnino.
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Un lindo regalo para tu marido Capricornio será un libro de poesías, cuanto más románticas mejor. Si no le enseñas desde muy pronto el arte de expresar sus afectos, puedes terminar siendo una esposa a quien no le falta nada, cálidamente apreciada y adorada, con un marido que es un perfecto encanto... pero que emocionalmente se muere de hambre. Y llegados a esas alturas, de nada servirá que te quejes porque el nunca te dice que te ama: se limitará a mirarte con ofendida inocencia o con aire gruñón, según la intensidad de la influencia de Saturno cuando nació, y te explicará pacientemente que estás chiflada. ¡Si él se acuerda perfectamente de haberte dicho que te amaba cuando te dio el anillo de compromiso, y también cuando nació el segundo de vuestros hijos!
Un lindo regalo para tu marido Capricornio será un libro de poesías, cuanto más románticas mejor. Si no le enseñas desde muy pronto el arte de expresar sus afectos, puedes terminar siendo una esposa a quien no le falta nada, cálidamente apreciada y adorada, con un marido que es un perfecto encanto... pero que emocionalmente se muere de hambre. Y llegados a esas alturas, de nada servirá que te quejes porque el nunca te dice que te ama: se limitará a mirarte con ofendida inocencia o con aire gruñón, según la intensidad de la influencia de Saturno cuando nació, y te explicará pacientemente que estás chiflada. ¡Si él se acuerda perfectamente de haberte dicho que te amaba cuando te dio el anillo de compromiso, y también cuando nació el segundo de vuestros hijos!
Él piensa que deberías estar segura de lo que siente por ti. ¿Acaso no
te mantiene, además de rendirte el homenaje de dejar que seas la madre
de sus hijos, le barras los suelos y lustres los trofeos que él
consigue? Para Capricornio, las declaraciones verbales y floridas son
superfluas. Tal vez te pregunte si lo que quieres es a Richard Burton;
que eso te de pie para contestarle “sí”, en voz bien alta. Con eso se
sobresaltará un poco, y aunque no se convierta en Richard Burton, es
posible que llegue a darse cuenta de que murmurar suavemente “tesoro” en
el momento adecuado no disminuye en nada su masculinidad.
Como padre, será Padre, la personificación literal de la palabra. Estará
siempre a la cabecera de la mesa, en los picnics también. Aunque le
toque sentarse sobre la hiedra venenosa o cerca del hormiguero, cuando
os disponéis en torno al mantel extendido bajo los árboles, allí donde
se siente papa Capricornio será la cabecera de la mesa. Exigirá respeto y
obediencia, e insistirá en las rutinas y en la disciplina, pero lo
compensará con una dedicación sincera y hasta de sacrificio. Además,
estará de acuerdo con las grandes fiestas de cumpleaños y los alegres
festejos navideñas. Es muy improbable que un papa Capricornio tenga el
tipo de mano blanda que echa a perder a los niños: se ocupara de que
vayan al dentista y hagan los deberes, y los pondrá en el rincón cuando
sea necesario, transmitiéndoles enfáticamente su propio sentido de la
organización y de la responsabilidad, cosas que sin duda no harán daño a
los niños, aunque tal vez les quiten un poco de vivacidad. Recuérdale
que ser padre no es solamente una gran responsabilidad: también puede
ser divertido. Considéralo como uno de los papás que pinta Dickens,
enséñales a los niños a que sean generosos con el beso de las buenas
noches, y a él insístele para que les lleve al partido de fútbol, a
pescar o a nadar. Si es un poco estricto, piensa que a la larga ellos se
beneficiarán, siempre que papá no se exceda. Cuando sean los nietos
quienes salten sobre sus rodillas, se habrá vuelto sorprendentemente
tolerante. Los abuelos Capricornio son estupendos canguros; hasta
conozco a uno que sale a la calle a patinar con su segunda generación de
descendientes.
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Será raro que un hombre Capricornio se case deprisa y se arrepienta con
sosiego; mas fácil es que se casen con sosiego y se arrepientan deprisa.
En la mayoría de los casos, el matrimonio de Capricornio es sólido,
pero si la Cabra se da cuenta de que se ha equivocado se ira sin perdida
de tiempo, sin darle una segunda oportunidad a su mujer. Capricornio
detesta el divorcio, de manera que esta actitud no es muy frecuente,
pero cuando sucede, es definitiva. En una palabra: cuando se hartó, se
hartó.
Para tu marido saturnino, hacer el amor puede estar tan sujeto a horario
y calendario como hacer las compras, despachar la correspondencia, ir
al banco, visitar museos y galerías de arte o limpiar su colección de
armas y de trofeos. Tal vez te parezca frío y poco sentimental, pero
recuerda que a Capricornio sigue interesándole el aspecto físico del
amor mucho después que otros maridos se reducen a la poesía para
expresar sus emociones. Si me entiendes, eso significa lo que ya te dije
al comienzo: el postre al final. Cuando ya se haya jubilado, tendrá mas
tiempo para pulir sus técnicas afectivas, y eso es mejor que un
seguro... contra los días malos, contra la soledad y contra los golpes
de un mundo feo y sórdido. Cualquier mujer sensata aprecia en lo que
vale la devoción saturnina. No será un amante fogoso que te corteje con
los ojos llenos de estrellas ni con palabras floridas y apasionadas,
pero te protegerá de todos tus miedos femeninos. Es hombre recio, pero
de corazón tierno. Después de haber cortado la leña para el fuego
acogedor, se sentará contigo junto a él, teniéndote tiernamente de la
mano. Y por mas canas, kilos de mas o arrugas que te vaya sumando el
correr del tiempo, para el serás siempre aquella muchacha que consiguió
hacerle decir: “Te amo”. Y si te detienes a pensarlo, ¿que necesidad hay
de que te lo repita una y otra vez? Cuando dura tanto tiempo, con una
vez basta.
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LA MUJER CAPRICORNIO
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Entonces se levantó y empezó a pasearse, al principio bastante rígida
porque temía que se le cayera la corona: pero se consoló con la idea de
que nadie había allá para verla... Y si realmente soy reina -se dijo
mientras volvía a sentarse-, con el tiempo podré desenvolverme muy bien.
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No hay un modelo típico de mujer Capricornio. Puede ser la conservadora
de un museo y mirarte a través de unas gafas como las de la abuela,
porque las necesita, y también ser bailarina y usar un taparrabos de
lentejuelas, por pura diversión. Podrás verla dirigir con toda
eficiencia una asociación de padres y maestros, freír hamburguesas en
una cafetería u organizar el baile de caridad más impresionante de la
ciudad. Una mujer Capricornio puede brillar en las columnas de noticias
sociales, sonreír recatadamente detrás de un candidato político (su
marido) o verter líquidos misteriosos en tubos de ensayo. Pero no
importa lo que haga ni la ropa que use: Saturno regirá sus acciones y
sus objetivos secretos. Puede ser ultra femenina, tan coqueta y
encantadora como para conseguir que un hombre se sienta un oso
gigantesco, capaz de protegerla de este mundo frío y cruel; pero también
puede mostrarse gélida, silenciosa y distante, tranquilamente instalada
en su pedestal de mármol mientras te desafía a que tengas la habilidad
suficiente para ganar su distinguida mano. No importa la personalidad
que proyecte: por debajo de sus artilugios femeninos o de su modalidad
práctica y sensata, siempre está la misma meta: una acerada
determinación de atrapar al hombre justo, capaz de llegar a ser
importante, de hacerla sentir orgullosa y de ser buen padre para sus
hijos.
