sábado, julio 03, 2010

Libra

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LA BALANZA
Del 24 de septiembre al 23 de octubre

Elemento: Aire
Cualidad: Cardinal
Polaridad: Masculina (Yang)
Planeta regente: Venus
Casa: 7
Metal: Cobre
Piedra: Diamante, cornalina, lapislázuli
Color: Verde claro, azul claro
Constelación: Libra


- ¿Vendrás? ¿verdad?
...¿Vendrás a incorporarte a la danza?
Cuanto más lejos de Inglaterra, más cerca de Francia.
Por el contrario -continuó Tweedledum-, si era así, podría ser; y si fuera así, será;
pero como no es, no es. Es lo lógico.


COMO RECONOCER A LIBRA

Tu cara es la misma que la de todo el mundo... los dos ojos, así... la nariz en el medio, la boca debajo. Es siempre lo mismo.
Claro que si tuvieras los dos ojos del mismo lado de la nariz, por ejemplo... o la boca más arriba,
eso serviría de algo.

Libra no tiene intención de ser grosero, pero te enderezará el cuadro que está torcido en la pared y te apagará el televisor demasiado estridente. Le encanta la gente, pero no soporta las aglomeraciones. Como diligente paloma de la paz, anda por ahí mediando en las rencillas ajenas y remendando situaciones, pero también a él le gusta discutir. Es afable y cordial, pero también puede ponerse hosco, y se resiste a recibir órdenes. Son nativos sumamente inteligentes, y al mismo tiempo increíblemente ingenuos y crédulos. Capaces de hablar hasta dejarte sordo, cuando se trata de escuchar son una maravilla. Son inquietos pero rara vez se dan prisa o se precipitan. ¿Estás completamente confundido? Pues no eres el único. En este signo solar hay una incongruencia frustrante, que tiene a los propios nativos de Libra tan intrigados como a los demás. Mucha gente te dirá que Libra es puro amor y belleza, luz y dulzura. Es verdad, en cierto modo, pero no llega a ser del todo exacto. Tampoco llega a ser Eugene O'Neill. No pienses que porque su símbolo sea la áurea balanza de la justicia, todos los Libra han de ser siempre perfectamente equilibrados, aunque la deducción parezca 1ógica. Después de todo, el propósito de la balanza es el equilibrio. Sin embargo, ¿has presenciado alguna vez el proceso de equilibrar una de esas antiguas balanzas de farmacéutico? La meta definitiva es emparejar los dos platillos, pero ¿qué sucede? Primero baja un lado, después el otro. Suben y bajan, y se va agregando hasta que el equilibrio es perfecto. Date una vueltecita por una amistosa farmacia de barrio y mira cómo lo hacen.
Y nunca mas vuelvas a hacerte la imagen mental de Libra como un individuo tranquilo, perfectamente equilibrado, dulce, gracioso y encantador. Esa es la imagen mental de una persona que tiene esa disposición la mitad del tiempo. En la otra mitad puede ser fastidiosa, pendenciera, terca, inquieta, deprimida y confusa. Primero arriba, después abajo: así es Libra. El péndulo se va para un lado y después para el otro. De pronto, como la balanza, ¡el equilibrio perfecto! Maravilloso. Pero siempre hay que pasar por la etapa de ir quitando y agregando, antes de llegar al momento de equilibrio celestial.

Precisar el aspecto físico de estas personas es cosa que puede exigir casi tanta concentración como describir su personalidad. No hay nada a lo que se pueda considerar como un rasgo típico de Libra, a no ser el hoyuelo de Venus. Los rasgos de Libra son siempre regulares y equilibrados; gratos, pero no muy llamativos, de modo que es más fácil empezar por los hoyuelos. Tendrán, por lo general, un par de ellos en cada mejilla, o uno en el mentón. Si no aparecen en la cara, fíjate a ver si no tendrá las rodillas con hoyuelos, como muchos Libra. Pero ve con cuidado, que no serán muchas las chicas que te crean cuando les digas que estabas mirándoles las rodillas “para ver si habían nacido en octubre”. Sé discreto, pero fíjate. Claro que con los hombres no hay forma de comprobar este indicio, debido a que llevan pantalones, salvo que estéis en la playa o jugando al tenis. No te desanimes si, después de encontrar los hoyuelos, descubres que la persona no nació en octubre. Esos fascinantes hoyuelos tienen derecho a estar allí: será un nativo con ascendente Libra, de modo que tu conjetura sigue siendo correcta.
Una vez que hayas tenido en cuenta los hoyuelos de Venus, observa el efecto total del rostro, que tendrá siempre una expresión notablemente placentera. Incluso cuando alguien de Libra está enojado, se las arregla para tener aspecto tranquilo, o neutral por lo menos. Las voces de Venus son por naturaleza dulces y claras como campañas, y es raro que su dueño la fuerce hasta convertirla en un ruido chillón o desagradable. Un nativo de Libra es la única persona en el mundo capaz de decirle a uno “Me tienes harto y te voy a romper las narices” con tanta dulzura como si entonara un villancico. La boca tiene generalmente el arco bien dibujado, con labios que en los años locos habrían sido admirados por su color de vino de cerezas. En realidad, el rostro típico de Libra hace pensar, más que nada, en una caja de bombones o en un bizcochito azucarado. Hay algunos que parecen caramelos humanos, o un sorbete de chocolate con un copete de crema batida. Además, esas son las cosas que les gusta comer, y si por casualidad algún Libra es quien está leyendo estas líneas es probable que ya esté desfalleciendo de hambre.
Las mujeres son casi invariablemente bonitas, y los hombres generalmente buenos mozos, lo que no quiere decir que toda la gente hermosa que hay en el mundo sea Libra; la belleza de Venus constituye una clase por sí sola, y no siempre es fácil separarla del buen porte de otros signos solares. Mi propia manera secreta de reconocerlos es empezar por evocar la expresión dulce de Dwight Eisenhower y la de Brigitte Bardot, y seguir a partir de allí. El problema es que a veces las mujeres se parecen a Ike, y los hombres a la Bardot, pero hay que ser un poco amplio, vamos.
No quiero dar a entender que la mujer Libra sea masculina. La mayoría de ellas son todo lo femeninas que puede aguantar un hombre normal (a menos que tengan un ascendente agresivo. Y tampoco quiero decir que los hombres de este signo sean afeminados; por lo general son muy viriles. Pero tampoco puede negarse que tienen una pureza de rasgos en virtud de la cual es imposible confundirlos con boxeadores o luchadores. Hasta los raros nativos de este signo a quienes se puede llamar feos -y será excepcional encontrar alguno- tienen una expresión tan encantadora que uno no puede menos que señalar la auténtica belleza de carácter que se trasluce en ese rostro.
Jamás conocerás a uno de ellos que tenga una sonrisa semejante a una suave nube blanca; la sonrisa de Venus es capaz de derretir una barra de chocolate desde una distancia de veinte metros. Cuando te hiera en todo su esplendor, verás que tiene la suficiente intensidad lumínica para transfigurar (literalmente, no en sentido figurado) hasta los rasgos mas feos o vulgares.
La mayoría de los Libra tienden a mostrar curvas más bien que ángulos. Suelen tener el pelo rizado. No son necesariamente gordos (aunque un ascendente Tauro puede hacerles bastante regordetes) y además pueden engañarle a uno, ponerse a dieta y obtener una figura bien esbelta. Pero aun en ese caso las curvas seguirán existiendo, como en un esbelto reloj de arena. Si volvemos a poner como ejemplo a la Bardot, desde luego no se podría decir que es gorda, aunque ¿quién iba a llamarla flaca? Hay algo más, para completar la apariencia de Venus y sus características físicas: una risa sonora y cantarina que resuena alegremente. Una vez que la hayas oído no te será fácil olvidarla.
Ahora bien, uno podría pensar que haber nacido atractivo y con hoyuelos, buscar la belleza y el amor, ser agradable y fácil de conformar es una especie de bendición. Tal vez imagines, lector, que la dulzura y la inteligencia, la comprensión y la gracia son los dones de un hada madrina. Puede que tengas razón. Cuando la balanza de Libra está en equilibrio, esta gente es una delicia; es como encontrarse un ángel salido del paraíso. El problema es que el hada madrina sigue tocando con su varita primero un platillo de la balanza y después el otro, manteniendo a Libra en un perpetuo vaivén. Es como si, con su versatilidad, el hada no pudiera acabar de decidir si se equivocó o no, y transmitiera su indecisión a los nativos de Libra. Primero hablan hasta por los codos y monopolizan la conversación. Después escuchan fascinados, con halagador interés. Cuando otros se pelean, ellos hacen de mediadores y suavizan todas las plumas encrespadas. Después giran en redondo y deliberadamente toman partido en cualquier discusión, por puro gusto de oponer criterios.


Aunque van en pos de la armonía, son muchos los Libra que se complacen en los excesos de la comida, la bebida o el amor, con lo que ponen todo patas arriba y la armonía se va al diablo. Alguna vez encontrarás nativos de este signo que son muy poco armoniosos.
Es un signo al que se suele calificar de ocioso, pero esto es otra incongruencia. Libra puede pasarse días, semanas o meses demasiado ocupado para jugar. Su lámpara quemará aceite hasta la medianoche, pero cuando cante el gallo Libra se levantará, resplandeciente; con mirarlo nada mas, uno se agota.
De pronto se desplomará en una silla, dirá que está extenuado y hará la mejor imitación de ociosidad que hayas visto en tu vida (especialmente, después de haber exhibido esa actividad frenética). Una vez que se desploman, no verás a estos nativos mover un músculo, si pueden evitarlo. Para ellos será un esfuerzo tomar una cuchara o levantar un vaso (aunque podrían arreglárselas). Si hay cerca de ellos alguien bien dispuesto, esperarán a que les sirvan. Cuando la balanza desciende al punto del letargo, es imposible mover a Libra sin una pala mecánica. Hablara, leerá, bostezará, dará una cabezada, estará viendo la TV o se quedará mirando por la ventana, sin que parezca capaz de llegar al dormitorio (aunque se las arreglara). No habrá en el mundo gritos ni rezongos que le impresionen; es como si estuviera en otro planeta. Pasado un tiempo, cuando haya recuperado sus fuerzas, sentirá un impulso de energía, se levantará y empezará de nuevo a andar por la huella. Volverá a inclinarse sobre el trabajo, volverán a volar manos y pies. Una vez mas trabajará como una mula en la noria, con milagroso equilibrio, con paso firme y parejo, mientras va planeando eficientemente sus tareas con armónica facilidad. Aunque Libra no sea un signo dual, la mayoría de sus amigos tienen la sensación de conocer a dos personas diferentes. Intenta decirle a alguien que haya visto frecuentemente a Libra en sus periodos de frenética actividad que los de este signo son ociosos, y se te quedará mirando sin entender. Y a la inversa, si quieres convencer a alguien a quien haya sido testigo de la lasitud de Libra de que esta criatura es una pila de energía potencial, te preguntará: “¿Ese inútil? Tú debes de estar bromeando”.
Libra sabe instintivamente que para restablecer la armonía de su cuerpo tiene que alternar las rachas de actividad con períodos completos de descanso. Es lo que les exige su personal disposición de genes, células e impulsos eléctricos, y la mayoría de ellos son bastante hábiles para conservar este delicado equilibrio físico. Sin embargo, para la armonía de la mente y de las emociones no siempre tienen igual capacidad instintiva. Es posible que lloren, abrumados por el sentimiento, para después mostrarse sarcásticos y mas tarde tan alegres como el primer día de la primavera, pero no se trata de la dualidad de de Libra. Está constantemente, por turno, profundizando primero en una emoción y después en la otra; no es lo mismo que el completo cambio de carácter de los gemelos Géminis. En las emociones de Libra hay una profunda riqueza, sea cual fuere la emoción que predomina en un momento dado. Además, contempla alegrías y dolores con una filosofía que casi siempre termina por pacificar las cosas.
Como si tuvieran un instinto de cordura, la mayoría de los Libra se mantienen mental y físicamente sanos, evitando por lo general los problemas graves de cuerpo y mente. La mayor amenaza para su salud son los excesos de todo tipo: comer dulces puede provocarles obesidad, trastornos digestivos y manchas en la piel. Un exceso de alcohol les causará graves trastornos renales y de vejiga, que a su vez acarrearán violentos dolores de cabeza, tan intensos como las jaquecas. Los baches depresivos serán causa de irritaciones y picazón en la piel, y hasta de forúnculos. El pecho es, en Libra, una zona delicada, y a veces, aunque no son tan comunes, los nativos pueden tener problemas en los pies y trastornos intestinales. Mas de alguno padece de ulceras, causadas no tanto por preocupaciones como por abusos del sistema digestivo y por su turbulenta estructura emocional. En general, sin embargo, son más sanos que la mayoría de las personas, salvo que se exijan demasiado y se olviden de los necesarios periodos de descanso. El efecto de la paz y la armonía sobre la salud de los venusinos es milagroso. Cuando están enfermos necesitan un descanso muy prolongado, sin situaciones emotivas discordantes que los alteren, con libros gratos, música grata y palabras sedantes. Es raro que una atmósfera así no devuelva rápidamente la salud al nativo típico de este signo.


