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EL TORO
Del 21 de abril al 21 de
mayo
Elemento: Tierra
Cualidad: Fijo
Polaridad: Femenina (Yin)
Planeta regente: Venus
Casa: 2
Metal: Bronce
Piedra: Cuarzo rosado, Esmeralda
Color: Rosa, verde oscuro
Constelación: Tauro
-Aquí me quedaré -dijo-, de
vez en cuando durante días.
COMO RECONOCER A TAURO
.
Un trotamundos amigo mío, que
ha estado en todas partes por lo menos dos veces, me contó que jamás
olvidará su primer viaje en barco al sur de España. Un día, mientras
estaba en cubierta admirando el paisaje, se perfiló a la distancia una
enorme masa de roca que se elevaba sólida y gradualmente del brillante
azul del Mediterráneo, “¡Mirad, el peñón de Gibraltar!”, gritó alguien
en el barco. Debidamente impresionado, mi amigo tomó una instantánea
para mostrar a los amigos y después, volviéndose a un adolescente
aburrido que ocupaba la silla de cubierta inmediata a la suya, dio cauce
a su vena poética. “¿No es una maravilla? -comentó-. Toneladas de agua
lo están bañando desde hace siglos, las tormentas lo han azotado, lo han
atacado los ejércitos, las civilizaciones han surgido y se han
eclipsado, pero el peñón sigue allí. Nada lo cambia ni es capaz de
hacerlo mover”. “Si-bostezó el chico-. Me recuerda a mi padre”.
Su padre había nacido en mayo. Y
de esa manera se reconoce a Tauro, el Toro. Los lugares mas adecuados
para buscarlo serán una granja, un banco o una agencia inmobiliaria,
pero también se le puede encontrar pastando en otras praderas. Hay
Tauros ingenieros, estrellas de cine, oficinistas, jardineros, reyes y
reinas, deshollinadores, carniceros, panaderos y fabricantes de velas.
Pero el Toro se caracteriza siempre por su actitud fuerte y silenciosa.
Hasta que no llegue uno a conocerle un poco a fondo, sus monosílabos mas
largos serán probablemente “Si”, “No”, “Gracias”, “Hasta luego”, y
frecuentemente “Aja”, como sustituto de “No”. Si al nacer tuvo fuerte
influencia de Géminis, Aries o Sagitario, es posible que sea un poco mas
garrulo y camine con mas flexibilidad, pero el Toro típico es
preferentemente lento en el movimiento y parco en el hablar.
Como Gibraltar, es só1ido y
firme y nada altera su tranquilidad. Se le puede arrojar agua encima o
encenderle fuego entre los pies. Se le puede golpear el pecho con los
puños cerrados, clavarle el fuego de miradas hipnóticas o gritarle a voz
en grito: Tauro no se moverá un centímetro. Una vez tomada su posición,
se cruza tranquilamente de brazos y se sienta sobre los talones. Exhibe
un mentón bastante prominente, dilata las narices, echa atrás las
orejas... y tú te aguantas.
Es raro que el Toro se lance a
atropellar a alguien. Lo que quiere es simplemente que le dejen solo. No
le molestes y se sentirá satisfecho. Presiónale y se mostrará
obstinado. Empújale demasiado, fastídiale en exceso, y prepárate
entonces para una furia violenta. Es capaz de aguantar durante meses y
años, exhibiendo un dominio y un control perfectos, aspirando la
fragancia de las flores y haciendo caso omiso del nervioso bullicio que
le rodea. Hasta que algún día inesperado un imprudente le ponga una
pajita de mas sobre los anchos lomos. Entonces bufará, empezará a arañar
la tierra, entornará los ojos... y se lanzará a la carga. ¡Apártate del
camino con toda la rapidez que puedas y corre para salvar la vida! La
irascibilidad taurina rara vez se despliega de manera impulsiva, pero
cuando el Toro se enfurece es capaz de destruir todo lo que encuentra en
su camino, aunque sea un Escorpio. Pero destruir no es la palabra;
demoler habría que decir más bien. Y puede pasar un tiempo antes de que
se deposite de nuevo el polvo y vuelva a reinar la paz. Hay Tauros con
tanta capacidad de control que en toda su vida no cargan mas que una o
dos veces. Hasta los de genio mas vivo apenas si estallan un par de
veces al año, y ya es mucho. Con todo, es mejor tener presente que, por
lo general, Tauro no se enoja o fastidia só1o un poquito. Si el
incidente es lo bastante importante como para quebrantar la normal
placidez de sus emociones, lo que hay que esperar no es un enojo
cualquiera, sino una furia ciega.
Se de un Tauro a quien su mujer
jamás había visto encolerizado durante todos sus años de casados, hasta
que se suscitó un incidente en un atestado restaurante. Un borracho de
los fastidiosos se acercó, tambaleante, a la mesa e hizo un comentario
subido de tono. La mujer esperaba que su marido afrontara la situación
con su firmeza y su autodominio habituales, y se quedó tan atónita como
el resto de los clientes cuando súbitamente Tauro se levantó, derribó
dos mesas, levantó al hombre en vilo y lo mandó volando al otro extremo
del salón, donde se estrelló contra el tablero de los músicos. El
incidente fue mudo. Espero que esto inspire al lector la cautela
adecuada. Antes de hacerle siquiera un guiño a una desconocida, mas vale
saber que día cumple años su acompañante.
Cabe esperar que muchas
personas nacidas en mayo se parezcan a un toro... los hombres, claro,
aunque las mujeres nacidas bajo este signo tendrán una intangible e
imprecisa cualidad bovina. La mirada de las mujeres Tauro será serena y
límpida, pero fija. Se mueven con gracia e indolencia, pero algo en
ellas sugiere una fuerza oculta. En cuanto a los hombros, el pecho o la
espalda -o las tres cosas- anchos y fuertes. Alto o bajo, el cuerpo será
bien proporcionado. Las orejas suelen ser pequeñas y pegadas a la
cabeza. Cuando comen, mastican con lentitud y por lo general tienen una
digestión excelente. Es fácil encontrar un mechón de pelo (como la
guedeja del toro) o un rizo que cae en el centro de la frente. Aunque no
todos, muchos Tauros tienen el pelo rizado u ondulado, y casi siempre
oscuro, como los ojos y el cutis. Incluso los escasos Tauros rubios, de
ojos y de tez clara, jamás darán la impresión de fragilidad, ni mental
ni de carácter.
Claro que no se puede esperar que todos los de este signo se parezcan a Ferdinando el toro o a la vaca Clarabella. Es verdad que generalmente son de cuerpo grande y generoso, que a veces no só1o es musculoso sino rechoncho y hasta gordo. Pero Si nos hacemos demasiado a esta imagen, no reconoceremos los Tauros flacos, y a ellos también es importante distinguirlos. ¿Qué harás, lector, cuando enciendas la televisión y en la última película de la noche te presenten algún Tauro como Bing Crosby, Fred Astaire o Gary Cooper? No te dejes engañar por ellos. Con toda la ligereza de pies que le da Piscis, y el vaporoso encanto de Géminis, Fred Astaire es un Tauro, de tierra, y eso no pueden cambiarlo las demás influencias planetarias de su carta natal. Pregúntaselo a su amigo el coreógrafo Hermes Pan, o a cualquier otro que esté próximo a esa leyenda danzante.
Intenta averiguar lo que cuesta
conseguir que sus ágiles pies vayan hacia donde él no quiere ir, o que
haga algo que no quiere hacer. Bing Crosby también es famoso por su
personalidad imperturbable, serena y campechana. (Probablemente el que
iba en el barco era uno de los hijos de Bing.) Y en cuanto a Gary
Cooper, fíjate otra vez en la estampa flaca y larguirucha del héroe de
tantas películas del Oeste. Sus pies dan la impresión de que crecieran
directamente del suelo, como si tuvieran raíces. Se mueve por la
pantalla del televisor con lenta deliberación, y el número total de
oraciones completas que el actor pronuncia en aquellos viejos westerns
apenas si llegará a una docena. ¿El actor? Pero si con el venerable
sistema hollywoodense de repartos, Gary Cooper siempre hizo unas
interpretaciones estupendas de Gary Cooper. Y, como sucede con muchos
otros Tauros que encontramos lejos del escenario y de las cámaras, las
escenas de amor de Gary Cooper nos muestran a una romántica muchacha que
llora: “Te amo locamente, apasionadamente. No puedo vivir sin ti. Eres
toda mi vida, amor mío. Dime que te importo. Dime que sientes lo mismo
que yo. ¿Me amas, de verdad?”. Y ¿qué respuesta obtiene la pobre chica
por semejante torrente de sentimientos? “Si”, (Pero puede ser
curiosamente satisfactoria.)
Tauro se siente intensamente
atraído por el sexo opuesto, pero entre sus costumbres no se cuenta la
de perseguir activamente ningún tipo de placeres. Prefiere atraer a la
gente hacia él. ¿Por qué ha de desperdiciar sus energías persiguiéndolos
por el campo? Con una pequeña excursión, a una granja y una sagaz
observación de las leyes de la naturaleza, quedará en claro la forma en
que se activan las emociones taurinas, tanto en cuestiones de amor como
de amistad. La pasividad es el comportamiento típico. Tauro prefiere
recibir hospitalariamente en su casa, antes que molestarse en ir de
visita. El esfuerzo que requiere alcanzar una popularidad centelleante
no está hecho para la naturaleza del Toro. Si lo quieren, pueden
llamarlo, que él estará. Si le arrojas el anzuelo de la camaradería o
del romance, él lo recogerá, si le interesa. Y además, sabrá que hacer
con él, lo que no siempre sucede con otros signos más gregarios.
Es raro que Tauro se preocupe,
se irrite o se coma las uñas. Es posible que si las cosas no van como él
quiere, cavile y ponga cara larga, pero no es del tipo nervioso e
inquieto. Estoico por naturaleza, se toma las cosas como vienen, y nada
es capaz de alterar esta inclinación fundamental.
Conozco un Tauro que es a la
vez abogado y funcionario contable, una doble carrera que para
cualquiera supone un esfuerzo considerable, especialmente cuando vencen
los plazos de impuestos. Admito que este Tauro se muerde un poco las
uñas. Está bien, se las muerde mucho. Habla mas rápido que yo (que hablo
bastante rápido) y hasta tiene un par de arrugas de preocupación en la
frente. Pero en su carta natal hay una fuerte influencia de Géminis a la
que se debe esa aceleración engañosa, y si uno mira por detrás del
torbellino de su dinámica imagen exterior, seguirá encontrándose con un
Tauro. Su cerebro es capaz de calcular con la rapidez del rayo, pero las
decisiones las toma con lentitud y cuidado. Sus acciones son
predecibles, su carácter fuerte, y podéis preguntarle a su esposa si se
deja persuadir cuando ella quiere convencerle de que se vista para
salir, una noche que él tiene ganas de quedarse en casa. Preguntad
también a sus clientes que intentan conseguir que cierre rápidamente un
trato. El Toro escucha con paciencia y de buen modo, pero los papeles no
se firman hasta que él no esté convencido de que la operación es buena.
Oh, vaya si es un Tauro, pese al ingenio y a la agilidad de Géminis. La
rapidez en la acción no se cuenta entre sus vicios. Tauro acomete con
lentitud, y esta no es una falsa inferencia.
Los nativos de Tauro son gente
hogareña. Es raro el Toro al que no le encanta regodearse bajo su propio
techo y relajarse en un ambiente cómodo y familiar. El cambio lo altera
(a menos que tenga la Luna o el ascendente en Géminis, Sagitario o
Acuario). Si el Tauro que conoces, lector, no es propietario de su casa,
no dudes de que piensa en serlo, y algún día lo conseguirá. Tauro es
terrestre y, de alguna manera o de otra, el amor de la tierra le tocará
algún día. Si no puede evitar vivir en un atestado edificio de
apartamentos, tendrá probablemente en la ventana una maceta llena de
geranios o de petunias.
Cuando el bullicioso estrépito de la ciudad ejerza sobre él demasiada presión, se irá decididamente con su caña de pescar en busca de un lugar pastoral y tranquilo. Que el mundo se ponga a girar con demasiada rapidez para él y amenace marearlo, y Tauro se irá simplemente a tomarse un descansito hasta que amaine. Si no tiene la escapatoria de la caña de pescar o de la maceta en la ventana, es posible que se dedique a los negocios inmobiliarios y que se ocupe de resolver los problemas de vivienda de otros, lo cual le permitirá de vez en cuando darse una vueltecita por los suburbios. Por remota que sea, siempre tiene una conexión con la tierra, que puede ser andar por los alrededores del hipódromo o dar su paseo de los domingos por un parque, embebiéndose del espectáculo y la fragancia de la naturaleza.