Son tantas las muchachas Capricornio que tienen una carrera, que se
podría pensar que el amor y el matrimonio pasarían siempre a segundo
plano. Con el amor, eso es cierto; con el matrimonio, no. Lo que hay que
entender es que las metas de Capricornio son la seguridad, la
autoridad, el respeto y la posición. Poco importa que esas necesidades
se satisfagan frente a un encerado como maestra de escuela, detrás de un
escritorio como ejecutiva, o junto a un marido ambicioso cuya vida
social y hogareña ella pueda manejar con fácil gracia y planteamiento
cuidadoso. De una manera o de otra, la mujer Capricornio conseguirá que
la reconozcan; hay quien lo consigue escribiendo libros, dando
conferencias, pintando o componiendo música. Es sorprendente cuantos
nativos de este signo, de uno u otro sexo, tienen un excepcional talento
artístico. Tal vez les venga de su sentido innato del equilibrio y de
la armonía, que les lleva a saber lo que es placentero y lo que es
correcto.
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El punto es un poco delicado, pero incluso las mujeres saturninas a las que llegas a conocer en algún teatro de revista, o desempeñándose en la profesión mas antigua del mundo (y apenas si serán un puñado), terminarán por casarse con el artista principal o con el propietario del teatro, en el primer caso, y con el mas rico de sus clientes en el segundo. El destino de la Cabra es trepar. No importa que el punto de partida esté situado alto o bajo: cuando llega a la cima es cuando la vista le parece más satisfactoria. No hay oropeles en la mujer Capricornio; jamás la veras abrirse paso a gritos y codazos hasta el primer lugar. Hasta puede ser que pienses que es lo bastante dócil como para conformarse con ver la competición desde uno de los asientos del fondo. Espera, y veras a quien ascienden.
No vayas a pensar erróneamente que es una chica que jamás sacrificará su
carrera al matrimonio. Dale una mínima oportunidad de brillar en
sociedad y ser la dueña de una casa bien puesta, y ya verás con que
rapidez pierde interés en su trabajo (una de las pocas cosas que hará
con rapidez). Si necesitas que lo haga, una mujer de este signo seguirá
trabajando de buena gana para ayudarte en tu ascenso por la montaña del
éxito, sin dedicarse a vagabundear. Por otra parte, si no necesita
hacerlo, estará encantada de disfrutar de su puesto de esposa... siempre
que el puesto sea bueno, y la seguridad económica suficiente.
Uno de los rasgos mas típicos y deliciosos de estas muchachas es su
natural aristocracia, la gracia de sus modales. Puedes conocer a una
chica Capricornio que creció en una cabaña de una sola habitación,
accionando las barreras del ferrocarril, o que es hija de un hombre que
hace el turno de noche en las minas de carbón, pero si no es ella quien
decide hablarte de sus orígenes (cosa que probablemente no hará), tu
estarás convencido de que procede de una de las antiguas familias, y de
que fue a una de las mejores escuelas de educación social para
señoritas, tal es su sentido, innato en Capricornio, de la corrección
social y de las apariencias y convenciones mas conservadoras.
Cualquier hombre que inicie una relación con la Cabra debe estar al
tanto de algo que es básico para conocer a este signo solar: parecerá
dotada de un temperamento más equilibrado y de más estabilidad emocional
de lo que realmente tiene. Su modalidad puede convencer a cualquiera de
que es tan firme como una roca, y de que nada puede conmover la calma
de su superficie. La verdad es que esta sujeta a mil y un cambios
anímicos. Todas las mujeres están sujetas a cambios de humor, dirás tú;
pero las de Capricornio pueden caer en periodos realmente muy negros y
prolongados. Si se siente maltratada o desdeñada, eso le dará para días,
semanas y hasta meses de cavilación. Aunque ella diga que eso es ser
practica y sensata, la tristeza, el pesimismo y la depresión
característicos de Saturno tienen raíces mucho mas profundas. Lo que los
desencadena es el miedo al futuro, la preocupación por el presente y el
dolor por el pasado; también, en estas muchachas, puede ser la sospecha
de que se están burlando de ellas o de que padecen algún tipo de
inadecuación. Les cuesta aceptar las continuas bromas, de manera que
evítalas. A decir verdad, a Capricornio le resulta imposible ver el
chiste cuando ella es la victima. No es necesario que estés
constantemente cubriéndola de halagos (de todas maneras, si no fueran
sinceros se daría cuenta), pero no le hagas bromas sobre asuntos
importantes, y elógiala con la frecuencia suficiente como para que se dé
cuenta de que comprendes su verdadero valor.
Para ella es difícil relajarse en situaciones románticas. Bajo la fría
superficie de Capricornio, el deseo físico es intenso, en mayor medida
de lo que la mayoría sospecha, y jamás se satisface con relaciones
superficiales. Andar por ahí perdiendo el tiempo con abrazos que cortan
el aliento y besos apasionados no es, decididamente, su deporte
favorito, aunque una vez este segura de que tú eres el hombre adecuado y
de que la economía es firme -o tu ambición suficiente- será tan cálida
como un oso panda: mimosa, afectuosa, e incluso apasionada. Las chicas
de Capricornio no creen en los sueños vagos que se deslizan al acaso por
un nebuloso cielo azul. Quieren saber hacia donde las lleva la nave del
romance, y si navegan por aguas seguras. Si piensas cruzar el umbral
con una Capricornio en brazos, ten la seguridad de que los cimientos de
tu casa sean firmes. Cerciórate de que esté bien asegurada y de que la
hipoteca esté pagada, o poco falte.
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Probablemente será escrupulosa en lo social, muy pendiente de la etiqueta, y mostrará preferencia por costumbres raras, como servilleteros de plata labrada y sillas tapizadas en petit point. Las cosas deben ser correctas, y hay que respetar la tradición por encima de todo. Es posible que tenga la costumbre incongruente de querer comprar en las tiendas más caras y exclusivas, y sin embargo, insista en hallar cosas baratas. No tendrá inconveniente en comprarse un vestido de liquidación, siempre que la etiqueta sea de una casa buena.
Las mujeres Capricornio tienen una belleza peculiar y fresca; es raro
encontrar alguna que no sea excepcionalmente atractiva. Aun así, son
tímidas y se sienten inseguras de su apariencia, de modo que necesitan
que se les repita continuamente que son bonitas. Aunque odian todas las
formas de engaño, caen en el pecado de no confesar la edad, y
generalmente les sale bien, gracias a la extraña condición de Saturno:
de niñas parecen ancianitas y después florecen súbitamente para
convertirse en mujeres que tras haber pasado la primavera de la vida
tienen el aspecto de muchachas.
Desdeñar a su familia sería un error terrible. El hombre que se casa con
una chica Capricornio se casa con sus parientes, y de nada te servirá
pensar que tu caso será distinto, porque no lo es. Llegará un momento en
que dejarás de reírte de los chistes sobre las suegras (tal vez llores,
en cambio). Muchas veces, la mujer de este signo es el único sostén de
su familia, ya sea en el aspecto económico o moral, ya en ambos. Es
posible que cuide abnegadamente de sus padres enfermos, al punto de
abandonar por completo la idea de casarse. A veces, su sincero amor por
la familia le hará placentero el sacrificio, pero incluso cuando no es
así, su sentido de la responsabilidad y del deber le impedirá eludir la
obligación.
Vale más que te resignes a halagar a tu suegra, y esperamos que sea una
mujer sensacional y que se lo merezca. No discutas de política con el
padre de tu chica, y si es necesario que critiques a sus hermanos o
hermanas, procura que la crítica sea constructiva y se base en una
sincera creencia en sus potencialidades. Es frecuente que Capricornio se
encuentre con la carga de familiares pobres o inválidos, y una Cabra
típica jamás dejara que el amor, por mas ardiente que pueda ser, le haga
descuidar esas obligaciones. Será mejor que empieces a pensar en tener
uno o dos cuartos de huéspedes para los familiares que vengan de visita.