El carácter de Libra está compuesto de partes aproximadamente iguales de bondad, dulzura, honestidad, gusto por la discusión, negativa a dar su brazo a torcer, 1ógica e indecisión. Más vale ir examinando en detalle los ingredientes. El gusto de discutir, por ejemplo. Tu amigo Libra te discutirá la hora que es, si le parece que tu reloj tiene una diferencia de dos segundos. Tampoco saldrás del paso con generalizaciones del tipo de “la juventud está arruinando al país”, porque te saldrá con una 1ógica y cuidadosa disertación sobre las organizaciones juveniles y sobre la cantidad de jóvenes estupendos que hay por el mundo (aunque sus propios hijos no tengan arreglo). Si haces un comentario sobre la corrupción de la justicia en este país y sobre los problemas de los legisladores, se remontará hasta el derecho romano, sin olvidarse del código napoleónico. Jamás digas como si tal cosa: “Que tontería vivir en la ciudad pudiendo irse al campo. No hay comparación”. La última frase, especialmente, es un grave error. Con sólo oírte mencionar la palabra comparación, Libra ya tiene la señal para comenzar. Puede pasarse la noche entera comparando, con alguna pausa de vez en cuando. Ensalzará las bellezas y ventajas de las ciudades en comparación con las zonas rurales, describiéndote con entusiasmo las luces, las bocinas de los taxis, los teatros, los museos y los parques... aunque él mismo viva en las afueras y no se avenga a partir de allí ni con dinamita. En cualquiera de estos casos, daría exactamente lo mismo si tú defendieras la posición opuesta; entonces, Libra te hablaría del aumento de los índices de delincuencia juvenil, de la corrupción de la justicia y de las alegrías que proporciona vivir en el campo. En realidad no le interesa que partido toma en una buena discusión, siempre que sea el otro partido. A veces, si se aburre, hasta puede pasarse al otro lado a mitad de un tema. Si le dices que te gusta una película, te explicará cuales son sus fallos; critícala, y él la elogiará. Muéstrate fascinado por un libro, que él te hará ver que no es tan bueno; pero si te aburrió, Libra te señalará sus virtudes. En todo este constante proceso de deducción 1ógica, su intención es ser justo; Libra teme igualmente aparecer como prejuicioso, como acusador injusto o como creyente a ciegas. Lo que él busca es la auténtica verdad, el equilibrio exacto que dé la respuesta correcta, después de haber sopesado todas las posibilidades.


Es un rasgo admirable, ciertamente, pero tanto andar pesando puede hacer que una persona normal se vuelva loca, e incluso el mismo Libra puede estar en un estado de indecisión constante. Incluso a quienes mayor control ejercen sobre esta característica les disgusta tener que tomar decisiones instantáneas sin haber considerado todas las posibilidades. La imparcialidad puede ser un fetiche. Un general Libra, con sus dotes para el juicio armonioso y equilibrado, puede ser un excelente estratega, y un planeamiento meditado puede significar que la batalla esté ganada antes de librarla. Su capacidad de ver todos los aspectos, de distender los nervios y de calmar a los coléricos puede hacer de él el mejor de los mediadores, capaz de aproximar a gente separada por la desconfianza y el odio recíprocos y de hacerles colaborar armoniosamente. Sin embargo, secretamente la guerra acongoja el corazón de Libra. Odia los derramamientos de sangre. No será un oficial de las fuerzas armadas que tome las decisiones inmediatas bajo el fuego, sino que él organizará brillantemente las maniobras estratégicas que a la larga le permitirán ganar la batalla y al mismo tiempo salvar miles de vidas.
Esta reluctancia a tomar decisiones puede conducir a verdaderos callejones sin salida en el caso de los nativos que tienen influencias planetarias desfavorables en el momento del nacimiento. Hay quien no puede decidir que zapato ponerse primero por la mañana, siempre y cuando haya podido resolver antes de que lado de la cama se baja. Incluso el Libra medio que cualquiera puede encontrarse en la oficina o en una fiesta, reflejará siempre hasta cierto punto esta tendencia a pesar y seguir pesando las cosas hasta que a uno se le empieza a erizar el cabello, y la ocasión hace ya rato que ha pasado. “Si hago esto -se dicen-, pasará esto y lo otro. Por otra parte (una de las muletillas favoritas de Libra en todo momento), si hago lo otro, puede pasar lo de mas allá.” Es una balanza que puede oscilar locamente, como un sube y baja. Nada es mas penoso que ver a Libra en la duda, tratando de llegar a una decisión sobre el por que, el como, y el si hacer o no hacer. Tampoco le gusta que le presionen o le apremien cuando tiene que decidir. Una persona impaciente puede convertir la aérea cualidad de Libra en una súbita muestra de obstinación terrestre que haría parecer una veleta a Tauro, el toro. La impaciencia es una condición que la mayoría de los nativos de Libra no pueden aguantar. La gente impulsiva y precipitada, que no se detiene a considerar las consecuencias, les pone a ellos los pelos de punta.
Es gracioso que Libra niegue siempre inmediatamente la indecisión de su carácter. Lo primero que dice cuando uno le describe su signo solar es: “Yo no soy indeciso. Esa descripción es inexacta; a mi, realmente, no me corresponde”. Disimula tu sonrisa y traduce: lo que Libra quiere decir es que, aunque le lleve un tiempo endemoniadamente largo tomar su decisión (de lo cual muy astutamente se olvida), una vez alcanzada la conclusión, se aferra a ella. Si cuenta con el tiempo suficiente, su decisión final será llevada a la práctica con una convicción tal que le lleva a creer que él mismo es firme y decidido. No te dejes despistar. De todas maneras, si te dice que a el no le cuesta decidirse, no esta haciendo otra cosa sino empezar una de las discusiones típicas de Libra, y ya puedes decírselo. Le hará bien darse cuenta de que, con las mismas objeciones que plantea a sus rasgos astrológicos, está demostrando que es fiel a su signo solar. Cuando rechace el análisis que hagas de él, contéstale con aire de superioridad: “Ya sabía que tomarías esa actitud. Libra siempre lo discute todo”. Eso le sacará de quicio, pero puede ayudarle a ver la verdad, y la verdad es lo que él busca. No podrá por menos que admitir la lógica de tu argumento. Si le acusas de parcialidad y le dices que se está negando a considerar los dos aspectos de la cuestión, eso también le bajará un poco los humos.


Muy pocos de los nacidos bajo este signo son decididamente excéntricos o exhibicionistas. La mayoría son tan saludables y equilibrados como un campo de trigo, que se mece graciosamente bajo el viento. En los tratos comerciales son normalmente de escrupulosa honradez, y muy poco descuidados. Libra prefiere tomarse su tiempo y hacer las cosas bien antes que equivocarse y tener que repetir el proceso. Odian la exageración y les molestan los despliegues de pasión y de ira, aunque si se les presiona más de lo que pueden soportar, ellos mismos pueden caer en esos extremos. La mayoría de ellos tienen una capacidad de concentración fantástica y están dotados para los temas profundos. Son amantes natos de los libros, y respetan hasta tal punto la palabra impresa que a muchos de ellos les horrorizan las ediciones de bolsillo. Sienten que no es un libro si no tiene tapa dura y si no se lo siente libro por el olor y el tacto. En todos los hogares de Libra encontrarás, con seguridad, una nutrida biblioteca.
Les encantan las armonías de sonidos y colores, la poesía y la propiedad en el uso del lenguaje, oral y escrito. Es raro que escapen a la influencia de las artes. Sea cual fuere la imagen que pueda dar cuando aquella hada madrina le desequilibra la balanza, Libra es un tierno enamorado de todo lo que hay de bueno, limpio y amable en el mundo. En el fondo de su corazón es un artista que goza en difundir los azulados tonos pastel de Venus en fiestas y ocasiones culturales. Luz velada, música suave, conversación interesante, buena comida y vinos finos son lo que necesita. Su mente reúne el brillo del diamante y la tersura del ópalo. En su cambiante elemento de aire, se mueve reflejando la utilidad del cobre, el metal de su armonía. En su razonamiento alerta y su agudo sentido del humor lleva un toque de la tranquila modalidad de Libra, y Venus derrama sobre el las seis dimensiones de la paz.
Para entender verdaderamente a Libra, debes entender el enigma de la balanza: un platillo cargado de nítidas y doradas hojas que evocan el fresco clima otoñal; en el otro ramilletes azules de tímidas violetas empapadas por la fragante lluvia de abril. Cuando la balanza se desequilibra, el radiante optimismo se convierte en pánico silencioso, por efecto del aislamiento y la depresión. Cuando se logra el equilibrio, el resultado es una perfecta armonía entre la chisporroteante riqueza del intelecto y los cálidos efectos del corazón. El secreto de Libra está en las estaciones. En invierno siente demasiado frío, y en verano demasiado calor; necesita combinarlos en una primavera y un otoño perfectos.



PERSONALIDADES FAMOSAS LIBRA
Julie Andrews, Brigitte Bardot, David Ben-Gurion, Sarah Bernhardt, Charlie Brown, Truman Capote, Dwight Eisenhower, T. S. Elliot, William Faulkner, Mahatma Gandhi, Charlton Heston, Deborah Kerr, John Lennon, Walter Lippmann, Franz Liszt, Mickey Mantle, Marcello Mastroiani, Friedrich Nietzsche, Eugene O'Neill, Dr. J. B. Rhine, George Gershwin, Graham Greene, Helen Hayes, David Ben-Gurion, Rita Hayworth, Eleanor Roosevelt, Ed Sullivan, Michael Todd, Oscar Wilde, Thomas Wolfe.
John Lennon

EL HOMBRE LIBRA
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-En mi juventud -dijo su padre- me interesó el Derecho y discutía todos los casos con mi mujer;
 y la fuerza muscular que eso me imprimió en la mandíbula me ha durado por el resto de mis días.

Con este hombre tendrás un consejero gratuito. Tendrá la solución perfecta para todos tus problemas, y una respuesta para cada pregunta que le hagas. Pero será inútil que esperes de él la respuesta a todos tus sueños de doncella: algunos te los cambiará, y te discutirá los otros. Un hombre Libra puede ser tan chiflado como un cocodrilo con urticaria, y su hábito de racionalizarlo todo, incluso el amor, te pondrá frenética... o te dejará en la impotencia de la derrota.
Así y todo, es mi deber advertirte que una vez que estés atrapada y enredada en el encanto de Libra, no te será fácil escapar. Tratar de zafarse del abrazo de un oso es cosa fácil, comparado con el esfuerzo de liberarte de un hombre Libra. Si intentas escapar, te persuadirá con argumentos tan lógicos e inteligentes que no tendrás la menor esperanza de rebatirlos a menos que te hayas graduado en Derecho. Además de ejercitar contigo su inigualable capacidad de razonamiento, se mostrara tan caballero y gentil que te olvidarás de esa frustrante incongruencia de su naturaleza que antes te fastidió. Y cuando te sonría, algo te pasará por dentro. El corazón se te derretirá.
A partir de ese momento, habrás perdido la batalla. Sus sueños serán tus sueños, y nada te importará tanto como hacerle feliz. Buscarás esa sonrisa porque la necesitarás para sobrevivir, como un viajero sediento necesita el agua. Hay que ser una mujer de corazón muy duro para resistirse a la sonrisa de Libra, y aun así, tendrías que recurrir a toda tu decisión para escapar al magnetismo de su pureza. El encanto de Libra no es como la persuasión hipnótica de Escorpio. La atracción de Libra es lógica y real, de ninguna manera sobrenatural. No tiene nada de magia negra; obra por el sometimiento, dictado por el sentido común, a su atmósfera celestial.
Por otra parte (para usar la muletilla favorita de él) habrá veces en que la balanza de Libra se enloquezca a fuerza de contradicciones. Tendrás que gritarle, arrojarle al lago o colocarte cabeza abajo para conseguir que te preste atención y obligarle a hacer una jugada. No seas tan ingenua como para pensar que el amor será terso y eternamente tranquilo, por mas que su signo esté regido por Venus. Si recuerdas bien la mitología romana, sabrás que Venus tenía sus días de descanso. Aun así, cuando la balanza se equilibra, vivir con Libra puede ser tan embriagador como un cáliz de dorada ambrosia, en un clima de risas y descuidada libertad que solo conocen los dioses en el Olimpo.