El Toro es sano y de
constitución fuerte. No es muy fácil ponerle de espaldas, pero cuando
cae en cama es posible que sea lento en recuperarse, debido en parte a
su obstinada negativa a obedecer a los médicos. Su inclinación natural a
evitar el optimismo tampoco favorece una recuperación rápida. Las zonas
susceptibles de infección y de accidentes son la garganta, el cuello,
las piernas, tobillos, órganos reproductores, espalda y columna
vertebral. Los resfriados le acarrean con frecuencia dolores de
garganta, y el exceso de peso producido por el legendario amor taurino
de la comida y la bebida, de la comida sobre todo, puede imponer un
esfuerzo excesivo al corazón y convertirse en causa de problemas
circulatorios, debilidad en los tobillos, venas varicosas y otras
dolencias crónicas. Otra posibilidad es la gota, pero sin embargo, si
evitan la obesidad, el letargo y las infecciones renales, la mayoría de
los nacidos en mayo pueden gozar de mejor salud que el resto de sus
semejantes. Digamos las cosas como son: si el Toro bebe en exceso o se
vuelve gordo y haragán, perderá su físico espléndido y su robusta salud.
Una de las principales causas de sus enfermedades es la falta de
ejercicio y de aire puro. Su organismo lo necesita siempre, por más que
su voluntad obstinada pueda negárselo.
Y ya que hablamos de
obstinación, digamos que de nada sirve decirle a Tauro que es obstinado
(u obstinada). Tal como el mismo se ve, el Toro no es nada terco. Es
paciente. Cuestión de semántica. Tampoco es cabeza dura, solamente firme
y sensato. Ni aunque en ello le fuera la vida podría entender por qué
la gente le juzga de manera tan injusta.
La verdad es que Tauro es todo
lo obstinado que puede serlo un ser humano sin llegar realmente a
convertirse en piedra. Parece que a los Tauros les hubieran encolado no
só1o a su asiento sino a sus opiniones. Un marido Tauro se negará a
acompañar a su mujer a la casa de una amiga si allí no hay sillas lo
bastante cómodas para que él se siente. Inútil que ella se lo ruegue: él
no irá. A su vez, la mujer Tauro que no aprueba a los amigotes de su
marido, simplemente no les habla. Así y todo, es verdad que los Toros
pueden hacer gala, con justicia, de la virtud de la paciencia. Más de
uno soporta, durante años y sin quejarse, cargas emocionales y físicas, y
cuantos más problemas se le juntan, más fuerzas encuentra Tauro para
afrontarlos. Su lealtad y devoción a la familia y a los amigos excede a
veces los límites de la comprensión. Son muchos los hombres y mujeres
Tauro que se merecen medallas de oro por su valor para soportar golpes
del destino que habrían derrumbado sin remedio a los nacidos bajo otros
signos. Espléndido. Estoy de acuerdo en que se le dé a Tauro una cinta
azul en reconocimiento de su fortaleza. Pero eso no cambia el hecho de
que es obstinado.
Muy pocas son las cosas que le quitan el apetito. Por lo común, el Toro puede comer cualquier cosa, desde pimientos fritos a tarta de chocolate con crema batida, pasando por nabos y entremeses, y todo en la misma comida, sin sufrir la menor indigestión. El rosbif y los bistecs suelen ser sus platos favoritos, y le encanta terminar con los restos. Si le sumamos alcohol, Tauro puede parecerse muchísimo al rey Enrique VIII de Inglaterra, regodeándose alegremente en un regio banquete. (Claro que un ascendente Virgo puede hacer que viva de zanahorias crudas y lechuga, acompañadas de zumo de ciruelas.)
Lo que hace cosquillas al
sentido del humor de Tauro son las comedias de bofetadas. Son muchos los
Toros a quienes se les escapa la sutileza de la sátira, pero se
desternillarán de risa cuando alguien se resbale con una cáscara de
plátano o reciba un flan en la cara. El humor de Tauro es terrenal y
cálido, juguetón en el estilo de Falstaff. Son personas que raras veces o
nunca se muestran realmente crueles o vengativas. Cosa extraña, es
frecuente que cuando Tauro es cruel, en su carta natal tenga muchos
planetas en Aries. No parece que los dos signos combinen bien en el
mismo horóscopo, y un buen ejemplo de ello lo constituye Hitler.
Y si pasamos al tema del
dinero... es raro que el Toro y su dinero se separen. No todos los Tauro
son millonarios, pero tampoco se encontrarán muchos que estén haciendo
cola para tomar la sopa boba. A Tauro le gusta levantar imperios
lentamente y con seguridad. Empieza con cimientos bien só1idos y poco a
poco va agregando un piso cada vez, hasta haber edificado un negocio
estable y consolidado una cuenta bancaria a fuerza de músculos. Lo
extraño es que a Tauro le gusta acumular poder, lo mismo que efectivo,
pero por el mero placer sensual de poseerlo, ya que frecuentemente
delega la acción en sus subordinados. Parece que só1o con saber que el
poder está ahí, junto con el dinero, la necesidad de seguridad de Tauro
queda satisfecha. ¿Por qué ha de tomarse el trabajo de ser él quien
maneje todos los hilos? Si para hacer eso están los Cáncer y los
Capricornio, mientras el Toro descabeza un sueñecito, aspira la
fragancia de una flor o mira pasar las chicas. A él le basta con que
todo el mundo sepa quien es el dueño de la pradera. Tarde o temprano,
Tauro llegará a tener dinero y, por lo general, dinero que le llega, se
le pega. Tauro valora sus billetes y sus propiedades tanto como valora
su familia, pero no es tacaño. El corazón y el bolsillo del Toro se
abren con generosidad para los verdaderos amigos que se encuentran en
verdaderas dificultades.
Lo que es grande le impresiona. Cuanto más grande es un edificio, mas imponente le parece, y si va al zoológico no se detendrá ante los monos, pero se quedará mirando fascinado al poderoso elefante. Tauro es capaz de hacer frente a animales enormes con un valor increíble, pero en cambio se asusta de los ratones. Un tigre suelto no conseguirá que al Toro se le mueva un pelo, pero una minúscula avispa puede hacerle trepar al árbol más próximo, presa de nervioso pánico.
Los cuadros bellos y las
grandes sinfonías le conmueven profundamente. No hay Tauro que no
conserve alguna prueba del venusino amor del arte y de la música, aunque
no sea más que un viejo disco de Caruso o una postal con la
reproducción de alguno de los primeros Van Goghs, metida bajo la
camiseta que usa cuando sale a pasear los fines de semana. Son muchos
los hombres y mujeres Tauro que tienen buena voz. Algunos son cantantes
profesionales, otros entonan sus gorjeos en la bañera, sumergidos en un
baño de espuma y sonando con una dorada seguridad. De una manera u otra,
la música estará siempre presente en la vida de Tauro, y el dibujo y la
pintura se convierten frecuentemente en pasatiempo o en profesión.
Al sensual nativo de este signo
le tranquiliza el color del cielo. Los matices del azul impregnan de
paz sus emociones, y lo mismo, aunque en menor grado, sucede con el rosa
y el salmón, pero nunca el rojo, como puede confirmarlo cualquier
matador. También los tonos verdes y castaños de la naturaleza le
resultan sedantes. Con el verde del papel moneda y una casa de piedra
castaña puede estar perfectamente satisfecho.
Aunque las ideas de Tauro son
siempre sensatas, también pueden brillar con la claridad y la hondura de
quince preciosos zafiros que se suman a seis clases de buena suerte, a
medida que doble su dinero bajo la benévola sonrisa de los dioses.
Nada es pequeño en Tauro, ni su
capacidad para el amor duradero ni su potencial para la riqueza. El
cobre, el metal del Toro, es excelente conductor del calor y de la
electricidad, y reluce con satinada belleza a lo largo de años de trajín
y uso. Que los excitables se apresuren por llegar, a codazos, a primera
fila. La tranquila naturaleza del Toro no necesita de antorchas que le
iluminen el camino hacia la seguridad que él busca. Algún día el éxito
le llegará, y él estará preparado. Como desde su lejanía Venus derrama
sobre él el amor del lujo, puede pagar caras sus posesiones y
atesorarlas durante toda la vida; sin embargo, es enemigo declarado del
derroche y de la extravagancia. Su hogar es su castillo... y que nadie
vaya a perturbar la paz del Toro. Tauro es paciente como el tiempo
mismo, hondo como la selva, dueño de una fuerza capaz de mover montañas.
Pero es cabeza dura.
PERSONALIDADES TAURO FAMOSAS
Fred Astaire, Honore de Balzac,
Lionel Barrymore, Irving Berlin, Johannes Brahms, Catalina la Grande,
Perry Como, Gary Cooper, Oliver Cromwell, Bing Crosby, Salvador Dali,
Stephen A. Douglas, Reina Isabel II, Luke Ellington, Ella Fitzgerald,
Henry Fonda, Margot Fonteyn, Sigmund Freud, Ulysses S. Grant, William R.
Hearst, Audrey Hepburn, Adolf Hitler, Henry J. Kaiser, Willie Mays,
Yehudi Menuhin, Vladimir Nabokov, Maximilien Robespi, Sugar Ray
Robinson, Bertrand Russell, William Shakespeare, Obispo Fulton Sheen,
Toots Shor, Kate Smith, Barbra Streisand, Shirley Temple, Harry S.
Truman, Orson Welles.
Ella Fitzgerald
EL HOMBRE TAURO
Vaya, si yo no diría nada
aunque me cayera de encima de la casa.
... Solo que sería mejor que
no te acercaras mucho
Generalmente, cuando me
excito de veras; ataco todo lo que veo.
Tal vez te imaginas al típico nativo de Tauro como un hombre práctico y callado, tan sensato y a ras de tierra como un par de zapatos viejos. Es verdad; así es. Quizás observes también que es lento para pasar a la acción, deliberado y cuidadoso. También es cierto. Y de todo ello deduces que, lógicamente, no es muy romántico. Decididamente falso.
¿De dónde has sacado la idea de
que puedes analizar la naturaleza de Tauro valiéndote únicamente de la
lógica? Probablemente de algún Libra que está tratando de impresionarte.
Pues se equivoca. La lógica no sirve de mucho cuando estás tratando de
resolver el enigma de un símbolo fuerte y masculino como el Toro, regido
por un planeta amoroso y pacífico como Venus. A ese nativo de Libra,
con su mentalidad despierta, dile que se vuelva a la biblioteca.
El toro puede tardar mucho
tiempo en decidir si te quiere como mujer. No será él quien se arroje
con un salto olímpico a la piscina del romance, para descubrir cuando ya
no está en el trampolín que alguien se olvidó de llenarla de agua. Pero
una vez que haya llegado a la decisión de que eres tú, y una vez que su
mira sea conquistarte, hará que el enamorado de Libra parezca un
aficionado. Puede incluso avergonzar al León flechado y al apasionado
Escorpio. Tu sensato, lento, práctico y decidido varón Tauro es capaz de
enviarte todos los días una rosa roja hasta que te rindas a su
asedio... para casarte, o para lo que fuere. Incluso puede escribir una
oda poética y enviártela tímidamente por correo, sin firmarla, seguro de
que tú sabrás quien la manda. Como enamorado, Tauro es tierno, suave y
protector. Su naturaleza sensual le hará sensible a tus perfumes
exóticos, a la tersura de tu piel y a la suavidad de tu pelo. Es posible
que no te lo diga directamente en florido lenguaje, pero encontrará la
forma de hacerte llegar el mensaje. En el Toro, el sentido del tacto es
una cosa tangible.
Este signo terrestre, fijo y
negativo, está lleno de contradicciones en amor. A Tauro le gustará
verte envuelta en pieles suntuosas y colores profundos. Puede llevarte
un fragante ramillete de violetas recién cortadas para tus pieles, y a
la ancianita que las vende le dejará una enorme propina en la cesta,
porque le recuerda a su madre. (Sin embargo, tú no le recordarás de
ninguna manera a su madre ni a su hermana, salvo a la hora de protegerte
de las miradas agresivas de otros Toros que pretendan pasar a la
acción.) La música removerá sus emociones y lo pondrá en estado de ánimo
más favorable al amor. Es casi seguro que tiene una canción favorita
que le hace acordarse de ti cada vez que la oye. Es la que siempre
selecciona cuando echa una moneda en el tocadiscos automático.