Pero la situación también tiene sus beneficios: tendrás una esposa
cálida y considerada con tu familia también. Una chica Capricornio
entenderá que semanalmente tengas que pasarles cierta cantidad de dinero
a tus padres, y es probable que sea compañera de tus hermanos y
hermanas. Es de las muchachas que, cuando la lleves a casa a
presentársela a mamá, se ganan instantáneamente su aprobación. Como los
hombres son tan desconfiados, esa actitud de aceptación puede hacer que
den marcha atrás; siempre es mas divertido tener que luchar contra las
objeciones que le pongan a tu chica. Pero estarás dándote de narices a
pesar de tu corazón, porque tu madre no se equivoca. Capricornio, si es
una saturnina típica, será excelente esposa.
Es frecuente que el hogar de la mujer Capricornio de la impresión de
algo que se mantiene inmaculado con tanta facilidad y poco esfuerzo que
uno diría que hay hadas y elfos ocultos en los rincones, que después de
medianoche se ponen a trabajar furiosamente, a lustrar y pulir, a
cocinar y limpiar. Craso error. El último lugar donde se puede esperar
encontrar esos seres imaginarios es en casa de un Capricornio. Por lo
general, el sentido práctico de Saturno y su sólida fe en los hechos le
impiden cualquier tipo de simpatía por lo invisible. Aunque se le
sentara uno en la punta de la nariz, una chica Capricornio no creería en
los duendes. Es justo, sin embargo, reconocer que por mas que no sea
precisamente una soñadora o una adepta del ocultismo, una vez que tiene
conocimiento de los hechos, es capaz de ver lo que hay de romántico y
poético en las situaciones mas ordinarias.
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Lo que ella reconoce es una forma terrenal de belleza que puede hacer que hasta lo burdo y lo feo parezcan encantadores gracias a su utilidad práctica. No le son ajenos los hechizos de las gitanas, ni es sorda al tintineo argenteo de las lluvias primaverales o a la llamada de la alondra solitaria. La buena música la conmueve profundamente, y le fascinan casi todas las formas de arte. Tal vez necesite ver y tocar la magia para creer en ella. Tal vez un duende conseguiría mucho mas de ella si, en vez de insinuarlo en un cuento de hadas, viniera directamente a decirle donde está escondido el cántaro lleno de monedas de oro.
La mayoría de los Capricornio reservan su fantasía para la historia y
los hechos heroicos del pasado. Dado que reverencia la tradición y rinde
homenaje a quienes han superado obstáculos hasta llegar al éxito, para
la Cabra es más fácil conmoverse ante las victorias del Cid que
entusiasmarse con tus últimos proyectos deslumbrantes. En realidad, ella
es la verdadera romántica, con más imaginación que la de las cabezas de
chorlito cuyas fantasías nada tienen que ver con la realidad. En el
alma de las muchachas de enero esta siempre presente la poesía, aunque
ellas no simpaticen demasiado con los poetas que se mueren de hambre en
alguna buhardilla. Ocúpate de la comida y del alquiler antes de correr
en pos del sueno, es el lema de Capricornio. Y además, sea el que fuere,
asegúrate de que es un sueño que vale la pena conseguir. La Cabra no
encuentra nada encantador ni fascinante en el fracaso.
Tal vez tengas que compartir tu esposa Capricornio con alguna causa.
Será incansable en su defensa de los pobres y los desvalidos, pero es
posible que prefiera concretar su caridad a través de esfuerzos de
grupo, más bien que individuales. Las simpatías saturninas son
habitualmente organizadas, rara vez dispersas. En los clubes femeninos,
las nativas de este signo son líderes naturales.
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Será probable que infunda a sus hijos su hábito de economía y su respeto de la calidad. Les enseñará que algo “se come, se usa, se lo hace servir o se arregla uno sin ello”. No por eso dejará de servirles los mejores trozos de carne ni de comprarles la mejor marca de zapatos. Para ella, económico no significa necesariamente barato. Exigirá que los niños sean educados con la familia y los mayores, y es probable que les enseñe excelentes modales. No les consentirá ni les permitirá caprichos o desobediencias. Si le das un libro sobre psicología infantil, es posible que lo use para dar unos azotes a un vástago rebelde y lo deje para leerlo mas tarde. Aunque no le gustan los besos pegajosos, pocas madres son mas delicadas que la Cabra; sus hijos contarán siempre con un oído atento. Tal vez sea un poco estricta y no se compadezca demasiado de sus dolores de crecimiento, pero cuando le cuenten sus logros se convertirá en una oyente fascinada. El chico que vuelve de la escuela corriendo y grita: “¡Adivina lo que aprendí hoy!” contará siempre con la atención de la madre Capricornio, nunca demasiado ocupada para interesarse por sus hijos. Cuando estos lleguen a la adolescencia puede haber algunas dificultades de comunicación, cuando el conservadurismo saturnino choque con el liberalismo juvenil; es el momento en que la Cabra puede necesitar ayuda para comprender el entusiasmo de los sueños adolescentes. Por dura experiencia, aprenderá que no puede restringir sus amistades, haciendo que se limiten a las que ella considera “aceptables”, pero tiene la inteligencia suficiente para adaptarse y no usar los cuernos, si la situación llega a tal punto que ella pueda salir perdiendo más de lo que gane.
Será probable que infunda a sus hijos su hábito de economía y su respeto de la calidad. Les enseñará que algo “se come, se usa, se lo hace servir o se arregla uno sin ello”. No por eso dejará de servirles los mejores trozos de carne ni de comprarles la mejor marca de zapatos. Para ella, económico no significa necesariamente barato. Exigirá que los niños sean educados con la familia y los mayores, y es probable que les enseñe excelentes modales. No les consentirá ni les permitirá caprichos o desobediencias. Si le das un libro sobre psicología infantil, es posible que lo use para dar unos azotes a un vástago rebelde y lo deje para leerlo mas tarde. Aunque no le gustan los besos pegajosos, pocas madres son mas delicadas que la Cabra; sus hijos contarán siempre con un oído atento. Tal vez sea un poco estricta y no se compadezca demasiado de sus dolores de crecimiento, pero cuando le cuenten sus logros se convertirá en una oyente fascinada. El chico que vuelve de la escuela corriendo y grita: “¡Adivina lo que aprendí hoy!” contará siempre con la atención de la madre Capricornio, nunca demasiado ocupada para interesarse por sus hijos. Cuando estos lleguen a la adolescencia puede haber algunas dificultades de comunicación, cuando el conservadurismo saturnino choque con el liberalismo juvenil; es el momento en que la Cabra puede necesitar ayuda para comprender el entusiasmo de los sueños adolescentes. Por dura experiencia, aprenderá que no puede restringir sus amistades, haciendo que se limiten a las que ella considera “aceptables”, pero tiene la inteligencia suficiente para adaptarse y no usar los cuernos, si la situación llega a tal punto que ella pueda salir perdiendo más de lo que gane.
Como muchas mujeres de este signo son de cutis sensible, no usan
demasiado maquillaje, y hasta muchas de ellas son alérgicas a esos
productos. Pero la naturaleza les dotó de una belleza natural que no
necesita demasiados artificios, y que perdura mucho. Algunas mantienen
una tez sorprendentemente fresca, rasgos firmes y los ojos brillantes
hasta los ochenta años y más.