Para el varón Libra medio, tomar una decisión no es tarea menos agotadora que domar un búfalo salvaje; y una vez tomada, si sospecha que cometió un error, puede cambiarla sin previo aviso. Conozco a una mujer que quería establecer una sociedad comercial con un Libra, y a golpes tuvo que aprender esta legendaria característica del signo. Una mañana de verano se citaron para desayunar, llenos los dos de entusiasmo y de planes optimistas para el futuro. Cuando el futuro socio de ella la dejó, camino de su despacho, mi amiga empezó a preocuparse. Las promesas parecían casi demasiado buenas para ser verdad, de modo que le telefoneó para asegurarse de que todo no era un sueño. El seguía entusiasmado, le repitió todas sus promesas y planes, y determinaron un día de la semana siguiente para volverse a encontrar. Antes de colgar, el se dio cuenta de lo que pasaba y la tranquilizo. “De paso -le dijo- quería decirte algo, ya que en unos días no volveremos a vernos”. Vaciló apenas (un signo al que ella no dio importancia) y continuó con firmeza: “Quería decirte que... bueno, lo que quería decirte es que no te preocupes, que no cambiaré de opinión. Seguiremos adelante con el asunto, tal como está planeado”.
A la semana siguiente, como él no la llamó, mi amiga volvió a telefonearle. “¿Has estado fuera de la ciudad?”, le preguntó. No -contestó él lentamente-, no te llamé porque quería pensarlo mejor -larga pausa-. Creo que primero tendría que probar algo con un presupuesto mas reducido. Nuestro proyecto conjunto lo pondremos en marcha en la primavera que viene, te lo prometo. Es que... bueno, he decidido que es mejor dejarlo para entonces, y dejarlo reposar un poco ahora, ¿sabes?”
Movida por el natural resentimiento y la desilusión que la embargaron ante tan inesperado retroceso, la mujer tomó su propia decisión. Jamás volvería a hablarle. Evidentemente, ese hombre era tornadizo e indigno de confianza, y además, cruel. Un mes después se encontraron en la calle, y él se detuvo para saludarla. Desprevenida, ella balbuceó un par de saludos distantes y convencionales e inmediatamente se arrepintió de no haberle negado el saludo. Entonces él sonrió, y fue el acabose. Mi amiga se convirtió otra vez en su mejor propagandista. El era incapaz de maldad, y con ella también. Hasta el día de hoy sigue defendiéndole, y si se entera de que algún sueño mas ha vuelto a derrumbársele, siente un deseo ilógico de ayudarle a recoger los pedazos, para verle sonreír otra vez.
Ahora, si eso es lo que puede suceder cuando una mujer se ve envuelta en un asunto comercial con un hombre Libra, imagínate cual sería tu estado mental y tu posibilidad de resguardarte, si llegaras a enamorarte de uno de esos seductores imposibles. Simplemente, ninguna prevención es excesiva. Acorázate, y vuelve la cabeza cuando él sonría. Tápate con algodón los oídos cuando empiece con sus convincentes argumentos, con esa voz de seda que te hace erizar los pelitos de la nuca.


La palabra amor y la palabra Libra son prácticamente sinónimos. Libra inventó el romance, y lo refinó hasta convertirlo en un arte, con un virtuosismo que Leo, Escorpio y Tauro -lo que es decir mucho- no pueden igualar. Para Libra, las delicadas estrategias de Cupido son talentos innatos. Se valdrá con facilidad y soltura de todas las tretas, y rara vez se le escapará la chica. Sin embargo, cuando la haya conseguido, no siempre sabrá que hacer con ella. ¿Se aprovechará del desvalimiento de ella, o le propondrá matrimonio? ¿O las dos cosas? ¿O ninguna? La batalla mental se inicia, y vivir en el jardín del Edén con un Adán de este tipo puede ser lo menos parecido a un éxtasis.
Hasta los noventa años, por lo menos, Libra no perderá interés en el sexo opuesto. Si es feliz en su matrimonio, puede ser un interés puramente académico, pero es una materia que jamás le aburrirá, aunque se limite a imaginarse como sería guiar por un salón de baile imaginario a cada chica bonita que aparece en las inmediaciones.
Como al varón Libra el arte de amar se le revela con tanta facilidad -y con precocidad tan asombrosa- y como casi siempre sus excursiones románticas por la selva del amor terminan coronadas por el éxito, se enmaraña con muchísimas enredaderas. Libra no pretende herir los sentimientos de nadie, pero ignora beatíficamente el dolor que puede causar cuando se pone de ánimo discutidor. Le enferma decir que no, pero es raro que se dé cuenta de que las postergaciones son más crueles que terminar directamente con un asunto que no tiene perspectiva alguna de felicidad. En la situación opuesta, cuando los sentimientos recíprocos llevan a ambos tan cerca de lo sublime como en esta tierra pueden llegar los humanos, la agonía puede ser igualmente prolongada y tortuosa. Solo Acuario puede mostrarse más temeroso de hacer una jugada definitiva, en un sentido o en otro. Si tiene la sensación de que no es justo con alguien en su propia vida, contigo, o hasta con alguien de su pasado romántico reciente, su dolorosa indecisión no tendrá fin. Para el, ser injusto es un crimen casi equiparable al asesinato. El deseo de no mostrarse cruel puede llevarle a un matrimonio equivocado, cuyo destino no puede ser otro que el tribunal de divorcio, pero también sus interminables dilaciones pueden ser causa de que pierda el amor de su vida. Ya ves que su actitud es un arma de doble filo, tan capaz de destrozar un amor verdadero como de cortarle una tajada de matrimonio indigerible. Para ambas cosas, la cura es deshacerse de falsos sentimientos.


Es imposible negar la tendencia a la versatilidad en los hombres Libra. Especialmente durante la juventud, tienden al jugueteo. El impulso natural de Libra le lleva a estimar las posibilidades de una mujer de cada tres o cuatro que encuentra, para ser su auténtica compañera del alma. Es frecuente que sufra una confusión irremediable entre amistad y amor. Lo sorprendente, con todos sus tanteos y experimentaciones, es que los varones Libra no anden mas frecuentemente con el corazón destrozado. Son capaces de olvidar con ofensiva rapidez y, excepción hecha tal vez de Géminis o Sagitario, los que menos se permiten el lujo de evocar con pena el recuerdo de un amor no correspondido o de un romance que no llegó a ser. Es posible que reciba algunas magulladuras, pero las heridas no serán permanentes, salvo en casos muy excepcionales; entonces, pueden ser devastadoras mas allá de todo lo imaginable, pero eso sucede tan rara vez que no encontrarás muchas excepciones a la regla. Es mas fácil encontrar a un hombre Libra, blando de corazón y desprevenido, en las garras de una mujer apasionadamente decidida que le ha metido en la cabeza que abandonarla sería un pecado solo inferior a romper los diez mandamientos todos juntos. Atrapado en semejante red, Libra puede ser un desdichado prisionero del amor; pero los dos extremos son excepciones, y la mayoría de los hombres de este signo se las arreglan para mantener una libertad que les permita disfrutar del romance en la mayor medida posible, sin dejarse atar por lazos sentimentales.
A Libra no le interesa demasiado desenterrar tus secretos. A primera vista puede parecerte que si, pero pon mas atención. Es frecuente que se le escapen cosas que pasan bajo sus propias narices. Todo el mundo se dará cuenta, salvo el. Aunque discuta hasta que el infierno se congele, su propósito no es rastrear motivaciones personales, sino recrearse en teorías abstractas, para poder llegar a un juicio equilibrado. Sus preguntas no se dirigen a descubrir la oculta neurosis de nadie. Simplemente, desea aislar los hechos y volverlos a colocar en el lugar adecuado. Brillante en la 1ógica y astuto en la nacionalización, discutirá los pros y los contras, y su conclusión será las más de las veces certera, exacta, sensata y práctica. Ni siquiera Salomón en toda su sabiduría podría superar el equilibrio final de una decisión típica de Libra. Lo que no tiene es inclinación a considerar los matices personales o la maraña emocional que pueden estar por debajo de la superficie. Le basta con los hechos y no necesita más. A su juicio, la profunda penetración del carácter que pueden mostrar Piscis, Escorpio o Acuario enturbiaría la claridad de la imagen que él ve. Instintivamente siente que esas honduras psicológicas no son su línea, y es verdad.
Si tú eres derrochona, deducirá simplemente que el dinero se te va como si fuera agua, y que es arriesgado darte crédito. El hecho de que al dilapidar estés buscando seguridad emocional no le interesa en absoluto. Él no es tu psiquiatra. Si eres ahorrativa, lo único que a él le interesará será estudiar cuidadosamente tu frugalidad para formarse un juicio exacto de tus costumbres; no sentirá ningún deseo de descubrir tu miedo secreto a perder la independencia, al ser pobre. La promiscuidad será motivo para que te señale sus riesgos, la frigidez dará lugar a discusiones aún más prolongadas sobre el aislamiento de toda compañía humana, pero Libra se negará a conocer las experiencias traumáticas que produjeron la primera o de los profundos y arraigados sentimientos de inadecuación que son el origen de la segunda. Libra es el juez, y el juez se dedica a tomar sabias decisiones basadas en un cuidadoso estudio de los hechos, pero no a preguntarte por que el color rojo te pone nerviosa, ni a procurar entender la compulsión que te hizo cerrarle la puerta con llave a tu marido cuando se puso ese pijama con rayas rojas. Recuerda siempre que para Libra, el motor de la discusión no es otro que la curiosidad abstracta. Puede parecer que indaga, pero no es así. Tampoco es tan fisgón ni hablador como parece. Indagar en un secreto recibido en confidencia de un Virgo típico es como romper el secreto de la confesión.
Todo eso hace que sea enormemente confiable, pero un poco duro para los sentimientos de uno. Puedes confiar tranquilamente en él, pero te hará sufrir cuando te des cuenta de que ni siquiera sospecha tus necesidades más íntimas. Aunque quiera complacerte, será raro que muestre la suficiente comprensión de tus calladas esperanzas para que satisfaga todos tus anhelos (salvo que tenga un signo de agua en el ascendente, o que la Luna este en un signo de agua). El simple hecho de que técnicamente sea un amante experto no basta para que en relación con tus estados anímicos sea la personificación de la empatía. Ya le cuesta bastante hacer frente a los suyos propios. Nada puede ser mas irritante que lo que sucede cuando corres hacia él a contarle lo profundamente que alguien te ha herido. Tú quieres que te compadezca, y ¿con qué te encuentras? Su primera pregunta será: “¿Y tú que le hiciste?”. Después te hará ver que tú estabas igualmente equivocada, hasta que sientas deseos de gritar de indignación insatisfecha. Pues date el gusto y grita, que de todos modos él no tomará partido si piensa que has sido injusta, y todas las implicaciones emocionales se le escaparán.
Esta incapacidad de Libra para advertir la necesidad de su pareja de hallar una comprensión profunda siempre provoca problemas. Puede parecer increíble que sea tan intuitivo para lo abstracto, tan brillantemente lógico en sus deducciones, tan capaz de pensar con claridad y de mantener bien abiertos la mente y los ojos, y que sea tan irritantemente obtuso para todo lo que a uno puede hacerle sufrir o vibrar por dentro. Pero es una de esas incongruencias con las que tendrás que aprender a vivir, si es que vas a vivir con Libra. Claro que con su gentileza y con esa sonrisa, se hace más fácil de soportar.
A menos que en su carta natal haya influencias desfavorables, Libra no será rígido con el presupuesto. Por el contrario, suele ser mas bien prodigo con el dinero. Le gusta gastar en los objetos o actividades que en su sentir proporcionan belleza o felicidad. Prepárate a ser una buena ama de casa, porque vuestro hogar será regularmente un centro de hospitalidad, casi a cualquier hora del día o de la noche (salvo durante los períodos en que el necesita descanso, porque entonces no le gustará que le molesten timbres, teléfonos ni visitas). No le arrastres a lugares atestados donde tendrá que sentir la presión de los cuerpos y donde el ruido ofenda su espíritu de armonía. Una multitud de extraños afecta su equilibrio interno. Todo Libra siente un rechazo instintivo ante el contacto físico con la humanidad en masa. Su vida social estará generosamente condimentada con gente inteligente y chispeante, pero cuando el grupo supere el par de docenas de cuerpos a 37ø, Libra saldrá corriendo en busca de aire. Si de pronto te deja sola en un teatro atestado de gente, sin darte explicaciones, no pienses que te odia; simplemente ha sufrido un ataque de claustrofobia, típico de Libra.