Si necesitas mas pruebas de lo
romántica que es su alma, el hombre típico de este signo te ayudará a
formar tu ajuar con regalos de cumpleaños de porcelana y platería, y
para Navidad creerás que es el propio Santa Claus cuando le veas llegar
cargado de paquetes misteriosos y chucherías sentimentales. Es de los
que sugieren nadar a la luz de la luna, ir de picnic a un bosque fresco y
tranquilo, y caminar bajo las estrellas por una senda campestre. La
suya será la tarjeta más grande, mejor decorada y más elocuente que te
traiga el cartero para fin de año. Cuando un hombre Tauro te corteja lo
hace de verdad. Lo más probable es que te lleve a cenar a restaurantes
sensacionales, con violines y luz difusa, y que jamás se olvide del día
en que os conocisteis o de cualquier otro aniversario de los dos. Dime,
por favor, ¿es que te hace falta mas romance?
Es totalmente cierto que el
Toro no es un soñador desaforado como el varón de Acuario. Tauro no te
levantará en el aire como haría Leo, ni te prometerá llevarte en una
nube rosada a vivir con él en un castillo, durante toda la eternidad y
un día, como Aries. Lo más probable es que algún sábado por la noche
llegue, a pie, con los planos de la casa que piensa construir para ti,
de manera auténtica y que pagará con verdadero efectivo. Es probable que
ya haya pagado la entrada inicial de la compra del terreno, o por lo
menos del apartamento, antes de que os hayáis comprometido. Este hombre
se lo toma en serio. Cuando el Toro te levante en brazos para pasar el
umbral y te deposite firmemente en su casa, que no se parecerá ni
remotamente a un castillo, puedes estar segura de que la hipoteca está
en la caja de seguridad del banco. Y realmente, eso no puede ser motivo
de queja. Cuando ya te encuentres envuelta en la suave manta de
seguridad del Toro, abrigada y cómoda, te preguntarás para qué diablos
querías esas nubes rosadas. Estarás demasiado ocupada en disfrutar de
tus muebles nuevos y de tu flamante cuenta bancaria (o de la certidumbre
de tenerla muy en breve) para llorar por esos sueños nebulosos que, de
todas maneras, probablemente no se habrían realizado. Todo esto, claro,
si eres una mujer que aprecia los valores só1idos. El problema es que no
todas las mujeres son así, pero las chicas sensatas, de 19 a 80 años,
aprecian el comportamiento pacífico y campechano del Toro y su
naturaleza estable y tranquila. Sus gestos sentimentales, su galanteo
práctico y grato pueden ser tan satisfactorios como los poéticos
suspiros de un amante más pintoresco o como los osados arrebatos de un
Don Juan... y a veces mucho más. Pregúntale a cualquier mujer que haya
tenido la sensatez suficiente para hacerse amar de un Toro, recio y
firme.
Tauro planea cuidadosamente
para el mañana. Así como las ardillas guardan nueces en verano, cuando
abundan, para que no les falten en el frío y estéril invierno, tampoco
los placeres temporales de una tarde soleada distraerán a Tauro, que
siempre estará preparado para el día en que la basura se amontone sin
que él pueda apartarla. Y, cosa curiosa, los maridos que pueden
permitirse el derroche económico de ir con su mujer a Florida en enero, o
enviarla allí para las vacaciones de invierno, suelen haber nacido en
mayo.
Naturalmente, una escapada
romántica con Tauro tiene sus desventajas... no todo es vino y rosas.
Para empezar, tendrás que acentuar tus actitudes más femeninas. Ningún
Tauro aguantará a una mujer gritona y masculina, que haga restallar el
látigo como un domador. Si tienes opiniones bien definidas, no se las
impongas ni te jactes de ellas en público. En privado, Tauro respeta a
la mujer inteligente (aunque para él tiene más valor el simple sentido
común), pero será mejor que permitas que él sea el más brillante de los
dos cuando salgáis a bailar juntos... e incluso si no hacéis más que
estar sentados en un restaurante. Si te jactas de mujer emancipada en
presencia de sus amigos, puedes esperar una de dos reacciones. Si es un
Toro de los primitivos (y te sorprendería saber cuantos hay), lo mas
probable es que te de un empujón y te zarandee, y hasta una buena
palmada en el lugar adecuado cuando lleguéis a casa... o incluso antes
de haber llegado. Si es del tipo mas sofisticado, simplemente se cerrará
como una ostra delante de todo el mundo y se quedará como un gran trozo
de piedra, sin volver a decir palabra durante el resto de la noche,
hasta que tú te sientas tan incómoda que desees que la tierra te trague.
También los amigos estarán incómodos. Una situación así puede llegar a
estropear una velada, eso sin contar cómo te corta la inspiración.
Tu primer impulso será tratar
de arreglar las cosas, pero el intento de sacar a Tauro de su
obstinación antes de que esta haya seguido su curso es literalmente
inútil; es como empeñarse en mover el peñón de Gibraltar. Si pretendes
burlarte un poco de él para conseguir que adopte de nuevo un
comportamiento social normal, es posible que termines pensando que ojala
le hubieras dejado con su enfado. Un gran trozo de piedra es
infinitamente más aceptable que la reacción de Tauro ante quien procura
engatusarlo después de haberle fastidiado. Si insistes demasiado, de
esfinge silenciosa se transformará en toro bramante, capaz de decir
algunas cosas en lenguaje muy prosaico y hacer que tus mejillas se te
pongan más rojas aun. Eso, o si no, dirigirse con toda calma al grupo:
“Les ruego que me disculpen, pero tengo que llevarme a casa a la
charlatana de mi mujer y enseñarle un par de cosas”. Después de eso, te
pasarás semanas escondiéndote de todo el mundo. Y todo porque mientras
el mantenía hipnotizado al grupo con su opinión sobre la situaci6n
política, a ti se te ocurrió decir algo así como: “Ay, cariño, no seas
ingenuo. Si todo el mundo sabe que a Fulano cualquiera le soborna. Con
sus antecedentes, nadie le votaría ni siquiera para presidente del
sindicato de vendedores de helados en la playa, y menos para diputado.
No sabes lo que dices”. En ese momento es cuando él clava los talones,
se cruza de brazos sobre el pecho musculoso y empieza a poner cara
larga, o a partirte la cabeza, lo que sea. Si ves que él busca su
abrigo, es mejor que tú también te pongas el tuyo. Es raro que un Tauro
deje a su mujer sola y desprotegida entre los lobos, por muy intenso que
sea su enfado. Se la lleva consigo, por los pelos si es necesario, de
manera que no te hagas a la idea de quedarte para disfrutar de la
comprensión de los demás.
Cuando él se vaya, te vas tú. Y
permíteme que te aconseje que te disculpes antes de llegar a casa,
porque él no lo hará. Refugiarte en brazos de mamá tampoco te servirá de
nada. Comparte con él la mesa y la cama, en tanto que él pague el
alquiler. La interferencia de la suegra es lo último que está dispuesto a
aceptar un Tauro. La primera vez que intentes el recurso de “irte a
casa de mamá” será probablemente la última. Después de haberlo visto
furioso una vez, tus padres preferirán echar llave a la puerta y dejar
que resuelvas sola tus propios problemas.
Conozco a un Tauro, casado con
una mujer agresiva, que encontró una solución muy especial. Simplemente,
se niega a aparecer con ella en público. La fuerza irresistible de ella
se encontró con un objeto imposible de mover: él. La mujer puede salir y
despojar de su masculinidad a todos los hombres que quiera, pero no a
Tauro, el Toro. Él tiene gran afecto por su pareja, y en muchos sentidos
sus relaciones son excelentes, se respetan muchísimo el uno al otro,
pero si ella no aprende a ser sumisa, callarse la boca y dejar que el
hombre sea él, tendrá que ir sola a fiestas, reuniones y teatros. Su
marido se ha negado a acompañarla desde la vez que con otras parejas
fueron a cenar a un lugar elegante. Ella se apoderó del menú y encargó
la cena para todos. Durante el primer plato hizo comentarios imprudentes
sobre la corbata y el corte de pelo de su marido, y a los postres le
interrumpió varias veces mientras contaba chistes. Ahora tiene que ir
sola a cualquier ocasión social porque su compañero se niega a moverse
de casa. En realidad, no se le puede culpar. No hace más que mantenerse
fiel a su signo solar. Y aun en este caso, el matrimonio sigue siendo
só1ido; pero no siempre se tiene tanta suerte, de manera que mas vale
que no hostigues demasiado a tu Tauro.
Es sumamente paciente, pero no se dejará poner un anillo en la nariz. Tampoco le gusta sentirse ahogado por una enredadera. El Toro es demasiado práctico, y ama demasiado su libertad, para estar bien con una mujer que se le pegue como un sello y de un grito cuando se le cae un pañuelo. No tiene inconveniente en que su compañera tenga cierto fuego y temperamento; eso le atrae y equilibra su propia madurez. Con una leve sonrisa divertida, Tauro la observará mientras ella se escabulle alegremente, de manera típicamente femenina, como se miraría a un gatito mimado que juega con un ovillo de hilo de brillantes colores. Pero el gatito sabe que cuando el Toro le da un buen tirón al hilo, hay que dejarse de juegos y bromas para escuchar la voz del amo. Nadie puede ser más bondadoso, gentil y tolerante que Tauro, cuando siente segura su masculinidad. Es capaz de hacer cualquier cosa en el mundo por la mujer que ama, salvo dejar que ella lleve los pantalones. A veces, Tauro puede conducirse como un torpe oso de circo, y su humor suele ser basto y ridículo. Pero cuando la fiesta termine, el Toro no seguirá haciendo el papel de bufón.
Le gustan los estudios de
mercado, y es raro que se meta atropelladamente en un galanteo serio. Es
posible que la chica a quien invita al cine todos los sábados por la
noche, desde hace un año, se pregunte intrigada cuando ira la cosa en
serio. Tauro necesita tiempo para que en su caldera se forme el vapor
suficiente para que la máquina funcione a toda velocidad, pero una vez
que ha puesto sus miras en una mujer determinada, no se desvía de su
camino. Hasta es posible que olvide su sensatez y su cautela. El varón
típico de Tauro es ciego para cualquier advertencia de incompatibilidad
cuando ha sido alcanzado por la flecha de Cupido. Cuanto mas se empeñen
sus amigos en señalarle posibles obstáculos, mas obstinado se
mostrará... y ya sabemos lo que puede suponer ese “mas”. Por
consiguiente, suele suceder que Tauro cometa el error de enredarse con
signos de aire y de fuego, cuando en la mayoría de los casos se lleva
mejor con los de tierra y de agua. A veces, la combinación resulta
beneficiosa. Los opuestos pueden atraerse y seguir atrayéndose. Pero
cuando no sucede así, Tauro necesitará mucho tiempo para superar las
cicatrices de un divorcio antes de que esté dispuesto a empezar de nuevo
con una mujer que armonice mejor con su propia disposición y con su
manera de ver.
Las perspectivas financieras
con un hombre de Tauro son por lo general excelentes; un cuadro en tonos
rosados. Pocos Tarros dejarán de alcanzar, si no la riqueza, la
seguridad por lo menos. Hay entre ellos quienes juegan al juego del
Monopolio con dinero de verdad, y ganan. El Toro consigue con igual
facilidad bienes raíces y dinero efectivo.
Es probable que adore el campo,
el fútbol, la pesca y el camping. En todo caso, le gustarán las flores,
la jardinería y los largos paseos a pie. Prefiere leer libros sobre los
valientes héroes de antaño, o las biografías de los constructores de
imperios, antes que novelas rebuscadas o profundos tratados filosóficos.
La mayoría de los Tarros se suscriben a varias revistas para hombres,
algunas terrenales y prácticas, otras que le ofrezcan arrobadoras
imágenes femeninas.
Es hombre de la cabeza a los
pies, de modo que jamás le ofrezcas esos pulcros sándwiches de miga con
el pan descortezado. A Tauro le gusta la buena cocina casera, a la
antigua, con muchas patatas y salsa, y el pastel de manzanas como el que
solía hacer mamá. Cómprate un buen libro de cocina, aunque él también
estará dispuesto a llevarte con frecuencia a cenar afuera. Un Tauro
típico no espera que su mujer sea esclava de la cocina (aunque pueda
llenarte de ollas y cazos cuando los domingos juega a cocinero y espera
que tú laves los platos).