Ten paciencia cuando se trate de ayudar a tu esposa Capricornio a
superar su falta de confianza personal. El hecho de que los delirios no
la atraigan no significa que carezca de imaginación. Pon a prueba
algunos de sus sueños prácticos, y te sorprenderá ver que bien
funcionan. Aunque la terquedad sea uno de sus defectos, no es quejosa ni
insistente. Sin dejar de ser tierna y delicada, te empujara hacia el
éxito y, a pesar de su actitud modesta y hasta dócil, sabrá como hacerte
girar en torno de su dedo meñique. En su amor hay una riqueza profunda y
más perdurable que el amor quebradizo, quemante y exigente de otras
mujeres. ¿Y quien dijo que no creía en los cuentos de hadas? Solo la
prudente doncella Capricornio podría mirar al fondo de los ojos de un
sapo desmañado y torpe, y ver que en realidad es un príncipe disfrazado.
Y no solo eso: si te casas con ella, jamás te encontrarás sin
calcetines limpios.
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.EL NIÑO CAPRICORNIO
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¡Oh, como querría poder plegarme como un telescopio!
Y creo que podría, con solo que supiera como empezar...
Palméala en la cabeza, y veras que contenta se pondrá...
Un poco de bondad y atarle ricitos de papel en el pelo funcionan con
ella a maravilla...
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Si tú eres una de esas personas a quienes las mamás aborrecen y ante el
que todos los recién nacidos parecen viejecitos y viejecitas, resérvate
la descripción para un bebé Capricornio y no tropezarás con tanta
resistencia. Los pequeñines Capricornio parecen efectivamente
octogenarios en miniatura; de jóvenes parecen viejos, y jóvenes en la
vejez. Esa ciruelita arrugada que es su cara en medio de la cuna será
algún día tersa y fresca, cuando otros rostros pierdan su frescura. Tal
vez eso tenga algo que ver con el hecho de haber nacido en enero, cuando
el año viejo se va y entra el Año Nuevo. El extraño cambio armoniza con
la imagen familiar del anciano de rostro arrugado junto al radiante
niño del Año Nuevo con su carita marfileña.
Si tienes un hijo Capricornio, no tardarás en observar la incongruencia.
Desde su más temprana infancia, tu formal Cabrito te hará sentir un
poco incómoda por su extraña madurez. Si le dices alegremente algo como:
“ ¿Bebé cuchicuchi quere biberón, chi? “, te clavará una mirada grave y
pensativa, como si estuviera tomando nota de lo boba que puedes
parecer. No hacen falta muchas miradas como esa para disuadir a un padre
o una madre promedio de hablarle en media lengua.
Los niños Capricornio son de voluntad enérgica y gustos definidos, pero
no insisten demasiado ruidosamente en expresarlos. Tu Cabrita no tendrá
una pataleta ni dará un puñetazo espectacular a su plato de puré, pero
sabrá como expresar de manera inequívoca sus reacciones negativas. Es
posible que la madre se sienta vagamente intimidada ante un bebé
Capricornio, sin que pueda dar la razón exacta. Es como si él la hiciera
sentir... bueno, la hace sentir tonta y traviesa. Digamos la verdad: la
hace sentir como si ella fuera el niño y no la madre.
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No es éste el niño que vacilará ni se dejará llevar a creer en la realidad de sus deseos; gateando o tambaleándose, llega decididamente al lugar que quiere alcanzar. Hasta da la sensación de que lo organizó todo mentalmente mientras tú le cambiabas los pañales, y ahora lo lleva a la práctica. Por sobre todas las cosas, es definido. Los niños Capricornio nunca son reticentes para dar a conocer sus deseos; te transmiten con toda claridad el mensaje, y después esperan pacientemente la respuesta. Su pongamos que le dices “no”. Si no es algo muy importante, es probable que acepte la desilusión sin escenas lacrimosas. Si es algo que él ya ha decidido que realmente quiere. Lo conseguirá de la manera que sea. Tu “no” no tendrá mucha importancia para él; en vez de discutirlo, lo ignorará e irá ganando tiempo hasta que termine por cansarte y le digas que si.
No es éste el niño que vacilará ni se dejará llevar a creer en la realidad de sus deseos; gateando o tambaleándose, llega decididamente al lugar que quiere alcanzar. Hasta da la sensación de que lo organizó todo mentalmente mientras tú le cambiabas los pañales, y ahora lo lleva a la práctica. Por sobre todas las cosas, es definido. Los niños Capricornio nunca son reticentes para dar a conocer sus deseos; te transmiten con toda claridad el mensaje, y después esperan pacientemente la respuesta. Su pongamos que le dices “no”. Si no es algo muy importante, es probable que acepte la desilusión sin escenas lacrimosas. Si es algo que él ya ha decidido que realmente quiere. Lo conseguirá de la manera que sea. Tu “no” no tendrá mucha importancia para él; en vez de discutirlo, lo ignorará e irá ganando tiempo hasta que termine por cansarte y le digas que si.
A medida que crezca, tu vástago Capricornio irá organizando su vida en
una rutina: guardará sus juguetes en determinado lugar y se quedará muy
desconcertado si tú se los cambias o le alteras su sistema. Si es un
típico hijo de Saturno, por lo general se adaptará con naturalidad a los
horarios de comidas y a las horas del baño, y tendrá menos interés que
otros chiquillos en jugarretas infantiles y coqueterías de adolescente.
Ya desde que son muy pequeños, varones y niñas muestran un gusto
decidido por la vida hogareña. La Cabrita preferirá salir de picnic con
mamá y papá, o quedarse en casa oyendo la conversación de los mayores,
antes de salir fuera a jugar con un grupo de niños de su edad. Rara vez
tendrá una pandilla de amigos, habrá probablemente unos pocos
compañeros, íntimos y elegidos, o tal vez un solo amigo, muy especial,
con el que comparte sus secretos.
Lo habitual es que la escuela no suponga un problema difícil para los
estudiantes Capricornio. Si no tienen un ascendente desfavorable o mala
influencia de la Luna, son niños de notable responsabilidad para sus
deberes. El Cabrito entrará en casa, colgará la americana y se sentará
inmediatamente a estudiar sus lecciones. Si es fiel a su signo, no podrá
disfrutar de sus juegos si no ha cumplido primero con sus deberes.
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Cuando ya se haya ganado el ocio, sus juegos tomarán con frecuencia la forma de ficciones de la vida adulta. A las niñitas Capricornio les encanta vestirse con la ropa de su madre. A veces pueden sugerir: “Tú eres el bebé y yo soy la mami”, lo que tal vez te haga sentir un poco incómoda, porque la mocosita será extrañamente convincente en la inversión de los papeles. Te sentirás una perfecta tonta, metida en el parque, gorjeando, mientras ella te mira por encima de sus enormes gafas, luciendo tus zapatos de tacones altos y tus perlas, y diciéndote firmemente: “Si no te callas te irás a la cama sin cenar”. Te dará la impresión de que mas vale terminar de una vez con el juego, si no quieres que en realidad te mande a la cama. A veces, el pequeño Capricornio hará de “padre” de sus animalitos y se tomará muy en serio la responsabilidad. A los varones de este signo les gusta jugar a que son maestros, médicos, ejecutivos de importantes líneas ferroviarias o... papá. Cuando tu hijito se ponga el sombrero de copa de tu marido y finja encender la pipa, es posible que sientas el impulso de pedirle que vaya hasta el supermercado a traerte algunas cosas, hasta que recuerdes que el vehículo mas complicado que sabe conducir es el patinete, y con ese anda casi todo el tiempo pelándose las rodillas. A los niños Cabra también les gusta dibujar o pintar, y escuchar música, pero no desperdiciarán muchas horas de ocio en juegos sin sentido. Lo mas frecuente será que los encuentres absortos haciendo algo práctico, que puede ser un macetero bastante desgarbado o un portalápices cómicamente inestable. Hay que insistirles para que jueguen al aire libre. Aunque no busquen con mucho entusiasmo el sol y el aire fresco, les hace bien, y despeja de saturninas telarañas su mente infantil.