El camino mas rápido hacia el desinterés que te llevará al divorcio es tener la casa en desorden. Mantén la radio y el televisor con poco volumen y procura que los olores de la cocina no lleguen a sus delicadas narices. Si es necesario que hagas sopa de cebolla y pan untado con ajo, inunda los alrededores con ambientador de olor a pino hasta que la casa huela como los bosques de los Grandes Lagos. Una esposa que sirve a su marido Libra el pan sin sacarlo de la envoltura de plástico, que le haga usar toallas de papel en vez de servilletas y que deje fuera de su sitio la botella de leche o el paquete de copos de cereales se encontrara mucho antes de lo que espera viviendo la vida no tan alegre de divorciada. Colgar las medias del barrote de la cortina del baño, ni pensarlo. Olvidarse de sacudir el polvo o de hacer las camas puede mantenerle en un estado constante de discordia emocional. Para escapar de la desarmonía se refugiará en siestas cada vez más largas, y saldrá solo más noches cada vez, hasta que finalmente se rompa por completo la comunicación. Él, personalmente, puede ser tan descuidado como seis cerdos, pero esperara que tú recojas los calcetines y dobles los periódicos que deja desparramados por el suelo. Si las cortinas de color cereza no combinan con la alfombra marrón, puede pasarse años poniendo mala cara, sin que llegues a saber jamás por que. Mejor que optes por el decorado pastel. Con la bondad típica de Libra, es posible que no se queje, pero que encuentre cada día más atractiva a su secretaria, que tiene un gusto exquisito.
El varón Libra aborrece la confusión, y realmente necesita armonía para mantener su estabilidad. Su hogar debe ser un bello oasis tranquilo que le aísle de la ruidosa discordia del mundo exterior, para que su balanza no esté permanentemente desequilibrada. Como el rara vez indaga en los motivos, tu tendrás que ser lo bastante despierta para adivinar por que nunca está en casa, o porque cuando está se pasa todo el tiempo durmiendo. Recuerda que la introspección no es su fuerte, de modo que el analista tendrás que ser tú. Jamás sospechará que su desdicha tiene su origen en el hecho de verte a ti con la cara cubierta de cremas, y a los niños pringados de jalea. Tal vez no se dé cuenta de que le enferma la cortina anaranjada de la ducha, o que la litografía de Washington atravesando el Delaware que cuelga sobre la chimenea le pone los nervios de punta. Aunque no entienda bien por que siempre se olvida de darte el beso de las buenas noches (y el de los buenos días), su mentalidad lógica le dirá que algo no funciona, y eso lo hará sufrir más de lo que deja ver. Recoge los periódicos y los juguetes, limpia y ordena la casa, échate tu mejor perfume, quítate los rulos, baja el volumen del televisor, compra para el cuarto de baño unas cortinas azul cielo y hazte con una linda reproducción de Degas para poder quitar a Washington de encima de la chimenea. Una mañana, al despertarte, te encontrarás con que estás casada con un hombre nuevo, que muestra una actitud totalmente distinta.
Los niños siempre saldrán ganando con su sentido de la justicia. Él cuidará de que los mayores no se aprovechen del bebé, o de que los pequeños no estropeen la bicicleta de los más grandes. Un padre Libra ejercerá la disciplina con tranquila autoridad, y tratará de dar una razón lógica para el castigo, que rara vez será administrado mientras se halla bajo los efectos de la ira. Como tú, los niños se derretirán bajo su encanto y, también como tú, se fastidiarán ante sus constantes debates y discusiones. Un hombre Libra, cosa extraña, no suele esperar con entusiasmo el nacimiento de los hijos, pero cuando han llegado advierte que su amor es mas grato que la soledad y se sumerge en su condición de padre con sincero deseo de disfrutarla; normalmente, termina siendo un papá embobado. Sin embargo, jamás permitirá que su afecto de padre ocupe el lugar del sentimiento romántico que le liga a ti. Para los nativos de este signo, hombres o mujeres, la pareja es lo primero, los retoños lo segundo. Y no temas que su amor por ti disminuya a medida que aumenta la familia... siempre y cuando hayas cambiado esas cortinas de color cereza o la alfombra marrón, una u otra, desde luego, y que los platos sucios no se amontonen continuamente en la cocina.
Un último consejo astrológico. Si estás enamorada de un Libra, y segura de que las cosas tienen que ser así, adelante: ve y proponle todo lo que quieras proponerle, incluso el matrimonio. Se sentirá aliviado de que tú tomes la iniciativa. Pero ten cuidado con esa veta de perversidad que le lleva a dejarte decidir a ti y después, cuando las cosas no marchan bien, señalarte alegremente: “Tú tomaste la decisión, no yo”. Si no estás segura de que sabes lo que haces, la discusión no terminará nunca. No hay más que una manera de empezar con él. Dile: “Si, yo lo decidí, porque si dejaba que lo hicieras tú, todavía estaríamos ahí parados en la esquina bajo aquel farol, en la lluvia, diciéndonos "Te amo", y los dos muriéndonos de neumonía”. Te lo discutirá, naturalmente, pero un momento antes -o después- de que le partas la sartén en la cabeza, te sonreirá, con aire despreocupado... y ahí estarás de nuevo bajo el farol, en la lluvia, diciéndole “Te amo” una vez mas. Creo que fue por ahí por donde empezamos.


LA MUJER LIBRA

Y así continuó, tomando primero un partido y después otro,
 y haciendo de todo ello una verdadera conversación...
Generalmente le daba excelentes consejos (aunque ella misma rara vez los siguiera)...

Una vez un niño me hizo una pregunta que no era fácil de responder. Quería saber por que las señoras se ponen pantalones y los hombres usan agua de colonia gratamente fragante. Con mi típico estilo Aries, le tranquilicé con una respuesta impulsiva. “Mira -le dije rápidamente, antes de que se le ocurrieran mas interrogantes fastidiosos-, eso es porque en cada hombre hay un poquito de mujer, y en cada mujer un poquito de hombre. Ahora, vamos a jugar a las damas”.
Retrospectivamente, me enorgullezco bastante de mi instantánea sabiduría marciana. La afirmación es válida hasta cierto punto para todos los signos solares, y superválida para Libra. En el más viril y recio de los varones Libra encontrarás algún rasgo del sexo opuesto, y la misma jugarreta le hace Venus a sus compañeras femeninas.
Libra puede ser tan delicada como un vaporoso conejito blanco, y su voz un dulce susurro persuasivo. Puede vestirse con sedas y encajes, y llevar el pelo fragante de colonia. Hasta puede parecerte una muñequita que podrías levantar con una mano (aunque un ascendente Tauro o Sagitario la haría bastante mas pesada). Pero con toda su feminidad, la dulzura de sus modales y el encanto de su gracia, esta muchacha se encuentra sorprendentemente cómoda usando pantalones, y le caen perfectamente. Sus procesos mentales siguen una lógica masculina y, en cualquier discusión que se te ocurra emprender, pueden estar a la altura de los tuyos, y hasta superarlos ocasionalmente... aunque el aspecto femenino de Libra es, generalmente, demasiado astuto para permitir que te des cuenta de eso hasta no haber pasado sana y salva la meta de la luna de miel. Durante la estación de conquista Libra se cuidará muy bien de ganarte una partida de ajedrez, pero no se pasará la vida manteniendo su agudeza mental oculta tras los graciosos hoyuelos. En algún momento te verás enfrentado con el despliegue de su potencia cerebral.
La mayoría de las mujeres Libra sacarán a relucir su ingenio tan pronto como se presente un tema que ofrezca la menor posibilidad de discusión. Puede ser cualquier cosa: por que no debes usar cuello con botón, o que es lo que pasa para que no te asciendan en el trabajo. (Respecto a esto último, ella pensará que es en parte por culpa tuya, y en parte de tu jefe. Con Libra, cualquier cosa termina siendo seis de un lado y media docena del otro, de modo que todo resulte igualado.) Si te niegas a morder el anzuelo, ella discutirá consigo misma. Una chica Libra es capaz de empezar sola un altercado, de seguirlo sola y terminarlo sola, majestuosamente. Es posible que tu única contribución sea un “pero, ¿por qué?” o “a mi no me lo parece”, pero en ocasiones es todo lo que ella necesita para lanzarse a un brillante monólogo que puede durar una hora, o mas. Mientras dure, sin embargo, es probable que tú te sientas inundado por su encanto. Cada tres frases, mas o menos, se encenderá esa deliciosa sonrisa, insoportablemente, hasta que termines cambiando de opinión con tan poco esfuerzo como ella cambia de sexo al asumir las prerrogativas del hombre para después convertirse de nuevo en una conejita mimosa. Te convencerá con lógica, pura y clara, sin que tú pierdas mucho, a no ser tu orgullo, que tampoco echaras demasiado de menos, bajo el hechizo de esa fascinante sonrisa. Y por lo general tiene razón, porque sus decisiones son tan cuidadosamente sopesadas como las del Tribunal Supremo. Las mujeres Libra no necesitan que se las empuje mucho para poner en marcha una comparación verbal entre dos puntos de vista cualesquiera. Una temporada de actividad política le dará montones de oportunidades para aguzar su retórica y pulir su talento discursivo. Es muy capaz de trabajar en política, una vez que haya decidido que partido y que candidato la convencen.


Aparte esa tendencia típica de su signo a pesarlo todo dos veces para estar segura de no equivocarse, puede ser una mujer estupenda para un hombre que se sienta atraído por el amor, el compañerismo, o ambas cosas. Su tendencia a discutir se basa en un sincero deseo de llegar a una decisión imparcial. Podría ser peor. Por lo menos, no va estableciendo sobre la marcha sus propias reglas, ni se resiste obstinadamente a todo razonamiento, como las mujeres nacidas bajo otros signos solares. Además, la mayoría de sus opiniones van formuladas con un tacto diplomático que en alguna medida suaviza el golpe.
Tal vez la mejor manera de hacer que valores a tu mujer Libra sea darte un rápido panorama de lo que pasaría con los otros signos solares en una situación simple. Supongamos que se está hablando de tarjetas de visita. ¿Habría que usarlas actualmente, o están ya anticuadas? Además, ¿que aspecto deberían tener? Hagamos un rápido recorrido del zodiaco, suponiendo que tú eres el único hombre en una habitación, con doce mujeres. (Espero que te resulte una suposición agradable.) La discusión sería más o menos en estos términos:
Aries: Yo no las necesito. Me basta el teléfono.
Tauro: Yo rara vez voy de visita. A mi me visitan.
Géminis: ¡Tarjetas de visita! ¿Quién tiene tiempo para eso?
Leo: Bueno, si fueran realmente muy locas y de aspecto impresionante... I
Virgo: Tendré que ver en el Consejero Social que es lo que dicen...
Sagitario: ¡Ay Dios! ¿Queréis decir que la gente todavía encuentra tiempo para esas minucias?
Escorpio: Si no están en casa, peor para ellos. Los que se lo pierden son ellos, no yo.
Acuario: Pero, ¿estará lloviendo fuera? Me pareció que oía un trueno.
Cáncer: Las tarjetas son tan impersonales... Yo prefiero dejar una nota.
Piscis: Yo percibo siempre cuando no está la gente, y las visito únicamente cuando por un mensaje subliminal se que me quieren ver.
Capricornio: La costumbre es correctísima, pero no tiene ningún sentido hablar del diseño. Si no esta impresa, no es una tarjeta de visita.
Libra: Bueno, todo depende, si uno quiere hacer lo que es correcto, hay que tener tarjetas. Como gesto es encantador. Por otra parte, en nuestros tiempos podría parecer rebuscado usarlas, y una mujer moderna está demasiado ocupada para preocuparse por esas cosas. Claro que hay que considerar las razones que hay tras la costumbre. Y además, hay gente para quien las tarjetas son un lujo; si constituyen una carga para el presupuesto, no son necesarias. Sin embargo, si uno lo mira desde otro ángulo, no se puede dejar de pensar que en nuestro ritmo frenético actual faltan la belleza y la gracia del ayer, así que podría ser un dinero bien gastado. Y claro que tienen que ser impresas, aunque también algo diferente podría reflejar la personalidad individual. Una persona creativa podría diseñar sus propias tarjetas... pero la gente muy sociable podría interpretar mal esas tarjetas tan individualistas. Quiero decir que a los Rockefeller no les parecería bien. Pero, si uno lo piensa, ¿quien va a visitar a los Rockefeller? A los amigos de uno les encantaría que uno fuera original, pero es probable, que una impresión simple sea más aceptable. Por lo menos es lo que a mi me parece. Pero claro que...
Ahora, cuando ya ha examinado todos los pros y los contras, frunce un poco el ceño, esforzándose por elegir entre sus propios argumentos para llegar a una decisión firme y válida. Ya ves que lo único que se puede decir de Libra es que es justa y que procura llegar en todo a un juicio equilibrado. Es posible que te aburran un poco sus digresiones sobre temas tan mundanos como las tarjetas de visita, pero cuando se trate de algo que realmente importa, apreciarás sinceramente sus esfuerzos por ser justa y su capacidad de dar un juicio correcto después de haber sopesado todos los factores. Otras mujeres pueden dar cualquier opinión que no refleja más que su naturaleza individual, y tampoco les importa mucho lo que pienses tú o la exactitud de la respuesta. Para una mujer Libra, eso de que lo que ella piensa es lo que está bien, no es válido. Tu opinión es tan digna de respeto como la de ella y la de Platón, mientras no se tome una decisión, tras haber llegado a la conclusión de las imperfecciones de los argumentos de ella, de los tuyos y de los de todos los filósofos.