Como padre, el Toro es
perfecto. Aunque piense que es importante tener un varón que perpetúe el
apellido, será especialmente tierno con las niñas. El padre Tauro es
cariñoso, cálido y tierno. Tauro impondrá elevadas normas a sus hijos y
esperará que sepan respetar la propiedad y las posesiones. Es un padre
paciente, a quien no le importará que los niños sean lentos para
aprender las lecciones, con tal que las aprendan bien. Está convencido
de que a las mentes jóvenes hay que llevarlas lentamente hasta la
madurez. Tal vez encuentras que pone demasiado el acento en las cosas
materiales, y que cubre a los niños de regalos caros, que ellos no saben
valorar. Pero también los cubrirá con su tiempo y su dedicación, y
cuando sea necesaria no faltará su mano firme para la disciplina. En
general, vivir con papá Tauro puede ser una grata experiencia, llena de
amor (salvo en las raras ocasiones en que el Toro carga ciegamente,
lleno de furia, y toda la familia corre a esconderse detrás del piano).
El marido típico de Tauro es
generoso hasta el exceso con su mujer. No te privará de buenas ropas,
perfumes y chucherías; tendrás muebles elegantes, pero prácticos, y la
despensa siempre llena. Es raro que el Toro ahorre en muebles, ropa o
comida, pero tampoco el dinero le hará agujeros en los bolsillos (salvo
que en su carta natal haya aspectos impulsivos en lo financiero). Le
gusta el lujo, pero no está menos enamorado del dinero, y tomará medidas
para que el suyo sirva para comprar algo más que las palabras de un
vendedor.
Es un hombre que trabaja mucho y
necesita mucho descanso. Ocúpate de que no le falte, porque cuando está
cansado y no se siente bien, puede convertirse en un gruñón
insoportable. Jamás le fastidies ni le acuses de dejadez, porque sería
como agitarle una bandera roja en la cara. É1 vive la vida a su propio
ritmo, que es tranquilo, y no se deja urgir ni llevar por delante. Su
velocímetro no registra más que una velocidad: moderada. Los intentos de
hacerle girar alegremente en el tiovivo de una continua actividad
social están condenados al fracaso. Al Toro le gusta recibir en su
propia casa, pero prefiere unas pocas personas de intereses afines y no
una multitud. Invita a los viejos amigos, o a los que tengan metas y
ambiciones importantes, y se mostrará cordial y hospitalario. Si
insistes en abarrotar su casa de tipos frívolos y sin nada en la cabeza,
es posible que simplemente desaparezca de la escena... a veces para
siempre.
Cómprale una de esas tumbonas
en la que pueda recostarse cómodamente. Nada de ruidos fuertes, radios
ni televisores vociferantes, por favor. Que tu casa esté llena de
música, belleza y paz. Recuerda que los pantalones le van a él mejor que
a ti.
Si eres su mujer, no podrás
pedir hombre mejor. Nadie te tratará jamás con tan graciosa
consideración, y por eso, realmente merece ser respetado. El amor de
Tauro es simple, llano y sincero. Su naturaleza afectuosa y la atención
con que te halagará harán que te sientas segura de ser amada, pese a
todos tus defectos y fallos que otros hombres criticarían sin cesar.
Tauro ofrece una lealtad y una dedicación perdurables, con un corazón
fiel; y todo eso significa seguridad afectiva. Si a eso se une la
seguridad financiera y el espíritu romántico, no tienes nada más que
pedir. Estamos de acuerdo en que es obstinado, pero no olvides que la
obstinación, según como se la mire, es paciencia, y la paciencia es una
virtud rara.
Compra una buena manta, peluda y
esponjosa (Tauro adora las cosas que son suaves al tacto), arrópalo con
ella cuando se siente en su sillón y léele la información de la Bolsa.
Procura que no le falte su baño caliente con sales perfumadas y mucho
jabón de su fragancia preferida. Sírvele un buen plato de copos de
avena, y estarás segura de que tienes a tu lado a un hombre fuerte y
dulce, que te protegerá de todas las tormentas. Satisfacción, se llama
eso. ¿No te parece agradable? Afuera, la escarcha -la nieve cegadora, la
furia sombría de la tormenta de viento-, adentro, el rojizo resplandor
del fuego y los niños en su nido de alegría.
LA MUJER TAURO
Afuera,
la escarcha- la nieve cegadora, la furia sombría de la tormenta de
viento -, adentro, el rojizo resplandor del fuego y los niños en su nido
de alegría.
Recuerdo una conversación que tuve una vez con una escritora cuya madre había nacido en mayo. Mientras hablábamos de los hábitos y del carácter de sus padres, la muchacha comentó que “Mamá era una mujer alta”. “Pues entonces tú debes haber salido a tu padre”, señalé, ya que la chica era de estatura mediana. Sonrió. Y jamás me olvidaré de lo que dijo. “No me refería a la estatura física. Mamá era mas baja que yo. Yo hablaba del alma”. La muchacha era Piscis, el signo que ve más hacia dentro.
Tenía razón. Una mujer Tauro es
una mujer alta. Aunque no llegue a medir un metro y medio, puede
alcanzar la altura suficiente para hacer frente a casi cualquier
emergencia en la que pueda situarla la vida. En muchos sentidos, la
mujer Tauro es la sal de la tierra, una combinación de las más preciosas
cualidades que todos los hombres buscan, y que rara vez encuentran. Es
capaz de exhibir un genio violento que llevará a un fuerte varón a
refugiarse corriendo en los bosques (o por lo menos debajo de la mesa),
pero no se entregará a un acceso de cólera si no la provocan. Por lo
general, si nadie la atormenta mas de lo que puede soportar un ser
humano, o si el destino no le da una mano realmente muy mal barajada,
será capaz de jugar con limpieza la partida de la vida, con admirable
serenidad. Su candor y su sinceridad básica no conocen la dilución de
las lágrimas ni otras tretas femeninas parecidas. La muchacha Tauro
aventaja en valor moral y emocional a más de un recio varón, pero tiene
suficiente confianza en su sexo para dejar que el jefe seas tú, si eso
te gusta. Si tú no te haces cargo, es posible que tome las riendas y sea
ella quien se encargue de dirigir las cosas, aunque preferiría que
fuera al revés. Lo que busca es un hombre de cuerpo entero, porque sabe
que ella es una auténtica mujer, y está orgullosa de serlo. Para ella,
ser mujer no significa necesariamente ser una coqueta incorregible, una
cabeza hueca o una gatita que se finge débil para salirse con la suya.
No tardarás mucho en darte cuenta de que tiene su propia opinión, y de
que es lo bastante fuerte como para no necesitar ponerse fastidiosa para
conseguir su objetivo.
Generalmente, la mujer Tauro
encierra en sí el autodominio suficiente para sujetar un tiro de
caballos (lo que da justa idea de la fuerza oculta de su voluntad), si
decide ejercitarlo. Y esperamos que así sea. Con ascendente en Aries,
Leo o la Luna puede esperarse de ella alguna que otra crueldad o
frecuentes tormentas emocionales, y con fuertes influencias de Piscis o
de Géminis en su carta natal es posible que sea mas inquieta e indecisa,
pero la típica mujer Tauro practica el dominio de sí en todos los
ámbitos de la vida y casi continuamente. Y es bueno que eso ocurra,
porque su exterior normalmente plácido oculta una naturaleza sensual que
vale la pena investigar un poco.
Los hombres aprecian siempre su
generosa tendencia a tomar a la gente como es, sin reticencias. Se
siente tan cómoda con un hombre de ciencia que venga de estudiar las
moscas tse tse en el Congo como con el tragaespadas del circo. Los dos
hacen aquello para lo que nacieron, ninguno de los dos es un impostor, y
eso es lo que a ella le interesa. Sus mejores amigos pueden ser
criaturas espeluznantes arrancadas directamente del mundo de
Toulouse-Lautrec, o pueden ser cuadros de Norman Rockwell que han
cobrado vida. Pero siempre se tratará de seres reales, no maniquíes ni
estatuas. Cuando tropieza con alguien que le disgusta, la mujer Tauro no
inicia una campaña para destruirlo, ni enfrenta o desafía sus ideales y
sus motivos. Lo evita, simplemente. Con sus enemigos puede mostrar una
helada indiferencia, pero si tú te cuentas entre sus amigos, te será
leal a través de todas las vicisitudes. Su decisión de serte fiel hará
que la amistad entre Damon y Pitias parezca una relación circunstancial.
Puedes conducir un Maxwell,
subir al mástil de la bandera, descuidar totalmente tu aspecto o ponerte
flores en el pelo, si eres su amigo, de alguna manera ella justificará
tus acciones. Hay un pequeño detalle, claro: ella espera tercamente de
la otra persona su misma fidelidad ciega y su invariable lealtad. Y si a
cambio de la suya no le ofreces una devoción total, puede enfurruñarse
en un rincón como una triste nube gris de resentimiento acumulado.
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No confundas eso con los celos,
sin embargo. La mujer Tauro normal acepta el masculino deporte de mirar
a las muchachas. A diferencia de las mujeres Leo o Aries, Tauro no se
pondrá roja de furia cada vez que tú admires abiertamente a una chica
bonita. Para encender su cólera hace falta algo más que un simple
flirteo o un beso de despedida en la mejilla de una buena amiga. Si
sobrepasas los límites de su idea de lo que es jugar limpio, puede
llegar a ser temible, pero la línea está trazada con cierta generosidad.
Realmente, tendrá que sentirse muy acorralada para que estalle con la
furia típica del Toro.
Está bien, puedes hacerle un
guiño a esa cajera tan bonita, pero no pongas demasiado a prueba la
paciencia de tu chica Tauro. Por inagotable que parezca, tiene sus
límites, y si nunca la has visto enfurecida, mejor déjalo así.
Tauro no es una mujer dominada
por objetivos estrictamente mentales, sin que eso quiera decir que no
sea inteligente y despierta. En cuanto a seso, está a la altura de los
hombres y de las mujeres más dotadas, pero no le preocupa demasiado
entender la teoría de la relatividad ni complacerse en abstracciones.
Los títulos universitarios múltiples no la fascinan ni la impresionan;
uno es suficiente para ganarse su respeto. Una mentalidad práctica, el
sentido común y la capacidad de entender lo fundamental de cualquier
tema son lo esencial en ella. Pero la típica muchacha Tauro no es una
intelectual que se divierta leyendo a los filósofos, y las ideologías
intrincadas no son su fuerte. Su pensamiento es práctico y sólido, sin
adornos ni demostraciones de calistenia mental. Tiene los pies bien
plantados en la tierra, y en sus firmes talones no hay el menor indicio
de que puedan asomar alas. Es raro que las mujeres Tauro sean inquietas;
no pierden ni la cabeza ni el equilibrio.
Normalmente, la perspectiva
taurina es recta y segura, sin deformaciones ni distorsiones (aunque la
Luna en Géminis puede provocar en ella algunos remolinos).
Es una criatura estrictamente
física, lo que a ti te interesará indudablemente, pero para interesarle a
ella, un objeto o una idea tiene que actuar sobre sus afinadísimos
sentidos. Tauro se desentiende por completo de cosas que son “buenas
para ella”, que “todo el mundo hace” o que la “estimularán mentalmente”.
Si acudes a ese tipo de persuasión la harás bostezar. Para que
reaccione con auténtico interés, ella tiene que encontrar alguna
satisfacción sensual en todo lo que hace.
Es raro encontrar a una mujer
Tauro acomodando en un jarrón unas cuantas flores artificiales. Para
ella las flores deben ser reales y tener su propia textura o fragancia.
En primavera y en otoño recogerá enormes ramos de retama y dulcamara, y
en verano llenará la casa de grandes dalias y crisantemos. Su perfume
será por lo común exótico y persistente, aunque algunas Tauro se
inclinan en sentido opuesto y prefieren la fragancia de un cutis y un
cabello limpios hasta la exageración. A las muchachas de este signo les
conmueven indudablemente las sábanas recién lavadas e impregnadas del
suave olor del sol, o el aroma delicioso del pan que se cuece en el
horno. Les levanta el ánimo el olor del diario de la mañana, la
emanación embriagadora de la hierba recién cortada después de una lluvia
de primavera, la de una vela de cera al arder o el humo que se eleva de
una pila de hojas otoñales. Que esto te sirva de advertencia para usar
una buena marca de loción para afeitar, frotarse detrás de las orejas
con un trozo de periódico húmedo, meterte una hoja medio quemada bajo la
solapa y conectar el sistema de riego antes de darle el beso de las
buenas noches. Los olores desagradables la afectan con la misma
intensidad, aunque en sentido opuesto. No es una chica a quien le
gustaría tener en su casa un zorrino, aunque lo hubieran desodorizado.