Cuando ya se haya ganado el ocio, sus juegos tomarán con frecuencia la forma de ficciones de la vida adulta. A las niñitas Capricornio les encanta vestirse con la ropa de su madre. A veces pueden sugerir: “Tú eres el bebé y yo soy la mami”, lo que tal vez te haga sentir un poco incómoda, porque la mocosita será extrañamente convincente en la inversión de los papeles. Te sentirás una perfecta tonta, metida en el parque, gorjeando, mientras ella te mira por encima de sus enormes gafas, luciendo tus zapatos de tacones altos y tus perlas, y diciéndote firmemente: “Si no te callas te irás a la cama sin cenar”. Te dará la impresión de que mas vale terminar de una vez con el juego, si no quieres que en realidad te mande a la cama. A veces, el pequeño Capricornio hará de “padre” de sus animalitos y se tomará muy en serio la responsabilidad. A los varones de este signo les gusta jugar a que son maestros, médicos, ejecutivos de importantes líneas ferroviarias o... papá. Cuando tu hijito se ponga el sombrero de copa de tu marido y finja encender la pipa, es posible que sientas el impulso de pedirle que vaya hasta el supermercado a traerte algunas cosas, hasta que recuerdes que el vehículo mas complicado que sabe conducir es el patinete, y con ese anda casi todo el tiempo pelándose las rodillas. A los niños Cabra también les gusta dibujar o pintar, y escuchar música, pero no desperdiciarán muchas horas de ocio en juegos sin sentido. Lo mas frecuente será que los encuentres absortos haciendo algo práctico, que puede ser un macetero bastante desgarbado o un portalápices cómicamente inestable. Hay que insistirles para que jueguen al aire libre. Aunque no busquen con mucho entusiasmo el sol y el aire fresco, les hace bien, y despeja de saturninas telarañas su mente infantil.
Para los maestros, es generalmente grato enseñar a los niños
Capricornio, aunque pueden perder la paciencia con sus métodos de
aprendizaje, lentos y obstinados. Pese a ello, el maestro no tendrá que
quejarse de ensoñaciones frívolas ni de que el Cabrito descuide sus
estudios. Generalmente son niños muy estudiosos, una vez que han captado
lo fundamental. No son rápidos ni demasiado brillantes para aprender,
pero si detallistas y cuidadosos. La concentración saturnina no es de
despreciar; obtiene premios y alcanza las notas más altas.
Cuando tu pequeña Cabra traiga a casa un informe escolar donde se le
reconozca que es obediente, estudioso y responsable, pero especificando
además que “se resiste a participar en las discusiones de la clase”, “se
niega a recitar”, “es tímido, falto de confianza en sí mismo y le
cuesta establecer relaciones con los demás niños”, empezarás a pensar si
no tienes en tu casa un introvertido ratón de biblioteca, una criatura
irremediablemente antisocial. Después, un día, tu pequeño Capricornio
comentará como quien no quiere la cosa que quiere ir temprano a la
escuela para pasar lista. “¿Y por que tienes tú que pasar lista?”, le
preguntas. La respuesta te dejará atónita. “Oh, es que soy presidente de
la clase”. Cuando tú quieras saber por que no os había dicho nada,
replicará con descuidada modestia: “Vaya, no es una cosa tan
importante”. Sin embargo, estará ruborizado y satisfecho: será el estilo
de comportamiento de su vida adulta. Aparentemente más lento que los
demás, supuestamente poco apto para relacionarse pero en última
instancia ganador, terminará silenciosa e inevitablemente en posiciones
de liderazgo, tan pronto como los extrovertidos se den cuenta de que la
persona en quien pueden confiar es él. Es posible que a Capricornio le
dejen como custodio de tesoros y conservador de los registros, mientras
los gregarios se reúnen a jugar y a soñar, pero él no se sentirá
marginado: lo que él busca es el respeto y la autoridad.
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Alguna vez un niño Capricornio se convertirá en frío dictador ante
amigos o hermanos más débiles que él, mostrando una voluntad terca que
puede llegar a convertirse en infantil crueldad, pero mucho mas
frecuente será que los niños de este signo se sometan ante los signos
solares mas dominantes. Entonces se puede plantear el problema de que
los hermanos o hermanas se muestren mandones con el Cabrito, y tú
temerás que le traten injustamente. No te preocupes, que puede cuidarse
solo. Conozco una niñita de este signo que se muestra totalmente sumisa
ante su hermana Sagitario, mayor y más agresiva. Con la paciencia de su
signo de tierra sigue las órdenes de la personalidad más fogosa, sin
contestar ni discutir jamás. Pero después de un día en que se le ha ido
la mano, suele pasar que la hermana mayor se encuentra con que le
“faltan” los zapatos, el cepillo para el pelo o su suéter favorito. Las
cosas siempre terminan por aparecer, sin que nadie en la familia tenga
jamás la mas remota idea de como se “perdieron”, pero durante unas
semanas la hermana mayor se muestra mas considerada. Nunca hay que
subestimar el poder de autodefensa de Capricornio; de alguna manera, las
desventajas se nivelan.
Rodeados de miembros del sexo opuesto, los Cabritos se mostraran
vergonzosos, pero profundamente interesados. Oirás observaciones del
tipo de: “Los niños son torpes y tontos” o “Las niñas son unas
entupidas”, pero no por eso dejarán de buscarse y de enviarse notas
furtivas y misteriosas. En la adolescencia, los romances pueden ser
dolorosos, y cuando empiecen a salir con chicos del sexo opuesto, los
niños de este signo necesitarán aliento y mucha comprensión.
Es una bendición ser padres de un niñito de enero. Con muy pocas
excepciones, son un regalo de los dioses. A menos que se le presione
demasiado, y en ese caso puede decir algo brutalmente cruel e
increíblemente doloroso, el pequeño Capricornio será tan dulce como los
pastelillos azucarados que rechaza. Si andáis escasos con el dinero del
alquiler, siempre podéis tomar prestados unos billetes del bien provisto
banco de su alcancía. Será cortés con los mayores y hará las cosas casi
sin que se las pidan, salvo algún ocasional ataque de testarudez.
Organizará sus tareas y se tomará en serio el futuro, aunque tal vez su
madre tenga que insistir en que se lave detrás de las orejas. Su
adhesión al hogar y a la familia será intensa y sincera; rara vez estará
ahí mismo, a tu lado, disfrutando de cada minuto. Tiene sus propios
sueños, sólidos y prácticos. No te preocupes si desdeña a la Bella
Durmiente y a Ricitos de Oro. Cuando vosotros, envejecidos y canosos, os
sintáis perdidos y olvidados por una desaprensiva generación de
jóvenes, vuestro hijo o hija Capricornio respetará sinceramente vuestra
sabiduría. Con todo entusiasmo os invitará a que vayáis a vivir con él.
Todo será como si vuestro hijo Capricornio dijera -y esta vez en serio-,
“bueno, ahora yo seré la mamá (o el papá), y tú el bebé. Tu me cuidaste
con amor, y ahora yo cuidaré de ti”. Y esta vez no será ficción, pero
Hans Christian Andersen no escribió jamás un final más feliz.
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.EL JEFE CAPRICORNIO
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Pues lo dije una vez, y lo dije dos veces: no quisieron escuchar mi
consejo.
Pues yo gruño cuando estoy contento y meneo la cola cuando estoy
enojado.
Por consiguiente estoy loco.
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Conozco a un jefe Capricornio que es mas o menos lo mas típico que se
puede conseguir como ejemplar de este signo. Es el mayordomo que se
ocupa de todos los asuntos de un famoso cantante de Hoboken. No es mucha
la gente que le conoce. Su nombre no se lee en letras de neón ni los
periodistas están pendientes de sus actividades. Jamás verás su cara en
la cubierta del Time, pero es posible que tengas que pasar por su
inspección antes de tener una oportunidad de hablar una sola palabra con
el ídolo.