La mayoría de las chicas Venus trabajan antes y después de casarse. Buscan el dinero por las cosas bellas que con el se pueden comprar. Las aves de Libra necesitan montones de hermosas plumas para su suntuoso nido. Les gusta la ropa buena, los perfumes caros, la música clásica y... ¿no había dicho alguien que Libra era masculina? Si, yo. Es un aspecto de ella. Pero cuando la veas con esos peinados tan bonitos, apenas si advertirás que es tan cabeza dura. Las mujeres Libra necesitan grandes sumas de dinero, sobre todo para poder alejarse de la sordidez y la fealdad de ambientes discordantes, que de hecho pueden llegar a hacerles caer enfermas, emocional y físicamente. Pero hay otra razón para que trabajen, otra razón para que Libra quiera dinero: su hombre. Si hay una cosa que Libra atesora por encima de todas en este mundo temporal, es el hombre a quien decidió amar, honrar y domesticar.
No puede jugar sola y, tanto en los negocios como en el amor, las sociedades constituyen su mas autentica necesidad. No le gusta trabajar sola, y es literalmente incapaz de vivir sola. Cuando visitan a un astrólogo, a las mujeres Libra no les interesan, realmente, más que dos preguntas: Si no es una, es siempre la otra. Ya sea “¿Cuándo conoceré a alguien a quien realmente ame?”, o bien “¿Cuándo encontraré a alguien con quien establecer un negocio?”. Para ella el matrimonio es una empresa conjunta, y las reglas son casi tan estrictas como las de una organización corporativa. Tú eres el presidente de la asociación y recibes los honores de tal. Ella es la presidenta del Consejo de Administración, la que a su manera, femenina y protectora, impedirá que tú cometas errores. Su naturaleza está hecha para el trabajo en equipo, y querrá participar en la mayor cantidad de intereses y actividades tuyos que le sea posible. De buen grado abrirá su casa a los invitados de su marido, y es lo bastante femenina como para seguirle cuando él decida cambiar su profesión, mudarse de ciudad o cultivar nuevos amigos. Todo eso es especialidad de ella, que está ahí para allanar el camino y asegurarse de que el no lo eche todo a rodar con alguna acción impulsiva o un juicio mal meditado.
Realmente, tendrás que darle crédito. La mujer típica de Libra no tiene deseo alguno de ser una piedra al cuello de su marido; más bien desea apartarle las piedras del camino. No es, ni con mucho, tan dominante en la superficie como lo es por dentro, porque lo último que puede querer Libra es formular una serie de afirmaciones de las cuales tú pudieras hacerla responsable mas adelante. En la mayoría de los casos, pisará con suavidad (a menos que tenga ascendente Aries... y si te metes con una mujer que tenga una doble influencia cardinal como esa en su carta, vas a tener muchos problemas).
Por término medio, las mujeres de Libra son muy intelectuales y están dotadas de sorprendente poder para el análisis, que te puede ser realmente útil para ayudarte a resolver problemas de negocios. Libra rara vez deja que sus emociones le impidan llegar a una decisión desapasionada o a un punto de vista equilibrado, y por lo general podrá asesorarte mejor que tu banquero. Naturalmente, su capacidad en esos aspectos puede llevarla a suplir a muchos, y no solo eso, sino que si es una muchacha típica de Venus ofrecerá las perlas de su sabiduría en la bandeja de plata de su encanto y de su amabilidad para la sugerencia. Su mano de hierro calza leve guante de terciopelo, y es tan suave el codazo con que puede apartarte del mal camino para reencauzarte por el bueno que podrías jurar que el cambio fue idea tuya. Normalmente, un hombre Aries, Escorpio, Leo o Tauro levantará un pedestal a su mujer Libra, para adorarla. Y no hace mas que justicia, porque ella también le adora. Las visitas que lleguen al nido de amor de una joven Libra felizmente casada tendrán la sensación de encontrarse frente a Adán y Eva, antes de que se les apareciera la serpiente, y lo estropeara todo. (Dos personas Libra, si se casan, se convertirán invariablemente en arrullantes palomas o en adversarios que se muestran los dientes. Se irán a un extremo o al otro ya sea en forma permanente o alternada.)

Son muchas las gratificaciones que se derivan de la convivencia con una mujer Libra. Jamás te abrirá las cartas, porque simplemente no se le ocurriría semejante vileza. Jamás revelará tus secretos comerciales a los amigos ni te pondrá en situación incómoda en presencia de tu jefe. Es posible que su encanto lo someta a él también, con esa misma sonrisa que le sirvió para derretir tu corazón la primera vez que la viste. Hay algunas mujeres Libra, con posiciones desfavorables de Marte, que en ocasiones pueden permitirse excesos emocionales, o bien comer y beber mas de lo que les conviene, pero son muy, muy escasas. Aunque alguna que otra vez una de ellas pueda dar un traspié con su balanza, tarde o temprano volverá graciosamente a su estado normal de celeste armonía. Habrá momentos en que te preguntarás si es un ángel o un demonio, pero lo mas frecuente es que sean los ángeles quienes juegan de su lado.
Probablemente, no te quejarás por falta de demostraciones físicas de su amor, porque es tan sentimental como el encaje antiguo, y tan afectuosa como tiene derecho a serlo cualquier mujer. Aunque sus mimos y arrullos sean sinceros, esas miradas dulces, la ternura de la caricia, el abrazo cálido y la profusión de besos también son una cortina de humo bastante efectiva para su oculta tendencia masculina. No hay ley que diga que la sinceridad no pueda tener aplicación práctica.
Es posible que tu hogar parezca uno de esos anuncios de las revistas, con un alfombrado de pared a pared. Los colores estarán armonizados y los muebles serán de buen gusto. Los cuadros colgarán derechos, y generalmente las comidas se servirán a la hora en punto. Con la mayoría de las chicas de Venus puedes contar también con: servilletas de hilo, platería sellada, velas encendidas, vino, buena música y un menú equilibrado. Si tienes en cuenta la claridad de su mente y lo chispeante de su ingenio, realmente no puedes pedir mucho más. Para Libra, ser mujer es una especie de trabajo de dedicación exclusiva y dura toda la vida, y en algún momento alcanzará la perfección. Será raro que ese aspecto masculino de su voluntad te resulte molesto, a menos que seas uno de esos machos imposibles que quieren andar por ahí gritando como el rey Enrique VIII, y que esperes que las mujeres de tu vida se conduzcan como consortes obedientes y temerosas de perder la cabeza si se les ocurre decir algo mas que “sí” o “no”. Tu cónyuge Libra, decididamente, dirá algo más que “sí” o “no”, porque le gusta hablar. Pero también sabrá halagarte escuchándote, cuando tengas necesidad de un público bien dispuesto. Es a la vez dulce y fuerte, y no son muchas las mujeres que pueden hacer con éxito un número de tan delicado equilibrio.


La suavidad de sus modales y su serena capacidad para refrescarte la frente con calentura pueden hacerte pensar que Libra es débil y desvalida, o que se mostrará temblorosa y femenina en momentos de crisis. En ese caso te equivocas de medio a medio. En la composición de su delicada feminidad entran nueve partes de acero. El hecho de que el detalle se te haya escapado cuando ella, valiente y astuta, se esforzaba por hacerte morder el anzuelo durante aquellas primeras partidas de ajedrez en que siempre se dejaba ganar, no es motivo para que sigas toda la vida ciego. La próxima vez que se produzca una situación de emergencia en la familia, abre bien los ojos y ya verás quien es la que mantiene la estabilidad del barco. En realidad, quiero decir. No es necesario que la verdad te despoje de tu hombría. Nadie más que tú sabrá cuanto necesitas la ayuda de su mano en el timón, cuando las cosas se ponen difíciles. Ella jamás se jactará de lo que hace ni te privará de nada, a no ser de buena parte de la responsabilidad. Da gracias de que sea tan de fiar. Además, ¿no está realmente guapa con sus pantalones, cuando se ocupa del jardín o va al supermercado? Las mujeres con pantalones están muy bien, siempre y cuando tengan la sensatez suficiente para ponerse organza y volados en las fiestas, y sedas crujientes en la intimidad. Y ella la tiene. Una de sus cualidades más valiosas es su capacidad de esconder su mentalidad rápida y aguda tras una increíble feminidad.
Una madre Libra amará y cuidará tiernamente a sus hijos, pero... ¿la verdad?, ellos irán después que tú. Son los socios minoritarios, pero tú eres el presidente de la compañía, y eso es un hecho básico que Libra jamás olvidará. Les dará un gran trozo de su corazón, pero jamás dejará que se adueñen del rincón que te entregó a ti antes de que ellos llegaran. Si con sus juegos perturban tu descanso, puede mostrarse muy estricta, y si te desobedecieran se enojaría mas que si la desobedecen a ella. De pequeños, tus hijos serán dulces y limpios, y pulcros y corteses de adultos... si es que tú no los echas a perder, a lo que ella no se opondrá porque el dueño y señor eres tú. No es más que otra de esas decisiones que posiblemente dejará en tus manos para no correr ella el riesgo de equivocarse. Las madres Libra, generalmente dulces, pueden ser firmes cuando es necesario. Nunca descuidarán a sus hijos ni los ignorarán, pero la verdad es que si Libra decidió ser madre, fue ante todo para darte a ti más felicidad. Una de las primeras cosas que les enseñará a decir a los niños cuando aprendan sus oraciones será: “Dios bendiga a papá”. Jamás permitirá que te falten al respeto, pero si tú te pones un poco demasiado exigente ella les enjugará las lágrimas, y hasta les dará furtivamente un caramelo cuando se te haya ido demasiado la mano.
Claro que si los dulces la tientan demasiado puede ponerse gorda. También es posible que se demore mucho en una fiesta, o con una botella de vino. Y habrá veces en que sea un poco mandona, y otras en que los oídos se te cansen de oírla. Pero todas esas cosas sucederán únicamente cuando su balanza emocional esté momentáneamente desequilibrada, y ya volverá a ocupar el justo medio cuando el mal momento haya pasado. Salvo que alguien le apoye un pie en alguno de los platillos, la balanza de Libra siempre termina por equilibrarse. Si uno de los platillos baja un poquito, añade algo de afecto en el otro, y ya subirá. Si el otro se inclina bajo el peso de una excesiva tristeza, quítale un poco con tu comprensión y reencontrarás su hermosa armonía.
¿Que otra mujer podría tener el porte de una princesa cuando la llevas al baile y después, en un abrir y cerrar de ojos, atarse las botas, ponerse el mono de leñador y ayudarte a cortar la leña para el fuego? Le sobra gracia para lo primero y fuerza para lo segundo. Si a nadie se le ha ocurrido componer una canción con el nombre de tu amada Libra, escribe tú una melodía con tiempo de vals, bien ritmada, y dedícasela. Fortissimo.


EL NIÑO LIBRA
.
-Está en ese estado de ánimo -dijo la Reina Blanca-, en que quiere negar algo...
¡solo que no sabe que negar!

“Vaya, ¡que bebé tan hermoso!”. Los padres de los bebés de octubre oyen con tanta frecuencia estas palabras que bien se les puede perdonar que se enorgullezcan. El pequeño Libra parece efectivamente un ángel rosado y regordete, sacado de las páginas de un libro de cuentos. Con su expresión dulce, y esos gratos rasgos venusianos, tan bien equilibrados, es encantador. Rara vez ocurrirá que, furioso y con la cara congestionada, chille y patalee en su cuna, o que aplique a mami un puñetazo en la nariz mientras ella procura darle el biberón. Es demasiado cortes para tan agresivas diabluras. Cuando sonríe, toda la guardería se ilumina. “ ¡Pero, que encanto de bebé, tan bueno! Tan tranquilo, regordete y lleno de hoyuelos. Seguramente un hada madrina 1e bendijo con su mágico beso”.
No me gusta ser yo quien haga el papel de la vieja bruja en el regio bautizo, pero ¿te fijarías por favor si no tiene un hoyuelo en el mentón, como la mayoría de los bebés Libra? ¿Lo encontraste? Bueno, pues, como un juego simplemente, podrías buscar la última pagina del Libro del Bebé y anotar algo que solía decir la abuelita: “Mentón con hoyuelo, diablo cojuelo”. (Tal vez en secreto la abuelita estudió astrología.) Ya llegará algún día en que vuelvas a leer esa línea y rindas silencioso tributo a su sabiduría.
Es posible que sea alguna mañana mientras él está sentado a la mesa, removiendo lentamente con la cuchara un plato primero, después el otro. El plato de la derecha contiene el huevo escalfado, preparado como a él le gusta. En el de la izquierda está la avena cocida, bien cubierta de azúcar moreno, como a él le gusta. Los dos se están enfriando sin que él haya probado bocado. ¿No tendrá apetito? Si, se muere de hambre. ¿Tendrá fiebre? No, está perfectamente. ¿Está enojado por algo? No, de ningún modo. Entonces... ¿por qué sigue ahí inmóvil y obstinado, jugando de esa manera con la cuchara y sin probar bocado?
Porque no acaba de decidirse sobre que comer primero, si el huevo o los cereales. Y tú aumentaste la confusión al darle un vaso de zumo de naranja y una tostada, intentando tentarle. Fue un error. Ahora, será ya imposible que llegue a decidirse. Mejor que, por hoy, te olvides del desayuno. Y mañana por la mañana, dale una cosa cada vez. Primero el zumo de naranja. Se lo bebe. Después los cereales. Se los come. Ahora el huevo. Le encantan. Y por fin la tostada. Mientras él siga ahí, masticando alegremente, tú no podrás creer que se haya comido todo el desayuno en menos de diez minutos. Pues acabas de aprender la lección más importante que hay que saber para criar a un niño Libra: nunca le hagas elegir, pues es incapaz de tomar decisiones.