No la lleves a comer pescado frito sin llevar contigo un aromatizador de
ambientes. El problema está en el olor de la fritura; la fragancia del
pescado fresco recién sacado del agua es otra cosa: es natural. Tampoco
un establo ofenderá sus delicadas narices. Otra vez, Madre Natura. Si
quieres que tu cortejo termine en un éxito olfatorio, tendrás que hacer
una lista minuciosa.
También los colores exaltan sus
sentidos, cuanto más intensos mejor. Todos los matices del azul te
ayudarán a debilitar su resistencia, al igual que el rojo y el rosado.
Cuando la vayas a visitar, ponte una corbata azul y una camisa de color
rosado fuerte, pero no al mismo tiempo. Recuerda que Tauro también tiene
el instinto de la armonía, y no querrás parecer un jardín de infancia
mixto.
En la comida exigirá el sabor justo, y generalmente será generosa con los condimentos (a no ser que tenga ascendente en Virgo o en Capricornio). No te olvides de llevarla a lugares donde haya excelentes cocineros, porque una magra hamburguesa y una inexpresiva sopa de guisantes la dejarán emocionalmente fría. Si tienes suerte, será ella quien te invite a comer algo preparado en casa, y lo más probable será que le hayas pedido su mano antes del postre. Cuando una chica de este signo se ata el delantal, no es para preparar tostadas con canela. Siempre será buena idea, si vas a visitarla, ir con el estómago vacío. La Tauro típica puede conquistarte cocinando, y su cocina es una verdadera trampa para cazar hombres.
Los sonidos armoniosos y los
efectos visuales bellos la atraen como un imán. La mayoría de las Tauro
tienen notable talento para la música y el arte o saben apreciarlos, en
todo caso. Es posible que sean muy buenos los dibujitos que hace
distraídamente mientras habla por teléfono. Si la invitas a salir, los
conciertos y las exposiciones son muy buena idea, y para una luna de
miel piensa en las cataratas del Niágara o en el Gran Cañón del
Colorado. La majestuosidad de la naturaleza la dejará arrobada.
Si el Niágara resulta demasiado
caro, entonces llévala a un parque de diversiones. Probablemente, le
encantará andar en la rueda giratoria, sintiendo el viento en las
mejillas y escuchando la música del organillo. (La montaña rusa les
llamará la atención a sus hermanas de Aries y de Géminis.) Es rara la
mujer Tauro que nunca haya estado en una granja ni viajado por el país
como autostopista, y a quien no le guste montar a caballo e ir de pesca.
Con toda su sensualidad, la mujer Tauro tiene en el fondo de su corazón
una vena retozona. La tierra la atrae con su llamada seductora, y ella
responde echando los brazos al cuello de Madre Natura, con auténtico
arrebato. Si quieres que con la misma autenticidad te abrace a ti,
procura no poner música estridente, no comer ajo sin hacer gárgaras
después y no vestir con colores disonantes.
Por último, está el sentido del
tacto. Las mujeres Tauro son de las que se quejan de que tu pullover
“raspa”; su tacto no resulta “grato”. Son poco menos que capaces de
decir el color de una tela, acariciándola con los ojos cerrados. Los
tejidos que usen serán suaves y agradables al tacto, nunca irritantes, y
lo más probable es que Tauro se vista con sencillez y buen gusto.
Su naturaleza sensual tal vez
no llegue al punto de usar ropa interior de encajes y vestidos
rebuscados (a no ser que haya un ascendente en Leo o Piscis, o
influencia lunar). Prefiere la ropa sencilla y deportiva, los conjuntos
caros pero sin exceso de adornos y detalles, y en el vestir persigue
ante todo la comodidad; también en las tiendas prevalece su sentido
práctico. Si en su carta natal es fuerte la influencia de Acuario, es
posible que alguna vez se chifle un poco por los trapos, pero incluso en
esas ocasiones lo que elija servirá a algún propósito utilitario.
A medida que la conozcas mejor,
te darás cuenta de que esta muchacha puede ser una torre de fuerza.
Rara vez se muestra exigente, salvo en lo que se refiere a lealtad, y su
disposición es generalmente estable, terrenal y agradable. A la gente
le encantan sus modales fáciles y directos; Tauro es tan calmante como
un baño templado. Y probablemente a ella le gusten los baños templados,
con montones de aceites, lociones y burbujas. Es frecuente que el cuarto
de baño de una mujer Tauro parezca el apartamento privado de Cleopatra,
y uno puede esperar ver aparecer un esclavo con un abanico de hojas de
palmera.
Tal vez tengas que aprender por
dura experiencia que a una mujer de este signo no le gusta que la
contradigan, especialmente en público; pero eso puedes evitárselo
teniendo presente las características de su signo solar. Recuerda que le
gusta hacer las cosas con lentitud. Si la urges o la presionas se
irritará, y no es prudente hacer irritar a una mujer Tauro. Su tiempo
puede ir desde lento a deliberado y persistente; es raro que se muestre
impulsiva, pero si la pinchas puede llegar a ser violenta.
La maternidad le sienta a las mil maravillas. Se adecua armoniosamente a su disposición serena y combina a la perfección con lo bovino de su naturaleza. Tauro es tierna con los bebés y adora a los chiquillos, pero a medida que crecen, tiende a mostrarse demasiado estricta y exigente con los niños. En las mujeres Tauro hay una vena de inflexible terquedad que hace que les resulte difícil aceptar los múltiples y confusos cambios de la adolescencia. La madre Tauro se enoja cuando no se respeta su disciplina. No aguanta desobediencias ni desafíos, que despiertan toda la furia del Toro. También se le hace difícil tolerar la ociosidad o el desaliño, de modo que lo más probable es que los chicos aprendan a mantener la pulcritud en su cuarto.
El amor de este signo por la
belleza y la armonía impide que los nativos acepten con calma la falta
de esmero y la dejadez.
Hijos desordenados y casa
desarreglada pueden hacer que la madre Tauro lo vea todo rojo. Fuera de
estas peculiaridades, será probablemente buena madre y, con los años,
sus hijos encontrarán en ella más bien una amiga que una imagen materna.
La mayoría de los retoños de una mujer de mayo la recuerdan como una
madre cálida y maternal durante sus años de infancia, y una compañera
con gran sentido del humor con el correr del tiempo. Los años
intermedios, aquellos en que la impaciencia juvenil choca con la firme
determinación del Toro, pueden dejar algunos recuerdos desagradables.
Pero la madre Tauro defenderá leal y valientemente a sus hijos de los
peligros externos y les enseñará a imitar su propia honradez y valentía.
Las mujeres Tauro jamás son
remilgadas. Es raro verlas llorar o quejarse. Son las mujeres que sin
decir palabra se ponen a trabajar hasta que el marido termine sus
estudios de medicina o toman un trabajo para hacer en casa si la familia
pasa temporalmente por una crisis financiera. Pese a la lenta
deliberación de sus movimientos y a su frecuente necesidad de descanso,
las mujeres Tauro no tienen nada de holgazanas; trabajan con empeño. Son
capaces de treparse a una escalera para rascar o pintar las paredes con
la fuerza de un hombre, pero necesitan de una siesta por las tardes,
para recuperar fuerzas. Tauro marcha orgullosamente junto a su hombre, y
es raro que intente dejarlo atrás o cobijarse en su sombra. Más de una
mujer Tauro ayuda en sus estudios a su marido, si él está siguiendo
cursos especiales en su carrera profesional, o le pasa a máquina la
correspondencia comercial que él trae de su despacho. En estas cosas, es
una compañera excelente. Las Tauro jamás esperan que las mantengan sin
aportar algo, y se sienten muy mal con un hombre que a su vez no aporte,
aunque tratan de soportar la situación del mejor modo posible. A las
mujeres Tauro les disgustan todas las formas de debilidad.
Su impasibilidad ante el dolor o el estrés emocional es casi milagrosa, y en ocasiones supera incluso a la de la mujer Escorpio. Recuerdo una escena que presencie una vez en un hospital. A una mujer Tauro la llevaban al quirófano para una intervención, grave hasta el punto de que sus posibilidades de sobrevivir a la operación eran muy pequeñas, y ella lo sabía. Era un riesgo calculado. Mientras el marido miraba como la ponían en la camilla de ruedas en que la llevarían hasta la sala de operaciones, ella se dio cuenta de que tenía los ojos llenos de lágrimas, pero no hizo el menor comentario. En cambio, empezó a hacer bromas, hasta conseguir que las enfermeras, e incluso el médico, sonrieran. Lo último que le oyó decir su familia mientras los enfermeros procuraban entrar la camilla en el ascensor fue algo típico de Tauro. En vez de dirigir a sus seres amados una patética mirada de despedida, se apoyó en un codo para decir enérgicamente a los enfermeros: “Antes de volver a ponerme sobre este armatoste, consigan un poco de aceite para engrasar las condenadas ruedas”. Una mujer Tauro jamás deja que los sentimientos anulen su sentido práctico.
Quien se case con una mujer
nacida en mayo no se casa con un bebé llorón ni con una buscadora de
oro. Tauro espera que él se ocupe de ella y administre con sensatez la
economía de la familia. Y cuando se trata de muebles y de comida, espera
la mejor calidad, pero también está alerta a las gangas y es capaz de
esperar para tener los lujos que anhela.
Dado su instinto de
estabilidad, no le resulta atractiva una fortuna rápida y sin cimientos
firmes. Prefiere ver que construyes cuidadosamente, de cara al futuro.
Para ella es importante producir buena impresión, y son muchas las Tauro
que respaldan al marido en su búsqueda de seguridad, invitando a cenar a
gente influyente. Una esposa Tauro es el espíritu de la hospitalidad.
Es de las que se quedan en vela
noche tras noche, cuidando a un niño enfermo, y ruegan por su salud con
una fe sólida como una roca, y de las que tiernamente pueden devolver
la esperanza a un hombre a quien el mundo ha golpeado, infundiéndole
confianza con su propia intrepidez. Es tan confiable y predecible como
un reloj de pie, tan capaz de arreglar una tubería rota o de cambiar un
fusible quemado como de hornear un pastel de cerezas o coser un botón.
En su corazón hay siempre lugar suficiente y amor bastante para acoger
en su hogar a amigos y extraños, y su casa será un puerto para quien
acaba de salir de una tormenta. Como decía mi amiga, las Tauro
son”mujeres altas”.
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El NIÑO TAURO
De nada servirá que bajen la
cabeza, diciendo... "Ven, cariño"...
si a mi me gusta esa persona, iré, y si no, me quedaré aquí...
si a mi me gusta esa persona, iré, y si no, me quedaré aquí...
Es posible que empieces a tomar conciencie de que tu bebé recién nacido es un Toro cuando intentes vestirlo para salir con él del hospital. “Mete los bracitos en el suéter que te ha hecho la abuelita -murmurarás con ternura maternal-. ¿Por qué cierras así los puñitos y pones los brazos tan rígidos?
A ver, que niño tan bueno.
Vamos, a ver”.
“Déjame a mí -dice tu marido-. Bueno, vamos ahora, hijo. A ver, esos brazos en las mangas. Es fácil. ¡Eh! ¿Me has oído, Charlie? Vamos, mueve los brazos. ¡Muévelos!”
“Déjame a mí -dice tu marido-. Bueno, vamos ahora, hijo. A ver, esos brazos en las mangas. Es fácil. ¡Eh! ¿Me has oído, Charlie? Vamos, mueve los brazos. ¡Muévelos!”
Interviene la enfermera.
No se enfaden -dice-, que
siempre es difícil vestirlos cuando son pequeños. Oh, que bebé tan
bueno. Bien despierto, pero sin llorar ni nada”.
“Sí, es tranquilo -asiente el
papá-. Pero sigue con los brazos cruzados sobre el pecho y no se los
puedo separar. Es tan fuerte que me cuesta movérselos”.
“Creo que no quiere que le
pongamos el suéter, señalas tú, con un vacilante germen de intuición
maternal.
La enfermera se aproxima al
Torito con eficiencia profesional.
“Déjeme a mi. Vamos, muñequito,
así... en la manga. El puño primero, así es como se hace”.