Esta Cabra está solidamente sentada detrás de su escritorio, atando
todos los cabos sueltos de la vida, asombrosamente complicada, de la
personalidad famosa. Sus actividades van desde ir al aeropuerto a
recibir a los familiares del cantante hasta comprar un yate, pasando por
alquilar los reflectores para una premiere. El mayordomo manipula con
total serenidad patatas calientes del estilo de procesos legales y
problemas de impuestos: entrega la correspondiente patata al
correspondiente abogado o contador para que la ponga al horno y se
aseguren de que no quede cruda y de que no se queme tampoco. El teléfono
le transmite continuamente pedidos de auxilio provenientes de otros
miembros de la vasta corte del monarca, y él sabe siempre exactamente
quien es y por qué y cuando estará de vuelta. Guarda en la cabeza cuatro
millones de estadísticas, incluso informaciones ultra secretas por las
cuales los periodistas darían cualquier cosa; recuerda la escena con que
se iniciaba una película de hace veinte años, las cifras de taquilla de
una película actual, y el mejor lugar para comer tallarines bien
calientes con salsa italiana de queso.
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Su día no tiene fin; se inicia al amanecer, y la medianoche le encuentra preparando las órdenes que quiere ver cumplidas sin demora a la mañana siguiente. Es frecuente que se afeite, se duche y se vista en su despacho. Cualquiera que esté realmente al tanto de como son las cosas te dirá que, si él desapareciera del frenético escenario, se produciría un leve desbarajuste. Parecería totalmente fuera de lugar en una discoteca, y tiene un aire vagamente incómodo en los clubes nocturnos donde, por obligación, debe mostrar a veces su cara de póquer.
El ejecutivo Capricornio de quien te hablo tiene una extraña base de
operaciones que ocupa toda una planta en un edificio de Manhattan.
Además de las habitaciones destinadas a recepción, tiene amplísimo
espacio para su despacho privado. En un rincón hay un gran escritorio
circular para la montaña de papeles que reclaman diariamente su
atención. El resto de su dominio privado está amueblado con dos grandes
divanes, varios sillones de mullido tapizado, mesitas de café, gruesas
cortinas, lámparas, bibliotecas y alfombras gruesas y mullidas. Tiene
incluso un comedor, con una mesa del tamaño suficiente para agasajar a
un regimiento, juegos de porcelana, espejos, adornos, platería y
cristales. Las paredes están cubiertas de papel pintado y ornamentan la
habitación varias peceras donde moran carísimos peces tropicales. Uno
pensaría que esta en una casa, no en la atareada oficina de un
importante ejecutivo.
Es exactamente lo que sucede: como tiene que pasar tantas horas fuera de
casa, el jefe Capricornio se la llevó consigo, sin más ni más. Es
posible que otros jefes disfruten en el mundo de los negocios, y les
guste estar lejos de casa, pero a la Cabra no. El hogar es sagrado. Casi
a cualquier hora encontrarás en sus dominios a algún pariente de
Capricornio, quien nunca descuida a su familia por sus negocios.
Como es un saturnino tan típico, los hábitos de este Capricornio te
darán una idea de todos los jefes de este signo. Para los que trabajan
con él se constituye en una bondadosa imagen paterna, severa pero justa.
Insiste en el cumplimiento del deber, y pobre del empleado que se
olvide de dar de comer a sus delicados pececillos. Es raro que levante
la voz para dar órdenes; su tono es áspero, pero normalmente tranquilo,
salvo en las raras ocasiones en que la estupidez o el descuido le hacen
gritar. En esas oportunidades, parece echar chispas. Sus modales
formales y serios intimidan a veces a los visitantes, pero quienes
trabajan para él han descubierto su buen corazón, y no soportan que los
de fuera le critiquen... aunque entre ellos, cuando la Cabra hace
restallar el látigo, no se priven de algunas maldiciones por lo bajo. Si
son ineficaces, Capricornio les hará arder las orejas, pero también
reciben pagas extra cuando se lo han ganado, y si la madre de su
secretaria está en el hospital, es él quien le envía flores. No se
complace en halagos ni adulación. Masculla: “Si, está bien”, y eso es lo
mas que se acerca a un elogio. Pero escucha con simpatía los problemas
personales de sus empleados y se asegura de que coman bien y de que
salgan con botas de goma cuando llueve. El personal es como una familia,
y el jefe es, incuestionablemente, el ejecutivo Capricornio. Aunque no
haga regalos de Navidad como Santa Claus, tampoco escatima su ayuda
cuando un empleado se queda encallado en Las Vegas durante las
vacaciones, sin billete de vuelta, o cuando el chico de los recados a
quien tiene corriendo de un lado a otro tiene que pagar la cuenta del
médico y no le llega su salario. (En el caso de Las Vegas enviará
telegráficamente el pasaje de vuelta -nada de efectivo-, y en clase
turista; dilapidar dinero no es su diversión favorita.)
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Aunque sea gruñón, también puede ser cordial y tímido. Si le dices un
cumplido se le enrojecerán las orejas, aunque rara vez dé muestras de
haberlo oído. Quienes recurren a su caridad siempre conseguirán algo de
él, y si la caridad va destinada a los niños o a los ancianos, pondrá un
cero más en el cheque. Hay que hacerle presente que tiene que descansar
y comer algo de vez en cuando, porque las responsabilidades tienden a
hacerle descuidar sus necesidades personales. De vez en cuando cae en un
negro y melancólico bache de depresión saturnina, cierra la puerta, se
queda mirando por la ventana y nadie se atreve a molestarle. No le pasan
las llamadas telefónicas y guardan en la nevera los problemas hasta que
haya superado la depresión. Es conservador en su vestimenta: prefiere
los colores oscuros y el corte discreto, y tiene un reloj de bolsillo
que parece del abuelo y que consulta con frecuencia. En realidad, da más
bien la impresión de trabajar para un banco que para uno de los
primeros cantantes de este mundo enloquecido. La mayor parte de las
chucherías que pueblan su escritorio son antigüedades, generosamente
combinadas con borrosas fotos de su mujer, sus hijos y familiares
varios..
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Acabo de darte una auténtica imagen del ejecutivo Capricornio. Si la tienes presente, tendrás una idea bastante exacta de lo que puedes esperar de cualquier jefe saturnino, incluso el tuyo. Si le queda algún rato libre, no lo perderá, y esperará que tú hagas lo mismo. ¿El teléfono está tranquilo? Estupendo: tendrás tiempo para archivar esas cartas. ¿Hoy no tenéis la agenda muy llena? Pues entonces tienes esas cajas para acomodar en el almacén. Si eres la secretaria, no te pases las horas de oficina arreglándote las uñas... y si eres uno de los empleados varones, no te pegues al teléfono del fondo para hablar con tu chica: tu jefe Capricornio se materializará de la nada, como un taciturno genio vengador. No sería prudente que tu hermano hippie viniera a visitarte con la barba y la guitarra mientras tú trabajas; ni siquiera la religiosa devoción de la Cabra a los vínculos familiares -propios y ajenos- bastaría para impedir que levantara las cejas con gesto de desaprobación. Ni las empleadas que apestan a perfume ni los empleados que practican golf en la sala de reuniones se encontrarán cómodos en el despacho de un jefe Capricornio. Por lo que a él respecta, el lugar de un perfume es el frasco, y el de jugar al golf es el campo (y mejor si es un buen country club).