Si hay algo que un niño Libra detesta más que tomar una decisión es tener que tomarla deprisa. No le acoses. Supongamos que aprendió a vestirse solo y, con la emoción de semejante aventura, hace algunas semanas tiene olvidada su indecisión típica. Ahora, vestirse ya es cosa sabida para él. Tú empiezas, ayudándole a ponerse los pantalones, y le alcanzas la camisa, los zapatos y los calcetines. Se queda ahí sentado. “¡Vístete, Jorge!” Sigue sentado. “¡Date prisa y vístete, Jorge!”
En la escena siguiente, tú apareces contándole a alguna amiga lo terco que es tu hijo Libra. No seas injusta. Terco es un niño de Tauro, pero no Libra. Lo que pasa es que tú tratas de hacer que decida deprisa que calcetín ponerse primero en que pie. Ya la cosa es de suyo bastante difícil, pero cuando él acababa de decidir que se pondría en el pie derecho el calcetín que tiene en la mano izquierda, tú le gritaste y alteraste su equilibrio; ahora está de nuevo en el punto de partida. ¿Que calcetín primero? Ya ves que la culpa es tuya, no de el. ¿Cómo puede tomar una decisión tan importante, si continuamente le gritan y le dan ordenes? No solo le rompen los tímpanos, sino que además le hacen olvidar lo que estaba a punto de decidir.
Son las cosas que pueden ponerte un poco alterada, especialmente si eres de tipo nervioso, y no serás la única. Algún día, él se habrá enamorado de una muchacha maravillosa, y estarán hablando de matrimonio. De cuando y si... Él se queda ahí sentado. ¿Sí? ¿O no? La chica espera, pacientemente. Los rasgos de él tendrán la misma expresión perpleja que tienen ahora. Por último: “Jorge, ¿vamos a casarnos?”. Sigue sentado. De nuevo: “Jorge, ¿cuándo nos casamos?”. Pobre chica. El mismo error que cometiste tú con el zumo de naranja y la tostada. Ahora, él tiene que decidir dos cosas: no solo si se casan, sino cuando. Vas a tener que hablar con ella.
Pero para eso faltan unos cuantos años. Hoy el problema son los zapatos y los calcetines. Ve hacia donde está y dile con firmeza: “Jorge, primero vamos a poner este calcetín en este pie”. Díselo con suavidad, sin gritos ni tono áspero. Mejor si inventas una melodía y le cantas las palabras; eso le encantará. De un golpe has superado dos obstáculos: le ayudaste a decidir y creaste una atmósfera agradable. En cinco minutos está vestido. Es lo mismo que tendrá que hacer algún día la chica, cantarle suavemente: Nos casaremos el seis de agosto (con música de la Marcha Nupcial). Si es una de esas chicas tímidas, es posible que tengas que esperar mucho para ser abuela. El final feliz del cuento es este: si tú le enseñas a decidirse, sin acosarle ni darle prisa, será mejor para la chica también. Para entonces, tu hijo Libra habrá superado su indecisión.
Los niños Libra cuyos padres han alterado su delicado equilibrio insistiendo constantemente en que se decidan con demasiada rapidez suelen tener de adultos una verdadera neurosis con las elecciones. Sugiérele con suavidad la solución, una y otra vez. Terminará por encontrarle la vuelta, y a vencer una de sus mayores dificultades. Eso es todo. Aunque pueda parecerlo. Muéstrale como obstinado, no hace mas que reaccionar según la modalidad típica de Libra ante una interrupción discordante y ante el trauma emocional que significa el hecho de que no se respete su momento de decisión. A él le gustaría conformarte, en serio, pero sólo puede ser eficiente cuando en su mundo hay armonía de sonido, color y pensamiento. La tensión le desquicia, como si fuera un cuadro mal colgado. Cuando los adultos apresurados meten a la fuerza una personalidad joven en un molde que no le corresponde, pueden deformarla para siempre.
Tal vez te sientas un poco menos frustrada si te hablo de mi amigo, un dentista a quien su mujer regaló dos vástagos Libra: dos niñas, con tres años de diferencia. ¡Ya puedes imaginarte lo que pasaba todas las mañanas en esa casa! Cuatro zapatos, cuatro calcetines, cuatro pies... y dos cabecitas confundidas. Hasta que sus padres descubrieron la astrología, las dos pequeñas Libra andaban casi siempre descalzas.


También te será útil tener presente la razón que explica las vacilaciones de tu hijo. La mente de los niños Libra está hecha para buscar la verdad. Son niños de buen corazón, y deseosos de ser imparciales. A tu pequeño le espanta la idea de cometer un error o equivocarse en un juicio. No quiere herir tus sentimientos, pero su naturaleza le obliga a buscar una respuesta equilibrada antes de decidirse a hacer las cosas de una forma atropellada, como puede ser ponerse los calcetines. Así y todo, la cautela de Libra es una escuela del carácter, y muy útil para evitar accidentes y no meterse en líos, ahora y en el futuro. Piénsalo un poco. A un pequeño Libra le llevará tanto tiempo decidir si dibuja o no un elefante azul en la pared de la sala de estar que te será posible detenerle antes de que el daño esté hecho.
Si tu retoño Libra es objeto de falsas acusaciones de terquedad, reflexiona un poco. Tal vez tengas demasiado alto el volumen de la radio o del televisor. Los colores de su dormitorio pueden ser la causa de que duerma mal de noche. Los tonos chocantes y chillones pueden provocar constantes altibajos en su equilibrio emocional. Todos los matices del azul y los tonos pastel le calmaran eficazmente. Ponle música -pero suave- cuando quieras que coma, que se vista o que guarde los juguetes. Si los sonidos y los colores que rodean a un niño Libra son discordantes, sus acciones también lo serán. Verse obligado a ser testigo de cualquier forma de violencia puede hacer que algo muy profundo de él quede destruido para siempre. Ya de bebé verás que se estremece o tiembla cuando oye un ruido súbito. Los niños Libra necesitan paz, silencio y descanso en grandes dosis.
Esto nos lleva a otro problema: el de la holgazanería de Libra, que en realidad nada tiene de tal. Son niños que juegan mucho y durante mucho tiempo, y después deben descansar. Pero eso no es ocio, es recuperación. El ritmo de Libra le exige periodos de actividad seguidos de otros de reposo; es la única forma en que puede mantener su salud emocional y física. Si se le hace sentir culpable por esta característica, entonces si, como autodefensa, será realmente holgazán. Cuando veas a un niño Libra sin hacer nada, no le molestes. Su balanza interna pronto se habrá equilibrado y le verás listo para la acción. Ahora está volviendo a cargar las baterías. Los planetas le hicieron así, y él no puede cambiar las cosas.
Los niños Libra son expertos en ablandar corazones. Tienen una forma de ser tan encantadora, son tan dulces sus zalamerías, y ¿quién podría resistirse a esas sonrisas y esos hoyuelos? Sus modales dulces y cariñosos pueden convertir a sus padres en dos genios benévolos que le conceden hasta el último de sus deseos (sin hablar de la mágica variedad de duendes del hechizado resto de la familia). La consecuencia es que estos niños pueden llegar a la escuela tan malcriados que son poco menos que imposibles de manejar. Después de todo, no se pueden pasar años tratando a un niño como a un príncipe o una princesa y esperar luego que acepte ordenes. Lo que necesitan los niños Libra no es tanto disciplina como estar menos mimados.
Si se le ha criado con el adecuado equilibrio, el niño típico Libra es una delicia para los maestros. De mentalidad brillante y lógica, les gusta la discusión, y su intensa curiosidad hace de ellos buenos estudiantes. Sin embargo, una vez que aprendan a leer y a manejarse con hechos, tanto padres como maestros se verán enfrentados a discusiones constantes.


Jamás da resultado decir lisa y llanamente algo a una niña o a un muchacho de este signo. Si no les presentas los dos aspectos del problema, pensarán que eres injusto. Y si das preferencia a uno, tu alumno Libra hará una cuestión de honor defender el otro, hasta que te obligue a ser imparcial. Si tu parcialidad es por el blanco, Libra saldrá siempre en defensa del negro, con lo que se puede ganar la reputación de rebelde, aunque nada esté más lejos de la verdad. Son niños que obedecerán escrupulosamente las reglas, siempre que estén convencidos de que las reglas no son una estupidez. La balanza debe estar siempre en equilibrio, para que Libra no se sienta incómodamente sacudido; por eso discutirá hasta que tenga la sensación de haber considerado honradamente todas las circunstancias, y de que la balanza de la justicia esta armoniosamente nivelada. Los niños y niñas de octubre siempre pondrán a prueba el ingenio de padres y maestros, porque hay que saber pensar con mucha lógica para mantenerse a su altura. Lo discutirán todo, desde los titulares del periódico hasta quien tiene razón o no la tiene en un desacuerdo familiar. A un niño Libra no le gustará oír habladurías de los mayores. Para él una confidencia es sagrada, y también le hará fruncir el ceño ver que se juzga apresuradamente a alguien. Si cree que tú estás equivocado, tomará partido por el otro, aunque se trate de tu peor enemigo.
Jamás invadas su intimidad, que él no invadirá la tuya. Haz que las comidas sean placenteras. Las niñas te pedirán que pongas en la mesa flores y velas; los varones querrán una dieta equilibrada, aunque, lo mas seguro, les encantarán los dulces. Es probable que haya algunos problemas de exceso de peso y que en el cuarto de baño la balanza tenga trabajo extra.
Los niños Libra, si no se han refugiado en el resentimiento, debido a una torpeza ajena, serán generalmente limpios y pulcros sin que haya que vigilarlos. A la mayoría de ellos les disgusta tanto el desorden que ayudarán de buena gana a mantener pulcra la casa. Como Libra tiene talento musical y artístico, podría ser que tuvieras en la familia un proyecto de compositor o artista, de manera que encárgate de que no le falten oportunidades para desarrollar su capacidad latente.
La pequeñina Libra se empolvará hasta el vestido con tus polvos más caros, se echará en la rizada cabeza tu mejor perfume y se negará a salir de la bañera. Expresa así el amor por la belleza y por las cosas agradables, como el agua tibia y los perfumes, que caracteriza a su signo. Cuando llegue a la adolescencia, monopolizará durante horas el cuarto de baño para tomar sus baños de espuma, y te usará el jabón que reservas para los huéspedes. Recuerda que busca la armonía y que para ella la paz, la belleza y la comodidad son armonía.
El varón te irritará probablemente con sus siestecitas en el sofá y con esa exasperante manera de saber siempre más que tú sobre temas que deberían pasarle por encima de las cabezas. (Si, habrá veces que jurarías que tiene dos.) Pero esos ocios periódicos sirven para restablecer su energía. No se ha muerto, se está recuperando. Y en cuanto a la actitud de sabihondo, tal vez está practicando contigo su futura carrera de abogado. Mírale con optimismo. Algún día el jurado no tendrá mas remedio que escucharle, pero tú siempre puedes irte a preparar la comida o esconderte detrás del periódico. Sea niña o varón, anímale a que escriba si siente la necesidad; recuerda que Libra rige los libros también.
Los adolescentes de ambos sexos tendrán la casa envuelta en una constante nube de romance, y los amores juveniles serán tantos que tendrás la sensación de vivir en una especie de campamento sentimental, pero también eso pasará. Algún día repicarán las campanas de la boda y tu vástago Libra constituirá una hermosa familia: tranquila, equilibrada, armoniosa y discutidora. Es posible que alguna soleada mañana de octubre de nuevo te veas frente a la guardería del hospital y oigas exclamar a la enfermera o a algún visitante: “ ¡Oh, que bebé tan hermoso! Un tesoro, tan bueno, tan dulce y tranquilo”. Y que tú, con tu sabiduría duramente ganada, señales: “Si, pero ¿ha visto el hoyuelo que tiene en el mentón?”.


EL JEFE LIBRA

-No importa, claro, quise decir -dijo apresuradamente el Rey,
y siguió diciendo para si en voz baja:...importa... no importa... importa... no importa...
-como si probara que palabra le sonaba mejor.
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Si mi lector es hombre, es probable que piense que su jefe Libra es un tipo muy normal, honrado a carta cabal e invariablemente justo. Si es mujer, probablemente estará un poquito enamorada de él, aunque tal vez no se de cuenta. Las vibraciones de Venus son poderosas.
El ejecutivo Libra es normalmente la mitad de una sociedad, ya que su deseo inconsciente es siempre reunir dos cosas o dos personas. Emocionalmente, su impulso se consuma por la vía del matrimonio cuando es aun muy joven, o de una relación amorosa sorprendentemente precoz. En el mundo comercial, satisface su función equilibradora combinando su encanto y su intelecto con la personalidad de un socio que le complemente y que aporte los talentos y capacidades que le faltan (que no serán muchos).
Es posible que no le veas sentado tras su escritorio tan frecuentemente como a otros jefes. Es porque le gusta ser espectador, y no porque le resulte cómodo, al contrario. Mira su expresión de desdicha mientras se pasea de un lado a otro. Es toda una lucha, tomar dos ideas opuestas e ir comparándolas, como una lanzadera. Cuando haya llegado a una decisión imparcial y justa volverá a su escritorio y se pondrá a girar alegremente en su sillón reclinable. Pero mientras está en la duda puede ser bastante intratable.
Un jefe Libra es sumamente inquieto y lleno de actividad externa, aunque parezca andar despacio, una contradicción que no mucha gente puede resolver. Mirarle es como mirar a un malabarista experto. Con toda esa incesante actividad, uno esperaría verle perder la serenidad y hacer en cualquier momento un gesto de nerviosismo, como esperaría ver que al malabarista se le cae alguna de las bolas con que actúa. Pues no. Nacido con una afinidad natural con el elemento aire, Libra se entrega a una actividad que puede llegar a ser frenética con una gracia y una facilidad tales que casi parecería estar inmóvil. Es como una película en cámara lenta. La actividad nunca se detiene, pero el proyecto funciona con una velocidad especial.