Y obliga al bracito a pasar por
la bocamanga. De pronto, la carita del Toro se pone de un intenso color
rojo-purpúreo-azulado, y se oye un lamento que hace que todas las
enfermeras del piso acudan corriendo a la habitación. (Aunque mas que un
lamento es un rugido. Un interno que estaba en el pasillo pensó que en
el sótano había estallado la caldera.) Tu bebé Tauro anuncia así que no
le gusta que le fuercen. Es una advertencia, y se repetirá.
Es el mismo ruido que oirán los
vecinos cada vez que trates de obligar a tu hijo nacido en mayo a que
haga algo que él no quiere. Habrá montones de problemitas, como tratar
de llenar de copos de avena una boca que parece cerrada con cola, meter
una férrea piernecita en un par de bragas de goma o intentar sumergir en
la bañera un cuerpecito rosado y regordete que de pronto parece haberse
vuelto de cemento. Perderás muchos kilos y llegarás a tener un gran
dominio muscular. Las madres de niños Tauro tienen siempre músculos como
Popeye, aunque su aspecto suela ser tan frágil como el de Olivia.
Aparte ser lisa y llanamente
cabezas duras, los bebés Tauro son una delicia para criarlos. Los padres
de niñas y varones nacidos bajo este signo comprobarán que sus hijos
son mimosos y tiernos. Con su rizo en la frente, el Torito se te subirá
de un salto a las rodillas para que le beses, y te dejará sin aliento
con sus abrazos de oso. A tus amigos, si confía en ellos, los tratará
con el mismo afecto. La pequeña Tauro hará gestos de coquetería desde su
sillita alta para que le sirvan una ración más de postre.
Probablemente, será la nenita de papá, a quien se le hará difícil
resistirse al límpido encanto de su hija... tan difícil como se le hace a
mamá acorazarse contra la tranquila dulzura de su hijito Tauro. Los
niños de uno u otro sexo serán sanos y fuertes, con inclinación por el
atletismo. Los varones serán bien varones, a veces la piel de Judas,
alegres, fuertes y decididos. Las niñitas muy femeninas, de las que
cuidan como una madre de sus muñecas, mantienen todo limpio y juegan a
ser el ama de casa. A algunas les gustan los juegos de varones, y con
ellos las encontrarás, trepándose a los árboles o jugando a las canicas;
pero esencialmente, cuentan con todos los encantos de la feminidad para
recurrir a ellos cuando quieran. Y son muchas las veces que quieren.
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Ya de pequeñitos, los niños Tauro parecen, en general, más competentes que otros chicos. Para empezar, son emocionalmente estables y rara vez sufren accesos de depresión, momentos de impulsividad o tendencias exhibicionistas. Pueden ser rechazantes y obstinados, a veces mostrarse tímidos, pero en ellos no son comunes las alteraciones y dolores normales del crecimiento. La disposición de Tauro es normalmente serena y placentera. No se inquietan ni molestan fácilmente. Salvo cuando se rebelan porque se les exige demasiado, son personas tranquilas, alegres y nada imprevisibles. En ellos hay una madurez de la que carecen los niños nacidos bajo otros signos solares (excepción hecha de Capricornio y de Escorpio). Incluso los Toritos muy pequeños suelen portarse muy bien cuando hay extraños, pero si les obligas a convertirse en centro de la atención se quedarán como si el gato les hubiera comido la lengua. Déjalos que jueguen en paz en un rincón, y lo mas probable es que las visitas se queden impresionadas por lo bien educados que están.
Un niño Tauro se ocupa
tranquilamente de sus cosas, y cuando sea mayorcito, será raro que te
incomode con actitudes groseras y de petulancia. Sin embargo, si pones a
prueba su buen genio fastidiándole (eso no lo soporta), presionándole o
exigiéndole que haga algo que él está decidido a no hacer, puede
volverse belicoso. La única manera de afrontar ese desafío es el amor,
jamás la fuerza. Un niño Tauro a quien los mayores hayan forzado
demasiado puede convertirse en un adulto callado, sombrío y cruel.
Recuerda que para el Toro es imposible mantener su obstinación ante las
demostraciones físicas de afecto. Un abrazo afectuoso, un beso grande y
amistoso y una alegre sonrisa le inducirán a salir de su obstinación.
Háblale siempre con suavidad y con 1ógica. Los gritos y las órdenes
formuladas con aspereza só1o conseguirán que cierre los ojos y se tape
los oídos. Es capaz de resistirse a la disciplina y a las órdenes hasta
el día del juicio, pero al afecto, ni un minuto.
Aunque sea aún muy pequeño,
estará lleno de sentido común. Si algo le parece razonable, lo hará,
pero quiere una explicación práctica. Nada complicado: simplemente la
verdad, sinceramente y sin barnices. Con decirle “Tienes que ir a
acostarte ahora porque yo lo digo” no irás a ninguna parte. Para él, eso
no es sensato ni razonable. En cambio, es probable que darle suavemente
una explicación como “Ahora tienes que irte a la cama porque ya vamos a
apagar las luces, y si no te acuestas, mañana no podrás salir a jugar
porque estarás demasiado cansado” le decida a meterse entre las sábanas y
disponerse a dormir. También puedes decirle: “Ahora métete en la cama
calentita, con las sábanas limpitas y planchadas, que yo te arroparé con
tu manta, tan suave, y te leeré un cuento. Por testarudo que se haya
mostrado hasta ese momento, es casi seguro que estas palabras le
convertirán en un ángel de docilidad. Como es de naturaleza muy sensual,
es raro que la descripción de sensaciones no le haga vibrar una cuerda
sensible. Forzarle para que haga lo que se le pide, en cambio, es tan
inútil como peligroso para su personalidad futura.
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Los colores y los sonidos también afectarán profundamente a su disposición y sus emociones. Adornar su habitación con colores rojos y naranjas vivos y detonantes le pondrá inquieto y obstinado. Los tonos pastel, sobre todo los rosados y todos los tonos de azul, tendrán en él efectos casi mágicos. Son niños que reaccionan visiblemente a los colores. Si estos armonizan con las vibraciones propias de su signo, se mantendrán tranquilos, si son discordantes pueden, sin exageración, lesionar su estabilidad emocional. El mismo efecto tendrán los ruidos fuertes y destemplados.
Es buena idea dar a los niños
Tauro, tan pronto como sea posible, lecciones de canto o de música. Casi
todos tendrán voz grave, suave y melodiosa, y muchos de ellos mostrarán
considerable talento musical o vocal, que preferiblemente habrá que
descubrir cuando es aún lo bastante pequeño para encauzarlo bien. Aunque
no vaya a hacer de la música su profesión, a Tauro le dará placer
escuchar sus propios discos en su habitación. Es posible que prefiera
los clásicos a los modernos o a las canciones infantiles. Tal vez le
guste dibujar y pintar, y hay buenas probabilidades de que tenga alguna
verdadera habilidad artística. Asegúrate de que a tu Torito no le falten
papeles y lápices de colores, que son su forma de expresión favorita.
Generalmente, los maestros
encuentran que el niño Tauro es uno de los más trabajadores de la clase.
A menos que haya posiciones planetarias desfavorables en su carta, los
niños Tauro serán trabajadores en la escuela, aprenderán metódicamente
sus lecciones y tendrán una notable capacidad de concentración. Aunque
no sean estudiantes modelo como los Aries, Géminis o Acuario, tampoco
son lerdos ni les dará probablemente por arrojar bolitas de papel
mascado en la clase, aunque tal vez se rían si la maestra se da un
pellizco en un dedo con el sacapuntas. El niño Tauro es muy obediente
por lo general. Su mente trabaja en forma algo lenta, pero jamás se
olvida de lo que aprendió, una vez que ha retenido un hecho o una fecha.
Son chicos que por lo general superan bien los exámenes, porque se
preparan escrupulosamente para ellos. Suelen ser elegidos como líderes
para las actividades de grupo, debido a su respeto por el juego limpio, y
también a su evidente sentido común y buen juicio.
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Es posible que la obstinación de su hijo haga pasar algunos malos ratos a los padres de un niño Tauro, pero no serán muchos ni muy frecuentes. La madre de un Torito que conozco llevó un día a su hijo a la escuela y se arrepintió de no haberse quedado en casa tranquilamente. El niñito había ofendido a su maestra, declarando que lo que ella decía estaba mal. Por supuesto, el autor del libro de texto también estaba equivocado. Al otro día, su madre le llevó hasta el escritorio de la maestra, ordenándole con firmeza: “Pídele disculpas a la señorita, Sammy”. Eso fue más o menos a las nueve de la mañana. A mediodía, en el despacho del director, se oyó a la madre que repetía débilmente: “Pídele disculpas a la señorita, Sammy”. A última hora, cuando ya los alumnos se habían ido, el portero estaba recogiendo los cestos de papeles. Al pasar por el despacho oyó una voz extraña, lejana, temblorosa, casi espectral que hablaba dentro del santuario. “Pídele disculpas a la señorita, Sammy -decía-. Por última vez, pídeselas”. A través de la puerta se oía el ruido hueco de la palmeta. Y silencio. Al día siguiente, el Torito volvía a ocupar su banco. Había sido más fuerte que la madre, la maestra y el director. Jamás se disculpó, pero hizo honor a su signo.
Una vez te hayas resignado al
hecho de que nada, a no ser una grúa, podrá mover a tu hijo Tauro cuando
haya clavado las pezuñas en la tierra, te sentirás feliz viéndole
crecer. Es posible que su ropa absorba toneladas de polvo mientras juega
con sus camiones y tractores, y te advierto que, no importa con que
frecuencia se lo laves, el pelo de un varoncito Tauro huele siempre como
un nido mojado, pero no es niño que pierda el boletín de calificaciones
ni las canicas. Tampoco, cuando sea mayor, terminará enroscándose en un
poste de teléfono con el coche de papá, por conducir demasiado deprisa.
Es posible que entre a saco en la nevera y termine con el pollo frío
que reservabas para la cena, o que no sea nada cuidadoso con los
muebles. Pero te hará mucho bien al corazón cuando sea grande Y no se
olvidará de tu cumpleaños. También tu niñita Tauro se desgarrará su ropa
de domingo trepando a un árbol, o se pondrá hecha una furia si alguien
le rompe una de sus preciosas posesiones. Pero te ayudará a hacer las
tareas de la cocina, y siempre serás bien acogida en su hogar cuando
ella esté felizmente instalada con su familia. Y de los dos tendrás
probablemente nietos bien educados.
Cría a tu torito o a tu
ternerita en una atmósfera de amor hogareña y cálida. Rodéalo de
evidente afecto, no de una invisible alambrada de púas. No le tironees
demasiado los cuernos y déjale pastar con el ritmo que él quiera.
Llénale los oídos de música y los ojos de belleza, y algún día él te
llenará el corazón de paz. Y hasta “la señorita” le perdonará.
EL JEFE TAURO
¡Cómo dan órdenes esas
criaturas y le hacen a uno repetir las lecciones!
Otra vez les mandé decir que
lo mejor sería obedecer.
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¿Dices que tienes uno de esos
jefes Tauro que son un encanto, nunca fastidioso ni rezongón, y que no
necesitas ningún consejo ni advertencia para saber cómo conducirte con
ese ser tan complaciente, encantador y dócil? ¿Así que lo tienes
exactamente donde quieres... en la palma de la mano? Bueno, pues
ciertamente que estás aprendiendo a conocer los signos solares a tiempo
para evitar un desastre. Antes de que sea demasiado tarde, mejor que te
aprendas de memoria la única regla básica para el trato con un ejecutivo
Tauro: No agotes su paciencia.
Es una regla más rígida de lo
que parece. Si es el típico jefe Tauro, tiene una paciencia tan enorme
que es una gran tentación ponerla a prueba. Su manera de ser es tan
pacífica, su disposición tan equilibrada, que no será raro que para tus
adentros lo consideres una especie de viejo oso bonachón, y que empieces
a tratarle como a un oso informal y simpático, un poco testarudo tal
vez, pero bondadoso y completamente inofensivo. Te acordarás del final
feliz del cuento de Ricitos de Oro y bajarás la guardia, y eso es
exactamente lo que no tienes que hacer. Eso puede ser el principio del
fin.
Sí, ya se que Ricitos de Oro se
comió los copos de avena de Papa Oso, se sentó en su sillón y durmió la
siesta en su cama, y le salió todo bien. Pero los osos no son toros; no
te confundas de animal. Aunque en la jerga de la bolsa norteamericana
se usen ambos términos para designar oscilaciones en la cotización de
acciones, eso no quiere decir que sean válidos en la oficina. Los osos
viven en el bosque y suelen arrojarse sobre la miel. Los toros viven en
el campo y suelen atacar a la gente que les molesta. Un oso puede
estrujar a un extraño con ánimo de diversión, pero sin intención de
dañarlo; son juguetones. Los toros pueden arrasar con los entrometidos y
hacer pedazos el armario de la porcelana, presas de una furia ciega, y a
propósito. Son peligrosos. Y terminemos con la lección de zoología.