Acabo de darte una auténtica imagen del ejecutivo Capricornio. Si la tienes presente, tendrás una idea bastante exacta de lo que puedes esperar de cualquier jefe saturnino, incluso el tuyo. Si le queda algún rato libre, no lo perderá, y esperará que tú hagas lo mismo. ¿El teléfono está tranquilo? Estupendo: tendrás tiempo para archivar esas cartas. ¿Hoy no tenéis la agenda muy llena? Pues entonces tienes esas cajas para acomodar en el almacén. Si eres la secretaria, no te pases las horas de oficina arreglándote las uñas... y si eres uno de los empleados varones, no te pegues al teléfono del fondo para hablar con tu chica: tu jefe Capricornio se materializará de la nada, como un taciturno genio vengador. No sería prudente que tu hermano hippie viniera a visitarte con la barba y la guitarra mientras tú trabajas; ni siquiera la religiosa devoción de la Cabra a los vínculos familiares -propios y ajenos- bastaría para impedir que levantara las cejas con gesto de desaprobación. Ni las empleadas que apestan a perfume ni los empleados que practican golf en la sala de reuniones se encontrarán cómodos en el despacho de un jefe Capricornio. Por lo que a él respecta, el lugar de un perfume es el frasco, y el de jugar al golf es el campo (y mejor si es un buen country club).
Saturno se impresiona siempre ante quienes han alcanzado un status un
poco superior al suyo en la escala del éxito, de manera que si estás
familiarizado con el Quién es quién será un punto a tu favor. Y si no te
has graduado en Harvard o en Yale, preocúpate por lo menos de tener un
tío o una tía que hayan pasado por ellas.
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Si te aseguras de que tu jefe sabe que todos los miércoles invitas a
almorzar a tu madre, o que estás pagando los estudios de tu hermano
menor, te asegurarás también un ascenso. Uñas limpias, modales corteses y
gramática perfecta son indispensables, y un trabajo eficaz, sin
lamentos ni quejas, un requisito ineludible. Jamás le tutees en
presencia de extraños, ni susurres una palabra de crítica referente a su
familia en presencia de nadie. Para Navidad, regálale un viejo y
cuarteado cuadro al óleo de algún prócer que consigas en la tienda de un
anticuario, o la piedra que recogiste el verano pasado en el Foro
Romano. La historia y el pasado son motivo de reverencia para
Capricornio. Eso si, no le digas que la piedra es robada, porque también
reverencian la honradez. Con servilismo no conseguirás encontrar ni
diez centavos de más en tu sobre de pago, pero si comprendes su corazón
solitario te ganarás su confianza. Tal vez otros le vean como un tipo de
disciplina rígida y corazón de piedra; hazle saber que tú le ves como
lo que es en realidad: un alma tímida y sensible, que en su fuero íntimo
anhela ser libre e informal, pero sabe que está encadenada por las
exigencias de Saturno, que le imponen obedecer el orden, el sistema y la
autoridad. Te tratará como si fueras su hijo, dándote una palmada si te
portas mal y una recompensa si eres bueno. Pero no te dejará abandonado
cuando estés en dificultades ni te cerrará la puerta cuando necesites
ayuda. Simplemente, no te olvides de dar de comer a sus peces
tropicales.
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EL EMPLEADO CAPRICORNIO
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-Si cada uno se ocupara de sus asuntos-
dijo con áspero gruñido La Duquesa-,
iría girando el mundo bastante más rápido de lo que gira.
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dijo con áspero gruñido La Duquesa-,
iría girando el mundo bastante más rápido de lo que gira.
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Eche usted un vistazo por su oficina, a ver si puede distinguirle. Es
trampa buscar en las fichas del personal el día del nacimiento. No vale
la pena que se fije en ese tipo original y creativo, de abundantes
patillas y que lleva un collar de dientes de ciervo. También puede
tachar al arrogante que se jacta de sus recorridos por los bares y sus
conquistas a la luz de la luna. Ninguno de ellos es saturnino.
George, tan alegre, y que mantiene a sus compañeros en un estado de
pánico perpetuo con sus no muy oportunas bromas, decididamente no es
Capricornio, como tampoco Louie, con su lengua incansable y sus ideas
geniales; menos aún el nuevo gerente de ventas, que usa corbata ancha de
seda de color naranja y siempre está tarareando alguna canción en las
reuniones de vendedores.
¿Qué le parece ese muchacho atareado y de modales reservados, que usa
tirantes y se peina con raya en medio? Si, el que lleva calcetines
grises y tiene sobre el escritorio una fotografía de la familia en un
marco de piel de avestruz. Por lo general llega unos minutos antes de
hora y se va unos minutos después. Tiene la cabeza firmemente asegurada
sobre los hombros, y a sus lápices nunca les falta punta. El personal le
llama “señor”, los clientes le llaman “señor”, y usted le llama cuando
hay algún problema. Es Capricornio, claro.
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¿A quién mas podría usted cargarle una pila de trabajo que haría
tambalear a un caballo, si no es a la Cabra? Cuando las cosas se
complican v se desorganizan, él es la válvula de seguridad en quien
puede usted confiar, y eso sin hacer ningún ruido. Dudo que alguna vez
entre como una tromba en su despacho; la Cabra entra caminando, y es
probable que primero pregunte si está usted ocupado. Conservador en su
manera de vestir y en sus modales, es el único entre sus empleados a
quien jamás la lluvia sorprende sin paraguas. No será él quien pierda la
cartera en el metro ni olvide los sándwiches en alguna parte. ¿Los
sándwiches? Naturalmente. ¿Qué creía usted que llevaba en esa bolsa de
papel marrón? Los restaurantes son caros, y además, a él no le gusta dar
propinas y moverse entre multitudes.
La última vez que vio usted una brillante sonrisa de anuncio de pasta
dentífrica debió de ser cuando su secretaria comentó que no sabía cómo
se las arreglarían sin él en la oficina. Capricornio no es de los que
sonríen, ni tampoco de los frívolos y tontos. Tal vez haga alguna que
otra broma, en su estilo retorcido y seco, o eche una miradita discreta a
una muchacha bonita, pero Saturno jamás le permitirá que levante todas
las barreras. La mayoría de las veces, la Cabra se ocupa de sus asuntos;
muestra mas inclinación a fruncir el ceño ante el regocijo
despreocupado de los alegres extrovertidos que a sumarse al jolgorio,
aunque su propia modalidad de humor cínico puede ser hilarante. Cuando
está en forma, es difícil superar a la Cabra.
Tendrá usted que admitir que tiene sus ventajas, y bien valiosas.
Encomiéndele a él que se enfrente con el desagradable y desconfiado
inspector de Hacienda. Cuando Capricornio termine con él, ya no se
mostrará tan desconfiado, y bastante menos desagradable; hasta es
posible que esté cortés y respetuoso. No cualquiera puede intimidar de
esa manera a un hombre de Impuestos. ¿Recuerda a aquel personaje
prepotente que quería venderle cintas de máquina perfumadas por valor de
varios centenares de dólares, para levantar la moral de las secretarias
y dactilógrafas? Después de haber hablado dos minutos con su empleado
Capricornio, el pobre diablo, con el aspecto de un suflé aplastado,
estaba llamando al ascensor para bajar.
De alguna manera, uno tiene la impresión de que el empleado Capricornio
está destinado a subir mucho en la vida, pero es difícil entender como
lo consigue, ya que no hay en él nada de agresivo ni de manifiestamente
ambicioso. No es un trepador relumbrante y despiadado. Digámoslo mejor:
no es un trepador relumbrante. A su manera, calma y no demasiado
visible, la Cabra está fríamente decidida a llegar a su meta. Quienes le
impidan progresar o traten de imponérsele comprobarán que no es ningún
tonto: Capricornio acepta sus responsabilidades sin quejas ni
resentimiento, pero no se deja llevar por delante. Cuando alguno de
ellos tiene influencias planetarias adversas en su carta natal, puede
ser sorprendentemente cruel y despiadado, pero la Cabra típica se limita
a gruñir a la gente y a mirarlos mal cuando le tocan los cuernos.