Pese a su modo de ser frecuentemente tímido y suave, este hombre no es una isla. Tiene siempre necesidad de expresarse de algún modo, de comunicarse con los demás. Aunque el vehículo de la mayor parte de su comunicación es la palabra, también puede expresar volúmenes enteros con su sonrisa. Sin duda alguna es inteligente, pero si cuando nació, Mercurio estaba afectado por aspectos adversos, es posible que todavía esté tratando de convencerse de lo que es. Muchos jefes Libra son persuasivos en el discurso, y discutidores capaces de influir sin esfuerzo sobre el ánimo de un grupo de gente. Hasta los de disposición tímida, que rara vez tratan de llamar la atención, son capaces de discutir de manera lógica y convincente, por mas que estos, probablemente, tendrán todo pensado de antemano antes de hablar. Por eso estos hombres pasan tanto tiempo callados: están pensando lo que quieren decir. Por lo general, es mas seguro tomarle la palabra cuando sale de uno de sus periodos de silencio, porque es menos probable que cambie de opinión. Si se le presiona para que tome decisiones, después volverá a pensarlo, se dará cuenta de que lo hizo sin meditarlo suficientemente y dará un giro de ciento ochenta grados.
Es posible que con frecuencia te pida tu opinión, pero antes de llegar a la conclusión de que te considera una mentalidad brillante, recuerda que hay varios motivos para que se interese tan halagüeñamente en tus ideas. Ante todo, su deseo de ser imparcial y no tomar una decisión que pueda ser impopular o injusta. Otra razón para que se sienta forzado a reunir todos los pros y los contras de un problema es que, si no tiene acceso a todos los hechos disponibles se siente incapaz de hacer una valoración prudente.
El jefe Libra típico que intenta decidir si debe aceptar o no un importante convenio hará una democrática encuesta entre su mujer, el ascensorista, su secretaria, la mujer de la limpieza y el encargado de relaciones publicas, y obtendrá resultados bastante exóticos. Cuando está cansada, a la mujer de la limpieza le resulta difícil dar una opinión lógica sobre la forma en que la separación propuesta podrá afectar a los accionistas sin derecho a voto. Es posible que necesite un tiempo para pensarlo (y tampoco puede pensar bien cuando le duelen los pies).


El ascensorista puede tener un problema para entender los costos que implica la proyectada fusión de dos grandes empresas. Para empezar, unos honorarios de cuarenta mil dólares para los abogados pueden parecerle una exageración. Una vez le pagó a su abogado cuarenta dólares para que le asesorara en un asunto legal, y se sintió estafado.
En cuanto a ese vicepresidente que sigue cobrando su sueldo mientras está internado en un sanatorio con un colapso nervioso, que no se lo cuenten a la secretaria. Después de todo, hace años que ella está a punto de sufrir un colapso, sin que nadie le haya tenido nunca tanta consideración.
La mujer de la limpieza se decide por fin. Ni hablar de separación de acciones; esa palabra le inspira desconfianza. Si fue cuando su hombre se separó cuando ella tuvo que ponerse a fregar pisos para mantener a los siete críos.
“Haz lo que te parezca mejor, cariño”, le dice su mujer, pero da a entender claramente que en su fuero íntimo piensa que la respuesta tendría que ser negativa porque a ella no le gusta la esposa de uno de los principales accionistas.
El encargado de relaciones publicas es hombre de una sola opinión: “ ¡Al diablo con esos rufianes! ¡Adelante a toda máquina!” es su consejo para cualquier problema.
Finalmente, el consenso se completa. Armado con tan experto análisis, el patrón Libra conseguirá todavía llegar a una decisión más lógica y sensata de lo que decidirían nueve de cada diez hombres. Sorprendente, pero de alguna manera lo hace.
Podría haber aun otra razón para que Libra busque tantos puntos de vista cuando tiene que decidir algo. Tal vez sea uno de esos raros nativos que se las arreglan para echar la culpa de un posible error sobre los hombros de algún otro. Cuando las cosas se malogren, siempre podrá desentenderse y decir: “Bueno, si la propuesta se rechazó no fue porque yo lo quisiera así. A la mujer de la limpieza no le parecía una buena operación”.
Sin embargo, un jefe Libra que haya conseguido armonizar y unir su mente y sus emociones puede ser un autentico pozo de sabiduría. Y por lo que yo se, es posible que tu estés trabajando con uno de ellos. Abundan muchísimo, y son unos jefes maravillosos cuando uno tiene un problema. Son capaces de aparecer con una solución que a nadie mas se le podría haber ocurrido, a fuerza de tener todo en consideración, y de ofrecerte una salida a la vez ingeniosa y honrada.
Lo mas posible es que las paredes del despacho de tu jefe Libra no estén desnudas, aunque tal vez la chica que sonríe desde su calendario si lo esté. Normalmente, las paredes estarán cubiertas de cuadros, trofeos y excelentes reproducciones, dispuestas en forma equilibrada, y los archivos libres de polvo. Puedes apostar a que en algún lugar tendrá una radio o un tocadiscos para poder refugiarse en melodiosos sonidos cuando las cosas se pongan discordantes y el sienta los nervios peligrosamente alterados por la confusión de la rutina diaria. En su despacho rara vez habrá colores chillones. Nada de verdes exóticos ni de color mandarina, que constituyen una auténtica agresión para el ojo. Sin embargo, puede haber algún leve toque de motivos orientales. Algunos nativos de este signo parecen inclinarse un tanto en esa dirección, tal vez debido a la forma, tranquila y serena de vivir, legendaria del Lejano Oriente, o a la pacífica armonía de la filosofía oriental. Tal vez él no llegue a tener flores sobre el escritorio, pero si tu jefe Libra es “ella”, probablemente si.


Entre las mujeres ejecutivas, son mas las nacidas bajo Libra que bajo cualquier otro signo, aunque Aries, Capricornio, Leo y Cáncer la siguen de cerca. Si es mujer, tu jefe Libra tendrá casi seguramente una gran planta de maceta en su despacho, además de un gran espejo. También en torno de ella habrá música. Es posible que no sea tan morosa como los hombres de su signo; como para una mujer es más difícil acceder a un puesto de mando, se habrá visto obligada a dominar su indecisión, porque de otro modo no habría llegado a lo alto del poste totémico. Como su contraparte masculina, la jefe Libra procurará ser imparcial. Prestará atención a los conflictos de la oficina, procurando ver con igual claridad ambos aspectos. Es posible que la encuentres escondida detrás de la puerta, equilibrando su balanza de oro, cuando la decisión sea importante, pero hay un terreno en el cual no tardará mucho en decidirse: el amor. O ha llegado a la conclusión de que el matrimonio no es para ella, o tiene continuamente los ojos un poco ausentes, perdida en su último romance. Es rara la mujer Libra, ejecutiva o no, que pueda vivir sin ese condimento en su vida. Por más experta que sea en ocultar sus actividades después de las cinco de la tarde, puedo asegurarte que no pasa las noches jugando al solitario. Tal vez un lunes lluvioso se enrosque en un sillón a leer un buen libro, pero la mayoría de los fines de semana se la podrá ver recorriendo la ciudad envuelta en romántica bruma. No es que la bruma le vaya a durar mucho, sin embargo. La cortante lógica de su mente no dejará que el sentimiento la ciegue por completo. Varones o mujeres, son pocos los Libra que dejan que el corazón domine sobre la cabeza. Tienen la cabeza demasiado dura y -demasiado lucida- para someterse sin defensa a los tenues rayos de Venus... y esta es otra de las incongruencias de Libra.
Es probable que sea innegablemente bonita y hasta hermosa. Y si no, te lo parecerá cuando la sonrisa de Venus flote sobre sus rasgos comunes. Su encantadora disposición social le permitirá ganarse a los clientes, pero si ya hace algún tiempo que trabajas con ella, te habrás dado cuenta de que esa dulzura llena de gracia oculta una mente a la que nada se le escapa.
Tendrá sus días malos, y es posible que se contradiga hasta el punto de dejarte a ti en el aire alguna que otra vez. En cuanto a disciplina, es un poco más exigente que el varón Libra. Si cometes un error, cosa que ella sabrá instintivamente, será clarísima la advertencia de que no quiere verlo multiplicado en equivocaciones cotidianas. Su voz, suave, puede ser ligeramente ronca, pero bien modulada y tal vez un poco lenta; rara vez la levantará. (Si tiene ascendente Aries, Géminis o Sagitario, es posible que la atmósfera se electrice un poco cuando ella echa chispas.)
Una ejecutiva Libra suele dar la impresión de que debería figurar en la lista de las diez mujeres mejor vestidas, e incluso es posible que así sea. Las empleadas se morderán las unas de envidia al ver su guardarropa, sus pieles, joyas y perfumes. Los varones reaccionarán como puedes imaginarte: hasta el último. Salvo los Leones, Escorpiones, Toros, Cabras y Carneros, que tienen la sensación de que trabajar para una mujer es como cumplir una condena en la cárcel. Los demás sucumbirán sin asomo de lucha al encanto de sus hoyuelos.


Cuando sientas la tentación de tratarla como a una de las chicas, no te tomes demasiadas libertades. Aunque parezca que su actitud cordial anima a las confidencias, no es mujer que suela tolerar habladurías en los ratos de ocio, y las suprimirá de raíz. No fue por mala lengua por lo que llegó ella al lugar que ocupa. Para todos los nativos de Libra, una confidencia es algo sagrado. Es posible que algunos de ellos charlen mucho, y a todos les encanta discutir, pero no son chismosos. Hay una clara diferencia.
Sea hombre o mujer, un jefe Libra tenderá a dedicar largas horas placenteras al almuerzo. Y si no lo hace, procura inducirle a ello, porque cuando Libra está cansado o con hambre no es el de siempre. Todos los ejecutivos de Venus estarían mejor si reconocieran su necesidad de descanso periódico y durmieran una horita de siesta cada día. Entre todos los empleados podríais comprarle un hermoso sofá para el despacho, si queréis que vuestro jefe Libra no se desequilibre. Aunque necesita esas siestas, es posible que se sienta culpable de ellas. El día que llegue al trabajo con expresión decaída y los ojos enrojecidos, con grandes bolsas grises debajo, mejor es no acercársele.
Salvo que tenga un ascendente decididamente independiente, es probable que crea en los sindicatos. Todo lo que sea justo le parece bien. Su sentido de la justicia hace de el un mediador natural en las disputas. Respecto del dinero, rara vez el punto de vista de Libra es neutral. Será el más avaro de los jefes de la ciudad, o el más generoso, y a veces se turnará: será un tacaño en diciembre y un Santa Claus en julio. Pero en cualquier momento tendrá una actitud definida. Sus propinas pueden ser una moneda o de cinco dólares.
Es probable que en presencia de mujeres sea el espíritu de la galantería, y muy hombre entre hombres. Una manera segura de ganarse su antipatía: mostrarse chillón, vulgar y con prejuicios. Recuerda que la armonía es su elemento. Créala siempre que puedas, no la alteres ni la destruyas nunca, y el querrá tenerte a su alrededor, aunque no sepa exactamente por que.
Es posible que en ocasiones te moleste su indecisión, que se pierda en dilaciones y que sus sueños necesiten algún que otro empujoncito. Pero también tiene esa sonrisa, y esta el respeto que te inspira su serena inteligencia, y su disposición a hacer algunas concesiones. Aunque no quiera dejarse ganar por ti, tampoco espera que seas su esclavo. No es agresivo ni regañón, y jamás traicionará tu confianza. Cuando lo sumes todo, verás que la balanza se inclina a su favor. Su naturaleza le lleva a la fusión. Tu jefe Libra necesita realmente de tu cooperación para ser una persona completa, y un hombre que te necesita puede hacer pie firme en tu lealtad, y hasta en tu corazón. ¿No lo sientes acaso?


EL EMPLEADO LIBRA
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¡Ojala terminaran con ese proceso... y empezaran a servir los refrescos!