Por hoy, estás a salvo, pero
¿quién sabe lo que puede traer mañana? Tal vez te veas súbitamente
lamentando haber puesto demasiado a prueba la paciencia de tu jefe
Tauro. Es posible que desees no haber abusado tan confiadamente de su
buena disposición. No es difícil ver cómo tomaste por mal camino. Les
sucede siempre a los que trabajan con ejecutivos Tauro. El Toro es tan
dulce y comprensivo cuando le entregas una carta mal mecanografiada que
tal vez no te preocupes después por mejorar tu ortografía. Es tan
considerado cuando se te embarullan las cifras del informe semestral que
es posible que te descuides un poco con los aspectos matemáticos de
otros papeles.
Como no vocifera ni te mira
echando chispas cuando te tomas media hora extra para el almuerzo, quizá
la semana próxima trates de tomarte una hora y vayas luego alargando la
cosa hasta llegar a dos. Es tan fácil entrar en el paraíso de los
tontos. Si te has permitido el lujo de entregarte a la holgazanería,
bajo el hechizo de la personalidad campechana y los modales tranquilos
de tu jefe Tauro, lo mejor es que te pongas sobre el escritorio uno de
esos carteles, como los que usan en el campo, que anuncian “Cuidado con
el toro. Es posible que muy pronto te salve la vida, o el puesto de
trabajo por lo menos, y hay veces que ambas cosas son más o menos
sinónimas. No creo que puedas decirle al propietario de tu casa: “Siento
haberme atrasado tres meses con el alquiler, pero es que todavía no he
encontrado trabajo. Del último que tuve me despidieron sin preaviso,
porque fíjese que tenía un jefe nacido en mayo, y la influencia de Venus
hizo que no entendiera bien el temperamento taurino. Fue Venus,
realmente, la que me despistó”.
Si encuentras un propietario
que después de semejante explicación no te ponga inmediatamente de
patitas en la calle, entonces tú vives en el país de Oz.
Es mucho más fácil que pongas
en práctica desde el comienzo tu conocimiento de los signos solares. La
razón de que tu jefe se mostrara tan tranquilo y simpático cuando
mecanografiaste esa carta, cuando te equivocaste en el informe y te
demoraste tanto a la hora de almorzar no es que sea un oso bonachón que
se deja llevar por delante, ni que su timidez le impida expresar sus
deseos o ejercer su autoridad. Francamente, creyó que no tenía sentido
hacerte pasar un mal rato formando un gran escándalo por unos pocos
errores. Calculó que tendrías el suficiente sentido común (no te olvides
de esta frase) para no repetirte como un disco rayado. Decidió
observarte pacientemente para ver si tu espíritu práctico te alcanzaba
para enmendar por ti mismo los errores del pasado. ¡Ahí está la cosa! Su
paciencia estaba cuidadosamente calculada en función de un propósito
definido: ponerte a prueba y darte una oportunidad de demostrar tu amor
propio. Él admira a la gente que es capaz de disciplinarse sola. Si él
se hizo por su propio esfuerzo, ¿por qué no has de hacer lo mismo tú?
Está dispuesto a darte la oportunidad.
Tauro está decidido a ser justo
con todo el mundo. No se apresura a juzgar, no espera milagros de la
noche a la mañana, no se molestará porque te lleve algún tiempo
adaptarte a sus métodos y a sus procedimientos establecidos. Te dará
oportunidad de que encuentres tu camino, y más de una vez se hará el
distraído si ve que tropiezas. Pero no te confundas ingenuamente
respecto de su objetivo final. El Toro quiere que las cosas se hagan a
su manera, que -concebiblemente- puede ser la forma en que se hacían las
cosas cuando Sloan inventó el linimento, pero para él es un método
válido, probado y ensayado. Además, ¡todavía sigue curando! Mientras sus
métodos sigan dando resultados, Tauro se mantendrá fiel a ellos, y está
dispuesto a gastar gran parte de su enorme reserva de paciencia para
encontrar empleados que se adapten a su molde. Sin embargo, si has
llevado su paciencia demasiado lejos, primero se fastidiará, después
bufará de enojo y finalmente gritará: “Está despedido” con toda la
fuerza de sus pulmones (o por lo menos eso parecerá, tanto será el
énfasis que ponga). Tu única advertencia será, probablemente, que el día
anterior no contestó a tu alegre y desprevenido “Buenos días”. Y no te
hagas la menor ilusión de que vaya a cambiar de opinión si ha decidido
ponerte en la calle. Una vez que está tomada, no hay nada que modifique
la decisión de Tauro. Es posible que te de una generosa indemnización,
porque no quiere que ese propietario sin corazón te ponga a dormir en la
nieve con tu abuela enferma y los doce chicos. Pero no te dará ni una
oportunidad más, una vez que esté firmemente convencido de que tú no
eres más que un peso muerto para esa empresa que a él le importa apenas
un ápice menos de lo que le importa su mujer. No es que no sea
bondadoso. Si piensas eso, te falla la memoria. Recuerda, mientras lees
los anuncios clasificados en busca de un trabajo nuevo, lo bondadoso que
fue durante todos esos meses en que tú te dedicaste a aprovecharte
minuciosamente de la fe que él tenía en ti.
El jefe Tauro es un alma
práctica de cabo a rabo. Aunque necesita saber que su negocio le permite
expresar de manera creativa lo que hay de bello en su naturaleza, su
necesidad de éxito material es mayor aún. Los hombres Tauro no se
contentarán con una pequeña expansión. Sin cambios espectaculares que
arrasen con todo, ira progresando paso a paso. Construirá lentamente,
sin fuegos artificiales ni trompetas, pero construirá. Todo lo que
empieza, lo sigue y lo termina, y de ti esperará que hagas lo mismo.
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No intentes demasiados atajos,
porque él quiere hechos concretos, no fantasías. Un jefe Tauro no tendrá
más paciencia con el arte de dorar la píldora que un ejecutivo
Capricornio. Una de sus frases favoritas, pero dicha sin rencor ni
sarcasmo, será: “Vamos al grano”. Si para explicarle una idea te vas por
las ramas, se pondrá nervioso, aunque por fuera mantenga su calma.
Te sentirás frustrado cuando se
niegue a hacer un ínfimo hueco para tus proyectos más fascinantes, o
cuando no quiera dejarte probar ese nuevo sistema que leíste en Fortune
(o que le copiaste a tu cuñado, que en publicidad es un genio). Claro
que a veces se equivoca por no querer escuchar ideas progresistas, y tú
hincharás las plumas cuando finalmente, otra empresa las ponga por
primera vez a prueba con todo éxito. Pero a la larga, cuando se saquen
las cuentas finales, es posible que él tenga razón. ¿Y si ese nuevo
adminículo que el rechazó tan inflexiblemente diciendo que era “el
aborto microcéfalo de un delirio esquizofrénico” tropieza con algún
obstáculo y la empresa que se adelantó a todas las demás como un cohete
con el invento quiebra repentinamente porque le salió el tiro por la
culata? Entonces se te borrará la sonrisa de suficiencia, después te
sentirás tonto y finalmente mirarás con respeto a ese jefe un poco
gruñón y bastante obstinado, pero bondadoso y comprensivo, que tiene una
cabeza tan práctica sobre esos hombros cuadrados y recios.
Generalmente, los ejecutivos
Tauro prefieren el fútbol al béisbol y la paz a las discusiones
ruidosas. El Toro procurará siempre evitar las escenas emocionales con
su tranquilo sentido común. Recuerda que el sentido común es lo que
mejor le define, pero no significa que le falte imaginación o que no
aprecie los aspectos más sutiles de la vida. Ten la seguridad de que
tendrás éxito con él si escoges un buen perfume y usas barniz rosado
para las uñas (siempre que seas una chica, claro). Le encantan los
olores agradables y los tonos pastel. También le gustará que de vez en
cuando le lleves un bote de vichyssoise casera, de la que prepara tu
madre... pero será mejor que la llames sopa de patatas. Los títulos y
los nombres raros sirven más bien para inquietar al Toro que para
impresionarle. En cuanto a los hombres que trabajan para un jefe de este
signo, mas vale que usen corbatas azules, serias, zapatos nada
estrambóticos, y que mantengan los pies en el suelo y no encima del
escritorio.
Es posible que, una vez por
semana como mínimo, te irrite la actitud terca y obstinada del Toro,
pero recuerda que demuestra la misma obstinaci6n en su lealtad hacia la
gente que nunca le falla. Si tú eres uno de ellos, no tendrás que temer
los aspectos peligrosos de Tauro. Si no le sacuden con demasiada
frecuencia ante los ojos la bandera roja del desafío, es realmente un
encanto. Coge tu algunos ladrillos y ayúdale a levantar su imperio, que
si te lo mereces se alegrará mucho de compartirlo contigo. La promoción
es cosa que él entiende; la ficción de trabajo no. El viejo oso bonachón
espera que tú te hagas cargo de ti mismo, pero siempre te tenderá la
mano si la carga se te hace pesada. Tauro es fuerte y se puede confiar
en él. Lo que dice es lo que quiere decir, y además lo dice en serio;
con él no hace falta intérprete. Si te dice que eres un zopenco,
retírate a toda prisa, calladito y sin discutirle. Si te dice que lo
estás haciendo bastante bien, realmente tienes el trabajo seguro. Eso
quiere decir que has aprobado su examen de lealtad, sinceridad,
capacidad y posibilidades. Conviértete en el primero de la clase, que ya
estás en el cuadro de honor. ¡Enhorabuena! Si no dejas que te hinche el
orgullo, tienes ante ti un futuro muy prometedor.
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EL EMPLEADO TAURO
Bueno, nunca lo oí decir
antes...
pero me suena a un excepcional disparate.
pero me suena a un excepcional disparate.
Ante todo, espero que no haya
puesto a su empleado Tauro a trabajar como vendedor. Si lo hizo, hágale
hacer su horóscopo tan pronto como pueda. Si tiene algunos planetas en
Géminis, Aries, Leo o Piscis, entonces puede dejar con toda tranquilidad
que siga vendiendo sus mercancías. Si no es así, tanto usted como él
estarían mejor si suavemente (sin presionarle, por favor) le va pasando a
algún otro puesto dentro de la empresa.
Como promotor o como vendedor,
es posible que no les produzca a sus clientes la mejor impresión. Al
pronunciar su discurso frente a un posible comprador, su actitud normal
será. “Si lo quiere, lléveselo, y si no, váyase. El empleado Tauro medio
no monta rápidamente un espectáculo en beneficio de un posible
comprador. Tampoco se distingue por su pico de oro ni por la abundancia
de sus imaginativas descripciones, a menos que se pueda decir que “hum”,
“aja”, “claro” y otros ruidos igualmente mascullados sean descripciones
imaginativas. No es que no tenga muchas cualidades inapreciables. Las
tiene, pero por lo general no son de las que entusiasman a la gente y la
convencen de que firme en la línea de puntos. Es mucho más probable que
el Toro les explique por que es mejor que no se metan en eso.
Sin embargo, la razón mas
importante para que los nativos de Tauro rara vez salgan vendedores
tiene que ver con su necesidad básica de seguridad. Si Tauro no tiene
una sensación de seguridad en su trabajo, su posibilidad de éxito -que
puede ser tremenda- se reducirá notablemente. Por más grande que pueda
ser la posible remuneración, si no es estable, el empleado Tauro
preferirá estar seguro de saber con cuantos billetes cuenta cada vez que
cobra su salario. Contratar a un Toro a comisión exclusivamente es
convertirlo en uno de los seres mas desdichados del mundo. Un salario
fijo, mas un porcentaje por las ventas, podría darle mejor la sensación
de estabilidad que necesita, pero aun así, el puesto de vendedor no es
lo ideal para el Toro.