Por si tiene usted en su oficina alguno de los que son la excepción de
la regla, será mejor que le hable de un Capricornio que conocí, que
trabajaba en una cafetería. Debía de tener ascendente Leo, o tal vez
cuando el nació la Luna estuviera en Géminis o en Aries. Nuestro amigo
usaba carísimos zapatos italianos y enormes gemelos en los puños de la
camisa. En una semana, hacia más conquistas amorosas que otros hombres
en toda su vida... o por lo menos, eso decía. Le encantaba contar
cuentos subidos de tono, y cuando no estaba flirteando con las clientas o
impresionando a todo el mundo con su recio porte viril, estaba ideando
planes fantasiosos y ascensos descabellados. La mayoría de quienes lo
conocían jamás habrían dicho que era Capricornio, pero era cuestión de
mirarle con un poco mas de atención y escucharle con mas cuidado.
Pese a sus desaforados amoríos, cuando llamaba por teléfono a su novia
lo hacía con tono tierno y protector. Un hombre que se hubiera atrevido a
usar lenguaje rudo en presencia de ella no lo habría intentado dos
veces; Capricornio aclaraba que ella era una dama. Con sus padres era
sumiso y respetuoso, y a cualquiera que pasara de los cincuenta años le
trataba con una cortesía lindante en la reverencia. Con los niños era
tan dulce como una madre de Whistler. Ante las personas famosas y
poderosas se convertía en un humilde admirador. Constantemente estaba
contando a conocidos y desconocidos que una vez había viajado en avión
sentado junto a una encantadora actriz de cine, o evocando la ocasión en
que le invitaron a una recepción en la mansión del Gobernador. Todo lo
que compraba. Incluso los zapatos italianos, lo compraba al por mayor.
Ganaba sin discusiones el primer premio a quien daba menos propinas en
la ciudad, y jamás gastaría un dólar allí donde pudiera ahorrarse un
centavo. En otras palabras, por debajo de la fachada ostentosa se
destacaba una naturaleza típicamente saturnina. Esa Cabra, aparentemente
agresiva y extrovertida, se sonrojaba ante un cumplido, y se mostraba
dolorosamente tímida ante cualquiera que le pareciera ocupar un lugar de
privilegio. Si necesita usted mas pruebas de que era un autentico
Capricornio, pues le diré que terminó por comprar la cadena de
cafeterías. Y de paso, no arriesgo su propio dinero en esa temeraria
operación, sino el de otra persona.
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El típico empleado Capricornio es escrupuloso casi hasta la exageración.
Si comete una equivocación o un error de juicio, se siente desdichado.
Fracasar en su trabajo le deprime. Si usted le necesita, volverá a la
oficina a trabajar horas extras, pero no le gustara que le hagan perder
la ocasión de cenar en casa, con su familia, demasiadas veces. La Cabra
prefiere atender primero a sus responsabilidades domesticas y regresar
después a la noria si es necesario. No será frecuente que cambie de
trabajo- su meta está decidida desde muy pronto, y la perseguirá con
inflexible persistencia. No tiene imprecisiones ni indecisión respecto
al futuro, y jamás deja que la bruma de sueños fantasiosos y deseos
sentimentales le impida ver la cima de la montaña. Los títulos, por lo
general, no le conmueven. Él no anda en pos de la gloria; busca la
autentica situación de poder: quiere ser el que guarda la fortaleza en
tanto que los individualistas y grandes idealistas salen a cazar
mariposas. No necesita ver en la puerta su nombre en letras de oro, para
sentirse importante. Pero no deje usted de aumentar sus
responsabilidades a intervalos razonables, y asegúrese de que le paga lo
suficiente para que pueda mantener dignamente las apariencias ante el
mundo. Capricornio tiene que vivir en el barrio adecuado, mandar a sus
hijos a la escuela que corresponde y ver que su mujer se viste con más
gusto que las amigas, y para eso hace falta dinero. La Cabra rumiará
alegremente pedazos de cuero, de acero o bombillas de luz quemadas, con
tal de ganarse el postre de un número sustancial de billetes grandes,
amen del caviar de la distinción social. Es posible que, después de los
miembros de su familia, su amigo más íntimo sea el director del banco.
Para trepar a la montaña que le interesa, su empleada Capricornio
seguirá el mismo sistema que los varones de su signo. Nada la apartará
de su decisión de alcanzar un puesto de autoridad en la empresa, o de
casarse con el jefe. Cual de las dos alternativas puede seguir no tiene
mayor importancia, mientras ella salga adelante. Es una mujer que no irá
a trabajar con pestañas postizas ni brazaletes tintineantes, y a la que
nunca encontrará usted devanando sueños en su escritorio. Una Cabra de
su sexo es toda una dama, que no levanta la voz al hablar ni se complace
en habladurías. Para ella hay cosas más importantes que quien tiene una
aventura con quien o que dijo la telefonista cuando la dactilógrafa
llegó tarde del almuerzo. Pasadas las horas de oficina, es posible que
muestre un poco mas de curiosidad. A veces, la mujer de Saturno vive,
por interpósita persona, de los detalles de ajenos romances, pero es
raro que se permita hablar de esas cosas en el tiempo que corresponde a
su trabajo. Es bastante lógico, pues es posible que algún día el jefe
sea su marido. Y -justo es reconocerlo- hay otra razón. Todas las de su
signo tienen gran sentido del deber, respeto por sus superiores y una
íntima disciplina que las lleva a abstenerse de perder el tiempo en la
oficina.
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De uno u otro sexo, los empleados Capricornio son prácticos y ordenados.
Les disgusta la gente que llega tarde al trabajo y que pierde el tiempo
charlando. Detestan los métodos que no sean seguros o los
procedimientos carentes de sentido común, y reorganizarán los sistemas
de la oficina para tener la seguridad de que todo funciona con la debida
eficiencia. No todos ellos son banqueros, maestros y tenedores de
libros. También son excelentes investigadores, dentistas muy capaces,
ingenieros y arquitectos brillantes, y se destacan en el comercio y en
la política. Muchos son joyeros, ministros, gerentes de hotel,
empresarios de pompas fúnebres, marchantes de arte o antropólogos, pero
sea cual fuere la ocupación que elijan, se la toman en serio.
No olvide usted que la gente de Saturno tiene su aspecto creativo; tal
vez su empleado Capricornio tenga algún hobby que le deje a usted
sorprendido. Si es pintor aficionado, es posible que sea muy bueno.
También puede ser músico, hacer incursiones por la escultura, vender
propiedades, sacar partido de sus dotes de jardinero, cantar en un coro o
trabajar en un teatro de aficionados. Su corazón está muy próximo a la
cultura, y a la madre tierra también. Sus verdaderos amores son su
familia, su hogar, su trabajo, el dinero, el prestigio, los libros, el
arte y la música, en ese orden. Encargue usted a Aries, Leo, Géminis o
Sagitario que se hagan responsables de los viajes que necesite la
empresa: a Capricornio puede darle urticaria de solo ver una maleta. Y
aunque la cosa no sea tan grave, preferirá tomar un tren antes que un
avión. Y además, ¿quién va a mantener las cosas en orden mientras él no
esté? Recuerde lo que sucedió el verano pasado, cuando la Cabra salio de
vacaciones. Hubo alguien en la oficina que fue y encargo cuatro docenas
de esas cintas perfumadas para las maquinas de escribir, para
levantarles el ánimo a las secretarias.
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