Hubo una vez un diseñador Libra a quien llevaron a la costa oeste para que se encargara del vestuario de una importante película, y se pasó seis semanas enteras en su apartamento de un elegante hotel de Beverly Hills, sin dibujar una línea siquiera. No era que le faltaran ideas: le sobraban. Era la alfombra... esa horrible alfombra chillona, de color azul pavo real, que le producía pesadillas y jaquecas. Ni siquiera podía pensar, no hablemos de crear, y no quería cambiar de apartamento porque le gustaba la vista de las palmeras.
El filme estuvo detenido casi dos meses, hasta que por fin el productor descubrió el problema. Tan pronto como cobró conciencia de las dificultades estéticas de Libra, la alfombra agresiva fue reemplazada por una moqueta nueva de pared a pared, en un delicado y aceptable rosa pastel. Si se pregunta usted como pudo el productor ser tan comprensivo, le diré que era Géminis. Si el problema del diseñador era razonable o no, no era cosa que le preocupara. Géminis quería simplemente que el trabajo se pusiera en marcha lo antes posible, y eligió el camino más rápido. Para tratar con el delicado temperamento de Venus, los jefes Acuario y Géminis son fabulosos. Hay una empatía intangible entre los signos de aire. Todos ellos parecen flotar en una especie de nube, aunque a diferentes alturas.
No quiero que se haga usted la idea de que si tiene un empleado Libra, debe salir corriendo a comprar una alfombra. No todos los nacidos a fines de septiembre o en octubre son artistas irreemplazables, ni tienen los nervios tan delicados, pero hasta el empleado medio de este signo trabajará más a gusto si a su alrededor no hay nada que le moleste.
También será más eficiente si se lleva bien con la gente a la que tiene que ver todos los días. Una atmósfera áspera, sórdida e inarmónica puede deprimirle, pero si no congenia con sus colaboradores andará literalmente arrastrándose. Percibe tan bien la vibración de las personalidades como la de los colores, especialmente cuando los tiene cerca. Si últimamente su empleado Libra le parece extraño o confundido, o si le entrega trabajos poco esmerados que no están a la altura de su capacidad habitual, no es necesariamente por descuido. Tal vez le tenga alergia a quien se ocupa del correo o a la mujer de la limpieza. (Espero que no sea a su propia secretaria, porque ese escozor constante le resultaría insoportable.) Hasta podría ser el secante que tiene sobre el escritorio. Déle uno nuevo y limpito, celeste preferiblemente, cambie el horario de la mujer de la limpieza y procure que el chico del correo no tenga trato directo con el. ¿Ve cómo su trabajo mejora inmediatamente? Estaba desajustado, nada más.


Cuando la balanza de Libra se altera, puede suceder cualquier cosa. Varón o mujer, puede mostrarse gruñón y ocioso, y sumirse sin excusa alguna en un hosco silencio. Es claro que semejante alteración de la dulzura y la calma habituales le inquietará un poco a usted también. ¿Cómo es posible que alguien que tiene un hoyuelo tan atractivo en el mentón sea tan desagradable? Es fácil. ¿Le gustaría a usted que le desequilibraran la balanza? La sensación no es agradable; es como estar en un bote que da bandazos de babor a estribor cuando hay mar gruesa. Sin duda, en su casa habrá pasado algo que le perturbó. Sea cual fuere la causa, no vale la pena que se angustie usted cuando el equilibrio de Libra se altera. Son gente que rápidamente logra volver a la armonía, y cuando esto se haya producido, la paz y la tranquilidad volverán a reinar en sus oficinas; el trabajo de su empleado Libra será tan eficaz como siempre y usted volverá a derretirse en la forma habitual al calor de esa incomparable sonrisa de Venus.
Si su empresa está afiliada a algún sindicato, lo más probable es que su empleado Libra se constituya en defensor de la igualdad de derechos y de los salarios justos. En realidad, son muchos los de este signo que dedican su vida a la labor sindical. Para Libra, lo más importante es la armonía, y su ideal es la perfecta justicia. Los sindicatos le ofrecen una oportunidad demasiado buena para desperdiciarla, de ejercitar su natural talento para resolver disputas.
Si no hay un sindicato donde pueda darle cauce, será probablemente el hombre bueno en todas las rencillas de la oficina. Al nativo típico de este signo le encanta despejar el aire de desacuerdos. Defiende a ambos oponentes con total imparcialidad, consigue que cada uno vea el punto de vista del otro y por ultimo corona su acción haciendo que todo el mundo se estreche la mano. Lo que tal vez le confunda a usted por completo es que también puede ser el quien promueva acaloradas discusiones, pero recuerde que para Libra esos debates son sanos. Nada le gusta más que hacer ver los pros a quienes están en contra, y viceversa. A sus ojos, eso no es pelear. Una discusión inteligente y bien llevada es más entretenida que ir al cine. Por lo general, en su entusiasmo ni se da cuenta de que está creando tensiones cuando detalla con brillante lógica sus argumentos y deja al descubierto la debilidad de los supuestos ajenos. Pero cuando su juego de sacar chispas mentales llega al punto en que los ánimos están evidentemente caldeados, se queda consternado. Entonces, si es un venusino típico, derramará rápidamente su bálsamo sobre las heridas abiertas, y con el sol de su sonrisa sacará a todo el mundo de las sombras del mal humor. Francamente, cuando se comporta así a veces dan ganas de matarle.


Aliviar sus sentimientos heridos cuando le ha dado por ofenderse es algo completamente distinto. Es difícil darse cuenta exacta de que es lo que agrada o fastidia a Libra. Lo que un día provocó en él una sonora carcajada o una sonrisa de tolerancia puede ser causa, al siguiente, de un hosco gesto de inocencia ofendida. O al revés. Otra vez la balanza, claro. ¿Cómo puede Libra decir de antemano como reaccionará ante cualquier situación dada, si tampoco él sabe que inclinación puede tener hacia un lado o hacia el otro? Pregunte usted a sus colaboradores si el muchacho (o la chica) de los hoyuelos tiene reacciones impredecibles, y verá que respuestas obtiene. “Bueno, el otro día le pregunté a Inés si había aumentado algo de peso y me sonrió de una manera que me hizo pensar que estaba contenta. Esta mañana le dije "Gordi" en broma, y no me habla”. O si no: “Mire, la semana pasada Carlos me enseñó un disco que compró en una subasta, uno de esos viejos de Glenn Miller, de 78 revoluciones, y yo le comenté que eso está tan pasado de moda como los dinosaurios. Se sonrió y me dijo que él era un estudioso de lo antiguo. Hoy me oyó decirle a la recepcionista que esos viejos discos ya no se aguantan y casi me arranca la cabeza. Me trató de repugnante hippie psicodélico. La semana pasada se lo tomó con tanto sentido del humor que ¿cómo iba a imaginarme yo que colecciona álbumes de las grandes bandas y por la noche enciende una vela y los escucha como si estuviera en una catedral?”.
Libra amará a uno hoy por lo mismo que le aborrecía el mes pasado, y mañana le despreciará por lo que hoy le pareció maravilloso. Es un poco delicado tener que hacer frente a reacciones tan cambiantes, pero por debajo de todo eso, la naturaleza de este signo es básicamente imparcial y equilibrada. Cuando frunce el ceño, eso no le afecta más que a la piel. En cambio las sonrisas son profundas. Haga caso omiso de lo primero y aténgase a lo segundo. De hecho, nada altera tanto a la persona típica de Venus como los gritos y las tensiones innecesarias. Es más probable verlos evitar escenas desagradables que provocarlas. Y las iras de Libra nunca se condimentan con vinagre. Es posible que tengan un poco de hielo en los bordes, pero ya se sabe que el hielo termina por derretirse.
Las chicas Libras que haya entre sus empleadas le harán pensar a veces en tajadas de pan de trigo entero, con esa especie de espíritu de campamento que poseen. Claro que algunas tendrán sobre el trigo entero una capa de mermelada, que asume la forma de voz dulce y modales suaves, pero es una dulzura agradable. Rara vez encontrará a una chica venusina de aspecto fatigado y ojeroso, y con un sex appeal detonante. Ella está mas en una línea de un atractivo fresco y tierno, como el de un crepúsculo oro y rojo contra un claro cielo azul. Las empalagosas constituyen una minoría.


Es posible que le gusten los largos paseos y que se pase largas horas en la biblioteca. Si no, ya puede apostar sin riesgo a que hace largas caminatas y es socia de algún club del libro. La actividad física y la afición literaria están siempre presentes, sólo es cuestión de grado. Pero entre las caminatas y los paseos habrá largos períodos de descanso, mientras Libra recupera energías mediante la lasitud y el letargo. (Son los momentos en que se pone al día con sus lecturas.)
Si tiene usted un vendedor Libra, es probable que esté estudiando para graduarse como abogado, o que tenga algún pasatiempo que constituya, prácticamente, una segunda carrera. Tal vez tenga actividad profesional en algún campo ajeno a su trabajo, y es posible que sea un experto en profundos temas que usted nunca sospechó que pudieran interesarle. Hay una cosa, sin embargo, de la que puede estar seguro que le interesa: las chicas. Las mujeres. La pulcritud femenina. Por lo menos el noventa por ciento de los varones Libra son suscriptores de alguna revista del estilo de Playboy. Aunque le ruborice admitirlo, el hombre regido por Venus disfruta echando discretas miraditas a las imágenes de curvilíneas conejitas que no llevan puesto mucho mas que una deslumbrante sonrisa provocadora. Le gusta mucho mas verlas en persona, y por eso es fácil encontrarle recorriendo el circuito de los night clubes, aunque es posible que se retire después del espectáculo, para que la multitud bulliciosa no llegue a alterar su armonía. Es raro que, si se siente a gusto con su pareja, un varón Libra lleve su interés por el sexo opuesto mas allá de una manifiesta apreciación visual, pero los solteros pueden ser auténticos solitarios.
Libra estará siempre casado, comprometido, divorciado o viviendo un episodio amoroso importante. Jamás reman solos en su canoa. Como un eco flotante sobre la laguna azul, en la morada de Libra se podrán oír siempre los pasos furtivos de una indiecita o de un bravo piel roja, con la última marea, bajo la pálida luna. Para cada valiente guerrero de Libra, hay una tímida doncella, y se puede invertir con toda seguridad la ecuación.
Mientras trabajan, tenga usted felices a sus bonitas y dulces empleadas Libra, y también a los apuestos y gentiles varones, con música de caramillo. Jamás les grite y procure darles siempre razones lógicas para hacer las cosas. Respete su inteligencia, que la tienen en mayor medida que el promedio de la gente, y nunca los someta a tensiones.


Si les trata bien, sus empleados Libra jamás provocarán fricciones en la oficina, serán verdaderos ángeles de tacto y diplomacia, capaces de llevarse bien con casi todo el mundo. Los trabajadores de Venus aportan su magnética influencia personal de gracia y de belleza a todo lo que tocan. Deje usted que Libra le ayude con las estrategias de venta, y anímele a acudir a las reuniones donde el trust de cerebros ventila sus ideas geniales. Más vale que le permita ver como se actúa en el nivel ejecutivo, porque Libra es un signo cardinal y no se pasará toda la vida como un empleado sin posición. Quiere ser conductor, y condiciones no le faltan. Tan pronto como pueda, póngale a cargo de algo y advierta con que poco esfuerzo se desenvuelve entre el papeleo, los mezquinos agravios, los problemas espinosos y los embotellamientos que se producen en cualquier oficina. Su vestimenta será la de un hombre distinguido, y su conducta también; perfecto para la imagen de la empresa. En cuanto a “ellas”, una mujer de Venus terminará siempre por conseguir lo que quiere, con toda su dulzura. Si lo que quiere es un ascenso, concédaselo. Es poco probable que se muestre desleal. La cabeza que se asienta sobre esos bonitos hombros vale la pena. ¿Por qué no aprovecharla?
Su empleado Libra tendrá a veces ciertas dificultades para tomar las decisiones. Su pensamiento no es un tren que corra a velocidades vertiginosas cuando el destino es una decisión, pero también es raro que descarrile. Cuando finalmente entre en la estación tendrá casi con seguridad la respuesta correcta, aunque verle en el proceso de obtenerla le haya parecido mirar como hace ejercicios una jirafa de dos cabezas.
La gente Libra tiene marcadas inclinaciones artísticas y musicales, sagacidad para el derecho y capacidad filosófica. Donde mayormente aportan su influencia calmante es en hospitales, en el mundo del espectáculo, editoriales, los ámbitos de la ciencia, tribunales, jardines, política, grandes tiendas, y también en la decoración de interiores y en el sacerdocio. Pero no importa donde se les encuentre difundiendo armonía, el termostato de Libra estará siempre regulado en unos veintidós grados; es raro que llegue a temperaturas de congelación o de incendio. Es como tener en la oficina un acondicionador de aire humano, con servicio de reparación automático cuando se estropea. Los acondicionadores mecánicos no le ofrecen a uno ese tipo de garantía. ¿Dice usted que, en cambio, las máquinas no contestan? Si, claro, pero por otra parte... un momento, a ver si deja de rebatir y sopesar todo lo que yo digo. ¿No será usted un Libra?