Claro que la regla tiene sus
excepciones, además de las influencias planetarias ya mencionadas. La
mayoría de los Tauro pueden arreglárselas bien en cierto tipo de ventas
que son de suyo seguras y no exigen presionar al cliente, con productos
só1idos y estables. Pero la lista es corta. Equipos de granja,
tractores, máquinas para esparcir abono, camiones, segadoras y cosas
semejantes están en esta línea y el Toro puede venderlas. Habla el mismo
idioma que la gente que las compra. Otro artículo con el que puede
vérselas, de cualquier lado del mostrador que ocupe, es el dinero, y la
venta de efectivo puede ser su especialidad. Dicho de otra manera, eso
significa que para ponerle a cargo del departamento de préstamos, si el
negocio de usted es la banca, es insuperable. Pero, a decir verdad, no
se necesita gran poder de persuasión para convencer a un cliente
insolvente de que lo que necesita es dinero.
Hay algunos otros ramos en los
que el Toro puede distinguirse como vendedor, por ejemplo, el
inmobiliario. Tauro se siente perfectamente cómodo llevando a los
clientes a visitar casas o informándoles sobre el valor de la tierra.
Les mostrará el paisaje, diciéndoles: “Vea”. Para pintarles las
posibilidades de plantar y arbolar el parque, emitirá un extático:
“Hum”.
Con unos cuantos gruñidos
demostrará que la fontanería es excelente y los armarios empotrados
amplios y capaces, y un firme carraspeo le servirá para establecer la
forma de financiación. Por increíble que parezca, es probable que la
respuesta del posible comprador de la casa sea: “Está bien, la compro”. A
lo cual el Toro responderá: “De acuerdo, es suya”, o algo parecido. Lo
que ha sucedido es que la impresión de honradez y confianza que emana de
Tauro pesa mucho sobre la gente que quiere invertir su dinero en una
casa. También está el campo de la educación. Tauro cree con tal fervor
en los cimientos só1idos y en los hechos, y tiene tanta fe en que hay
que prepararse para el futuro que eso, unido a su decidido disgusto
hacia la ignorancia, hace que sea capaz de convencer a una muchacha de
que siga un curso de mecánica en un instituto politécnico. Para él no es
ninguna rareza que una chica estudie mecánica. Lo práctico es lo
práctico, y el sexo no tiene nada que ver.
También está la posibilidad de
que si tiene ascendente Géminis o a Marte en Géminis, Tauro se destaque
como anunciador de radio o de televisión. Los típicos tonos musicales
del habla del Toro, combinados con el encanto y la facundia de Géminis,
pueden hacer que se encuentre a sus anchas en esos medios. También si al
nacer tuvo planetas favorables en Aries, es concebible que la
influencia de estos se combine con la del Sol en Tauro para darle
excepcionales aptitudes para la publicidad o las relaciones publicas,
aunque jamás llegue a ser un tipo de los que presionan. Y me temo que
con esto quede cubierta el área de las ventas que puede abarcar él. En
casi todas las demás áreas, si no tiene las influencias planetarias
adecuadas, estará mucho mejor en cosas que estén mas de acuerdo con su
naturaleza imperturbable.
Una de estas cosas es lo que en
política se conoce como mantener unido al centro, y es una capacidad
también muy valiosa en el mundo de los negocios. No importa cual sea el
escritorio que le asignen: el Toro echará raíces tras él con la
determinación de triunfar, y probablemente lo conseguirá. Trabajará
lentamente y con la mira puesta en la perfección; y por lo general la
alcanza, si se le deja en paz y no se le presiona demasiado.
Cuanta más responsabilidad
exija de él el cargo, tanta más astucia demostrará usted al confiárselo.
Difícilmente podrá contar con los servicios de un empleado mas honrado y
digno de confianza. Tauro le ayudará a usted a engrandecer su compañía,
en vez de buscar la expansión de su propio yo. Al Toro el éxito no se
le sube a la cabeza, y su modestia será siempre la misma que cuando
apenas empezaba.
Por más que le disgusten los
cambios, si su empleado es un Tauro excepcional no seguirá con usted
para siempre. Y no se irá por el gusto de irse, sino por una razón
básica que es parte de su naturaleza. Una vez se haya engrandecido su
compañía, Tauro no es hombre para quedarse allí y que usted le delegue
el mando. A él le interesa mas el proceso de reunir poder y riqueza. Su
libertad le gusta demasiado para atarse a las constantes manipulaciones
que implica dirigir un negocio complicado, o para quedarse en un
engranaje oculto. Es hombre de confianza y capaz de adhesión, pero
quiere seguir en libertad para continuar construyendo, en vez de
enredarse en detalles complicados. Cuando el crecimiento de su empresa
ya no le ofrezca incentivos, el Toro seguirá el legendario impulso de
cavar sus propios cimientos para erigir su propio imperio, grande o
pequeño.
Ya sea excepcional o normal, un
empleado Tauro es siempre un trabajador fuera de serie, y una de sus
cualidades mas apreciables es su disposición a aceptar órdenes sin
resentimiento.
Ello se explica por una razón
muy simple: está íntimamente convencido de que la manera de llegar a ser
un jefe capaz de dar órdenes es empezar por ser un subordinado que
alegremente las acepta. La base de su respeto por la autoridad es que él
sabe que, cuando llegue a ser ejecutivo, esperara que sus empleados
sigan sus instrucciones. Y cuando llegue a jefe tendrá sus ideas y sus
métodos, bien definidos y probablemente rígidos. De ahí que no le
parezca nada raro ni desagradable que usted le insista en que se adapte a
una pauta establecida mientras trabaje para usted. Por lo que a él se
refiere, el encargado es usted.
Evidentemente, esa actitud es
una ventaja, pero no se deje engañar por la buena disposición de Tauro
ni su conformidad frente a sus superiores: no es fácil llevárselo por
delante. El Toro tiene una especie de maquiavélico desapego hacia
quienes creen que le están manipulando, que le permite hacerles frente
con tacto y diplomacia sutiles. Pero si le mira de cerca, verá usted que
tiene cierta expresión socarrona y mira de reojo mientras les sigue la
corriente a esas personas agresivas que tratan de llevarlo por donde
ellos quieren. Finalmente, el Toro se saldrá con la suya, y su éxito
queda aún mas asegurado por su capacidad para esperar todo el tiempo que
sea necesario para ganarles a los apresurados. Sin embargo, cuando se
pisotean sus emociones personales o se hiere su profundo orgullo, es
posible que su calma desaparezca, y sea sustituida por una obstinación
infantil. Recuerde que cuando está irritado, Tauro es combustible y
siempre capaz de terminar estallando en una tempestuosa exhibición de
mal genio. No le durará mucho, y después de haber “cargado” de esa
manera el Toro se refugiará en un silencio ominoso, pero si la causa de
su reacción no se rectifica inmediatamente, se irá sin más trámites, sin
una sola mirada atrás. Cuando Tauro sale por esa puerta, es que se va, y
no regresará con docilidad para hacer un nuevo intento: la espalda
ancha y cuadrada será lo último que vea usted de él, y nada de lo que
usted diga o haga le convencerá de que reconsidere su decisión. Como es
tan lento para decidirse, nunca tiene necesidad de mirar por segunda vez
las cosas. La previsión de Tauro es tal que excluye la lamentación por
errores pasados. Como su naturaleza es sensual y afectuosa, es fácil
encontrar ex novias y amigas que le comenten tristemente a uno que, una
vez que se despide, el Toro ya no vuelve a dar una segunda oportunidad.
Tanto en el amor como en los negocios, es frecuente que la gente cometa
el error de pensar que la paciencia de Tauro es eterna, simplemente
porque tarda mucho en perderla.
En cuanto a la muchacha Tauro,
como empleada es, generalmente, una verdadera joya. Si es representante
típica del signo, hablará con voz tranquila y grave y su manera de ser
resultará un sedante. Las mujeres Tauro suelen ser sensacionales como
secretarias ejecutivas. En una emergencia, no pierden la cabeza; una
situación de crisis pone en acción lo mejor que hay en ellas, que es
mucho. Es posible que la chica Tauro sea un poco más lenta que otras en
dactilografía y en tomar dictados. No es exactamente una ardilla, ni
llegará en motocicleta al despacho, pero su trabajo estará hecho, y bien
hecho. Como el varón del mismo signo, cuando ella hace algo, piensa que
vale la pena hacerlo bien, lo mejor que ella pueda. Todos los nacidos
en mayo tienen indeleblemente grabado ese lema. No es una mujer que
bostezará en las narices de su jefe mientras éste le exponga sus teorías
favoritas. Si las ideas que usted propone son prácticas, las discutirá
con usted como un hombre. Sus opiniones serán interesantes, y su enfoque
1ógico y sensato, pero que eso no le de a usted la impresión de que su
secretaria no es realmente femenina.
Tenga cuidado, que ella no es
mujer que se preste a frívolos flirteos en la oficina. Es capaz de
divertirse y reírse mucho, pero por debajo de su humor calido y bovino,
su meta es el matrimonio. Si en dos ocasiones le acepta una invitación a
cenar, lo mas probable es que ya lo esté estudiando a usted como
proveedor de por vida, no que lo considere solamente como un compañero
fascinante para salir una noche lluviosa. Son mujeres que cuando
apuestan al juego del amor, apuestan en serio y si usted, como posible
marido, se ajusta a las especificaciones de una mujer Tauro, no es -con
ningún patrón que se lo mida- un hombre común. Ponga atención en el
hombre de su empresa que reciba las atenciones de una mujer Tauro,
porque es el que pasa al frente. Y si ese hombre es usted, es posible
que pronto pierda una secretaria modelo, pero conseguirá una esposa en
un millón, que le ayudará a salir adelante.
Es agradable trabajar cerca de
una empleada Tauro, porque su aspecto es grato y huele bien; además, son
graciosas y no fuman cigarros, entre otras cosas. (Salvo que
casualmente la empleada que usted tiene tenga la Luna o el ascendente en
Aries, y en este caso también olerá bien y tendrá buen aspecto, pero es
muy posible que fume cigarros y sea un poco gritona.)
A los Tarros de ambos sexos,
les disgusta dormir en cama ajena, y eso es algo que les gusta dejar
bien sentado. Es decir, que la mayoría de ellos prefieren pasar las
vacaciones en su casa. Si no media una Luna en Géminis o un ascendente
Sagitario, el césped siempre se verá más verde y más tupido en el jardín
del Toro. Y cuando esté de vacaciones, sorbiendo sensualmente una
limonada y aspirando desde su hamaca el aroma de las flores, puede sin
riesgo recurrir a él si es que hay una emergencia en la oficina. Es
probable que acceda con una cordial sonrisa, y hasta que se sienta en el
deber de ayudar. Pero no le imponga con demasiada frecuencia estas
pruebas; hay un límite para la paciencia con que acepta repetidas
imposiciones, y descubrirlo a riesgo de provocar su ira es una
temeridad. Mejor deténgase antes.
El Toro se desempeña muy bien
como florista, en la industria ganadera o la cría de aves, en los
supermercados o como mayorista en la industria alimenticia. También
puede ser buen médico o ingeniero, y encontrar gran satisfacción en una
carrera artística. El sonido de la música y el hipnotismo visual del
arte le atraen con una fuerza magnética. Jamás se siente mas cómodo que
cuando se expresa de manera creativa, por mediación de sus sentidos,
siempre y cuando la compensación económica sea suficiente y los
cimientos bien consolidados.
Como compositor popular, el
Toro suele ser desdichado, por lo menos durante los años difíciles,
antes de alcanzar el primer gran éxito. Pero cuando su talento creativo
se combina con la tarea, más estable y más segura, de producir discos o
arreglar partituras, Tauro está en su elemento. Ya comprobará usted que
todos los cantantes y compositores de este signo, sin excepción,
terminan por ascender en mayor o menor medida la escala de la producción
en la actividad musical.
Después de haber hallado el
prado que le conviene, donde las oportunidades crecen en abundancia, es
difícil que el Toro insista en el cambio y busque campos nuevos. Con
años de dedicación a su carrera, estará impregnado del conocimiento de
ella.
Es mucho lo que puede afrontar,
si él mismo está convencido de que le ofrece un futuro, si su ocupación
se adapta a él y él siente que “le viene bien”. Tauro tiene una
capacidad increíble para perseverar hasta que lleguen las recompensas,
pero solamente cuando él esta en el centro, jamás si tiene que roer
desesperadamente los bordes para intentar abrir una brecha. Una vez que
sienta bajo sus pies el terreno firme de la seguridad y el objetivo
alcanzado, y que se haya afianzado en una posición que le permita seguir
construyendo, el Toro avanza con confianza. Entonces su atractivo para
la veleidosa y variable diosa del éxito se hace irresistible. Ella deja
de esquivarlo y él se le mantiene fiel, pero poniéndola en su lugar, y
se da entre ambos un amor para toda la vida.
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